En las últimas semanas, el presidente Javier Milei fue objeto de numerosos comentarios en y medios masivos. Las observaciones no versaron sobre la marcha de la economía, las internas del gobierno ni los conflictos internacionales; al contrario, se centraron en algo mucho más personal: su elección de vestimenta.
Tras recibir hace meses un mameluco de regalo de YPF, el mandatario ha mostrado en reiteradas ocasiones el uniforme de la petrolera estatal; la aparición más reciente y recordada fue al arribar a Noruega para la ceremonia del Premio Nobel de la Paz. Según relataron algunos reportajes, el uso constante del overol —incluso empleando dos a la vez— tiene una explicación razonable.
En una entrevista con el canal de streaming Carajo, Milei explicó que tiene “14 mamelucos” de YPF y que usa “dos por día”. “A mí, YPF me regaló 14 mamelucos, dos por día. Optimizo mi proceso de alimentación, lo comprimo y veo a mis hijitos de cuatro patas, con los pelos, después me lo tengo que cambiar”, comentó. Cabe destacar que el jefe de Estado cuida a sus mascotas en la Quinta de Olivos entre tres y cuatro días por semana.
Lo cierto es que el uso del mameluco de YPF por parte del presidente trasciende los días en que está con sus perros. De hecho, en el streaming “La Misa”, conducido por Daniel “el Gordo Dan” Parisini, Milei se presentó con el mismo overol y fue recibido con vítores y abrazos de sus militantes. Los seguidores se congregaron frente al estudio en Palermo antes de su ingreso, y al llegar el presidente vestía el uniforme acompañado de su clásica chaqueta de cuero.
Por otra parte, ver al presidente con su clásica e informal campera de cuero oscura es habitual en la Casa Rosada. Esa prenda incluso se convirtió en una marca registrada durante la campaña electoral y en sus presentaciones públicas. Entre las curiosidades figura que el volumen del abrigo resulta mucho más amplio que el que aparenta su contextura; en redes sociales, usuarios llegaron a conjeturar que el libertario lleva puestas tres chaquetas de cuero idénticas al mismo tiempo.
Pero, más allá de las conjeturas, la elección de su vestimenta despierta marcado interés en medios y redes. Probablemente no haya una explicación más profunda; algunos concluyen con una lectura sencilla: el presidente argentino se viste así por pura excentricidad.
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