
El presidente Javier Milei volvió de los Estados Unidos con la tranquilidad de haber obtenido el respaldo de Donald Trump, un gesto clave para llegar a las elecciones de medio término del 26 de octubre con menor tensión cambiaria.
En la Casa Rosada admiten que estuvieron “al filo del abismo” y celebran la señal política desde Washington, aunque reconocen que no tendrá impacto inmediato en el bolsillo de los votantes.
Córdoba como bastión y las dudas en Buenos Aires
Con la consigna de mostrarse como el “gran elector”, La Libertad Avanza se lanza de lleno al último tramo de la campaña. El objetivo es recuperar el voto desencantado y consolidar un triunfo que permita modificar la correlación de fuerzas en el Congreso.
El comando libertario decidió que Milei cierre en Córdoba, la segunda provincia más grande del país y un distrito estratégico en el que buscarán ampliar la base electoral. “Nos va bien cuando cerramos en Córdoba”, remarcaron a Perfil cerca del mandatario, convencidos de que el electorado mediterráneo puede inclinar la balanza. De hecho, esta semana llegará a la provincia Federico Sturzenegger, con el objetivo de “levantar” la campaña libertaria en el círculo rojo.
Mientras, los candidatos principales, como Gonzalo Roca, apuestan un pleno a pegarse a la figura de Milei, tal como sucedió hace diez días cuando el presidente llegó acompañado por su hermana Karina, la ministra Patricia Bullrich y el vocero Manuel Adorni. Tal como publicó Perfil Córdoba en su edición dominical, los candidatos de LLA buscarán no entrar en la discusión que generó la decisión del affaire retenciones cero.
De recorrida por el país
La agenda presidencial incluirá también recorridas en las provincias donde se eligen senadores: Chaco, Santiago del Estero, Salta, Entre Ríos, CABA, Neuquén, Río Negro y Tierra del Fuego. En paralelo, el oficialismo enfrenta su mayor desafío en la provincia de Buenos Aires, donde la estructura territorial del kirchnerismo y los intendentes peronistas se mantiene firme. La campaña bonaerense aparece fría y descoordinada, con alternativas aún abiertas para definir los lugares de mayor visibilidad en el AMBA.
Mientras tanto, Karina Milei busca “pintar de violeta” el país y consolidar una estructura propia que proyecte al espacio por “20, 30 o 40 años”. La interna con el PRO y las tensiones con los aliados radicales forman parte de un escenario que condiciona la construcción libertaria.
En la Rosada se muestran optimistas: confían en obtener victorias en Córdoba, Santa Fe, Ciudad de Buenos Aires, Salta y Tierra del Fuego. Sin embargo, el tablero bonaerense sigue siendo la incógnita que puede definir la magnitud del resultado.