Como se recordará, el lunes 15 de setiembre de 2003, Portillo, de 18 años, salía de trabajar en una panadería en la zona del barrio Paraná XVI, cuando fue cruzado por otro joven identificado como Sergio Godoy, quien extrajo un arma blanca y lo mató para robarle un par de zapatillas. El menor de 16 años fue acusado de Homicidio simple.
En la etapa de los alegatos el querellante Alejandro Grippo reclamó una condena de ocho años de cárcel, en tanto que la defensora solicitó la aplicación de un tratamiento de menores bajo la tutela del Juzgado.
Ayer en horas del mediodía, una vez más los gritos retumbaron con fuerza entre las paredes. La custodia policial reforzó el ingreso al juzgado de Menores con el fin de evitar mayores problemas.
Grippo al salir de la audiencia le comunicó a los padres, demás familiares y periodistas que “la jueza tomó la resolución de ampliar el tratamiento a que estaba sujeto el menor por el término de un año, someterlo a un tratamiento para luego analizar qué pasos se deben tomar”.
Aclaró que “la normativa de menores establece estas alternativas y ahora habrá que leer el fallo, más allá de que nosotros entendíamos que se debía imponer una pena para demostrar a la sociedad que las cosas no son tan sencillas”.
El menor en cuestión no participó de la lectura de la resolución. El pasillo central del segundo piso fue ocupado por familiares y amigos de la víctima que no repararon en gritar a viva voz todo lo que se les pasó por la cabeza.“Es una injusticia este fallo, los jueces no tienen en cuenta nada”, espetó la tía del menor asesinado para marcar que “la jueza no tuvo en cuenta que el menor, cuando mató, actuó como un asesino porque mató a un ángel, actuó como mayor y lo juzgan como menor”.
La hermana del chico ultimado, llorando, alertó: “Iván murió apuñalado por dos estocadas en el corazón, y este sinvergüenza de Sergio Godoy le robó la vida cuando él venía de trabajar. Nosotros queremos que se pudra en la cárcel, y no sé por qué los jueces no tienen en cuenta nuestro reclamo. Iván era un laburante y murió por la acción de este delincuente”.
Grippo, afectado por el malestar de la familia, les explicó que “ahora habrá que esperar un año para ver cómo evoluciona el tratamiento del menor y allí se analizará si se lo absuelve o se le aplica una condena”.
Reinserción
La jueza interviniente en el caso dispuso que el menor imputado, que en ese momento tenía 16 años, sea sometido a un tratamiento reinserción de menores. La magistrada dictó un auto de responsabilidad. En la actualidad cuenta con 19 años y vive con su hermana en Buenos Aires y está bajo un régimen especial.El querellante en la causa había solicitado ocho años de prisión por entender que se dan todos los recaudos legales exigibles para que un menor mayor de 18 cumpla una condena en la cárcel.
En la audiencia se conoció que el acusado reconoció el hecho, pero aclaró que actuó en una pelea.(Fuente: Diario UNO)