Jueves, 7 de agosto de 2025   |   Economía

Mercado ajusta proyecciones de crecimiento por suba de tasas, con meta del 5% para 2025 y caídas en sectores clave

El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA mostró un reajuste en la perspectiva de actividad entre julio y octubre. Se sostiene la meta de crecer un 5% en 2025. Los primeros datos de dos sectores clave marcaron una caída el mes pasado
Mercado ajusta proyecciones de crecimiento por suba de tasas, con meta del 5% para 2025 y caídas en sectores clave

El mercado comienza a reflejar en sus cifras la última instantánea de la actividad económica. En un contexto caracterizado por el aumento de la tasa de interés y del costo de financiamiento para las empresas, un asunto ya señalado por diversos sectores, las consultoras que participan en la encuesta mensual del BCRA han ajustado a la baja sus perspectivas para el tercer trimestre, aunque mantienen una proyección de crecimiento del 5% del PBI a lo largo del año.

Esta novedad se fundamenta en ciertos datos que han encendido señales de alerta sobre el desempeño de la economía. Algunas consultoras y centros de estudios han notado fluctuaciones en la actividad desde marzo, e incluso algunas, con información consolidada hasta junio, sugieren que la economía podría entrar en un nuevo ciclo de estancamiento, presentando ritmos más cautelosos en algunos sectores y leves caídas en otros.

Uno de los factores que explica la cautela del mercado respecto a la actividad está relacionado con el nivel de las tasas de interés, que, tras el desarme de las Lefi y en un contexto de tensiones cambiarias, han aumentado considerablemente para restablecer la estabilidad. Según los datos proporcionados por el Banco Central el miércoles, la tasa de adelantos en cuenta corriente para empresas fue del 55,7% anual, casi 20 puntos porcentuales más que el promedio de hace un mes. Esto implica, de manera directa, un aumento en el costo financiero.

El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) ya había anticipado parcialmente este efecto potencial sobre el ritmo de la actividad. En particular, se estima que el segundo trimestre habría tenido un crecimiento más acelerado de lo esperado hace un mes (0,8%, una mejora de 0,4%), mientras que para el tercer trimestre se prevé una desaceleración, con un crecimiento del 0,5%, lo que representa una revisión a la baja de 0,3 por ciento. Este efecto contrapuesto es la razón por la cual la proyección del 5% para todo el año aún no ha sufrido modificaciones.

Los primeros sondeos de consultoras que analizan datos sectoriales indican que la actividad económica sigue mostrando señales mixtas, con algunos sectores manteniendo cierto dinamismo, mientras que otros experimentan caídas más significativas. La consultora Outlier señala que los datos preliminares de julio evidencian un deterioro adicional en la producción industrial, particularmente en sectores sensibles como el automotor y la construcción.

“Todo refuerza nuestra presunción de que la actividad se resintió en julio debido al desanclaje de las expectativas cambiarias y al incremento de las tasas de interés reales”, afirmaron. A ello se suma el impacto de “salarios reales más deteriorados en el inicio de 2025 y un crédito al sector privado mucho menos dinámico”.

Entre los indicadores más recientes, los despachos de cemento al mercado interno, ajustados por estacionalidad, cayeron un 2,4% en julio, mientras que en comparación interanual se registró una disminución del 2,8 por ciento. Por su parte, la producción automotriz sufrió una caída mensual del 12,7% desestacionalizado, sumándose al retroceso de similar magnitud en junio, lo que acumula un desplome del 24% en dos meses. En términos interanuales, el sector reportó una baja del 16,5 por ciento.

Este jueves se dará a conocer la información oficial del Indec sobre la industria manufacturera y la construcción de junio. La consultora LCG recordó que en mayo hubo un repunte de la industria del 2,2% desestacionalizado, el cual, sin embargo, no fue suficiente para recuperar lo perdido durante el primer trimestre. “El nivel se ubicó todavía un 0,7% por debajo de diciembre de 2024 y un 1% por debajo de noviembre de 2023”, indicaron.

Los datos anticipados reflejan una dinámica dispar entre sectores, con desempeños positivos en la refinación de petróleo (+13,3%), molienda de oleaginosas (+5,2%), consumo de energía eléctrica industrial (+3,5%) y molienda de cereales (+4,1%). En contraposición, mostraron caídas la siderurgia (-11,7%), la carne aviar (-6,1%), la producción automotriz (-3,9%) y las importaciones de bienes intermedios (-2,2 por ciento). “La recuperación que había comenzado en abril se muestra limitada y con una creciente heterogeneidad”, evaluaron en LCG. Aun así, prevén “otro mes de crecimiento modesto” para el sector fabril.

Por su parte, la Fundación Mediterránea alertó sobre un “claro estancamiento” en el ritmo de expansión de la actividad durante el segundo trimestre. Aunque las proyecciones para junio anticipaban un leve incremento, proyectaron que el trimestre cerraría con un crecimiento de en torno al 1%, muy por debajo del 3,9% registrado entre enero y marzo. En comparación con el último trimestre de 2024, la expansión sería apenas la mitad.

A pesar de esta desaceleración, desde la entidad subrayaron que el nivel de actividad global continúa en terreno elevado. “Se ubica un 4,5% por encima del que existía en noviembre de 2023”, enfatizaron. Sin embargo, los analistas coinciden en que el segundo semestre se enfrenta a un panorama más desafiante, con menor impulso en el consumo, volatilidad financiera y efectos rezagados del ajuste fiscal.

La Unión Industrial Argentina (UIA) expresó su preocupación por la evolución de la actividad económica y advirtió sobre el impacto que la contracción del crédito está provocando en la producción y el empleo. En un comunicado oficial, las autoridades de la entidad enfatizaron que “las tasas de interés deberían estabilizarse en un nivel razonable para la capacidad de las empresas” y destacaron la necesidad de contar con financiamiento accesible, especialmente para las pequeñas y medianas industrias, en un contexto de creciente presión sobre los costos.

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