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Lunes, 15 de septiembre de 2025

Mesas políticas. Milei repite las estrategias de Macri y De la Rúa para reconstruir el vínculo con las provincias

Mesas políticas. Milei repite las estrategias de Macri y De la Rúa para reconstruir el vínculo con las provincias

La derrota en las elecciones bonaerenses marcó un punto de inflexión para el gobierno de Javier Milei. Anunció la semana pasada la creación de una mesa política nacional y empezó a mostrar signos de apertura con los gobernadores aliados. Esta no es la primera vez que una administración nacional recurre a este tipo de estrategia tras un revés electoral o para intentar contener una reacción adversa del mercado. Sucedió también durante las presidencias de Fernando De la Rúa (Alianza) y Mauricio Macri (Cambiemos).

El 8 de septiembre, un día después de la derrota en la provincia, el vocero presidencial, Manuel Adorni, comunicó la decisión de Milei de conformar una mesa política nacional. “La misma será presidida por él y estará conformada por: Karina Milei, Guillermo Francos, Patricia Bullrich, Santiago Caputo, Martín Menem y yo”, detalló en su cuenta de X (exTwitter).

La iniciativa de crear una instancia de diálogo con funcionarios de confianza para discutir la estrategia gubernamental después de una derrota en las urnas no es nueva. Ya la había aplicado Macri en 2019, tras perder las PASO por más de diez puntos contra Alberto Fernández y Cristina Kirchner. En aquel momento, el expresidente conformó una mesa de Acción Política con su círculo íntimo -que por entonces integraban Marcos Peña, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta-, Patricia Bullrich, Rogelio Frigerio, Elisa Carrió y los exlegisladores oficialistas Mario Negri y Luis Naidenoff.

Esa mesa le permitió al exmandatario ratificar que, pese a las críticas a una parte de su equipo (en especial, Marcos Peña), no haría grandes cambios en el gabinete. Un mensaje similar envió Milei esta semana, al confirmar la participación de su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, en la mesa nacional. En las últimas semanas, ambos dirigentes se convirtieron en el blanco de críticas tras haber quedado involucrados en el presunto esquema de coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis).

Además, el anuncio le había permitido al exmandatario amarillo dar una imagen de mayor apertura al expandir la convocatoria a otros dirigentes de lo que fue Cambiemos. Una impresión semejante dejó esta semana el Poder Ejecutivo al ampliar la discusión política por fuera del “triángulo de hierro”. Sin embargo, a diferencia de la experiencia de Macri, se buscó también fortalecer públicamente el liderazgo de Milei. “Hay un gobierno necesitado de mandar una señal de conducción política”, dijo Lucas Romero, analista político, a LA NACION.

Así, los efectos de estas mesas se revelan como más abstractos que tangibles. “Las mesas políticas se hacen para no hacer nada”, resumió un exarmador de Juntos por el Cambio, la coalición en la que se trabsformó Cambiemos. Considera que la convocatoria no alterará ni las políticas de fondo ni la manera de ejercer el poder del primer mandatario, como ocurrió con Macri.

“Este tipo de convocatorias son más simbólicas que efectivas. Es decir, funcionan como un mensaje de apertura, búsqueda de legitimidad, pero rara vez logran estabilizar situaciones de crisis si no están respaldadas con acuerdos de fondo”, coincidió el analista político Juan Negri. Y agregó: “Macri lo hizo como un gesto de contención frente al derrumbe financiero, pero fue más bien cosmético. No sé si logró su objetivo, recomponer la confianza en el mercado, y políticamente tampoco le sirvió”.

Si bien Milei no enfrenta una debacle económica como la de Macri en 2019, el limitado éxito de la mesa para revertir el bajo desempeño electoral abre interrogantes respecto de cuánto podría impactar en el resultado de octubre, cuando el oficialismo nacional se juegue la aprobación a su gestión y la gobernabilidad hasta 2027.

Gobernadores, el otro gran desafío

Para contener la crisis y revertir el resultado adverso, en 2019, el expresidente Macri también buscó reconstruir el vínculo con los gobernadores. Su propuesta no tuvo gran recepción: los mandatarios provinciales -con quienes había sellado un pacto fiscal en 2017 y, según recuerdan dirigentes de Juntos por el Cambio, mantenía un diálogo fluido a través de su ministro del Interior- le bajaron el pulgar.

De la Rúa tampoco alcanzó un acuerdo con los gobernadores para reconstruir su gobernabilidad y contener la crisis económica que, meses más tarde, sellaría el destino de su presidencia. El 9 de julio de 2001, meses antes de su renuncia, había convocado a los gobernadores a firmar un acuerdo para reducir el déficit, pero ninguno de los mandatarios aceptó.

“La crisis comenzaba y el FMI no liberaba los fondos comprometidos y pidió que lleváramos a cabo un acuerdo o pacto con los gobernadores. Fuimos a Tucumán y ningún gobernador concurrió salvo [Julio] Miranda, el anfitrión”, recordó Juan Pablo Baylac, vocero de De la Rúa, en X (exTwitter).

Aquella fallida convocatoria guarda cierta semblanza con el Pacto de Mayo propuesto por Milei en 2024. El trasfondo sobre el que se desarrolló, sin embargo, fue distinto. Como reconstruyeron Romero y Carlos Fara (también analista político) a LA NACION, mientras De la Rúa enfrentaba una profunda crisis económica y una liga de gobernadores peronistas bien consolidada que se oponía férreamente a su programa de ajuste, Milei gozaba de los beneficios de una mayoría dialoguista de mandatarios peronistas y la ausencia de grandes cuestionamientos a su programa económico.

Por este motivo, el desenlace también fue distinto: el año pasado, los gobernadores sí asistieron a la firma del documento que, entre otros puntos, decretaba que el equilibrio fiscal es “innegociable”. Aquella reunión -que tuvo como corolario una foto de Milei junto a 18 gobernadores dialoguistas– parecía sentar las bases para la gobernabilidad de un oficialismo en minoría.

Ahora, sin embargo, el vínculo parece haber alcanzado un punto de no retorno. La falta de obras públicas, el veto a la coparticipación de los ATN y las promesas de Guillermo Francos incumplidas por el propio Milei podrían encaminar la nueva convocatoria a gobernadores (anunciada por Adorni en el mismo posteo donde comunicó la creación de la mesa nacional) a un desenlace similar al de Macri.

Lo que vos no hacés en subida, es imposible hacerlo en bajada”, ilustró un armador político de la provincia de Buenos Aires. Es que, al vínculo ya deteriorado con los gobernadores, se sumó la semana pasada la derrota de La Libertad Avanza en los comicios bonaerenses frente a Fuerza Patria. “Desde entonces, el gobierno es una mancha venenosa, nadie se va a querer sacar una foto con el Presidente”, coincidió Fara. Los gobernadores ya no aceptan solo la foto protocolar, mucho menos tras el revés electoral.

Que seis gobernadores dialoguistas hayan cerrado filas en el flamante partido Provincias Unidas y La Libertad Avanza solo haya acordado con los oficialismos locales en cuatro provincias (Chaco, Mendoza, Entre Ríos y CABA) tampoco augura una mesa de diálogo exitosa. “Llamar a los gobernadores cuando estás disputando votos en las provincias, después de haber sido un mal pagador durante mucho tiempo, creo que es un manotazo de ahogado del gobierno”, concluyó el analista. Así, las mesas políticas podrían revelarse nuevamente como una estrategia útil.


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