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Viernes, 3 de febrero de 2023

(Mención a Entre Ríos) En tres meses perdió cinco veces los techos de sus viveros citrícolas y la sequía redujo en un 40% su producción

(Mención a Entre Ríos) En tres meses perdió cinco veces los techos de sus viveros citrícolas y la sequía redujo en un 40% su producción
Así quedó uno de los viveros de citrus de Nicolás Carlino luego del paso de un "diablillo" esta semana.

Lasinclemencias climáticas vienen castigando a la actividad citrícola del norestedesde hace tiempo. Tres años consecutivos de sequía que dejaron significativasmermas productivas, una pedrea que destruyó la fruta en el invierno y sucesivasvoladuras de techos de los viveros en pocos meses, ponen a los agricultores enuna situación crítica.

Enlos últimos 30 días, Nicolás Carlino, ingeniero agrónomo, directivo deConinagro y productor citrícola de la localidad correntina de Montecaseros,tuvo que reponer tres veces los techos de sus viveros debido a los dañoscausados por una tormenta y varios torbellinos de tierra. Para él no fue algonuevo, ya le había ocurrido otras dos veces en los dos meses anteriores. Elfenómeno se viene repitiendo en la provincia durante el verano, generandoimportantes perjuicios a la producción (Ver video de portada: torbellino en lazona hortícola de Santa Lucía, Corrientes)

“Elclima está complicado, con altas temperaturas, te entra humedad y te armafrentes de tormentas con vientos fuertes que te levantan los techos, pero elotro día sucedió al mediodía, en un día caliente y totalmente despejado entróun diablillo – esos torbellinos secos que se forman por cuestiones térmicas- yme voló todo”, repasa el productor.

Esedía, escribió en su cuenta de Instagram: “Fácil es producir… salís a las 11para atajar un penal en el banco y cuando volvés a tu casa a las 12:15 teencontrás que el clima te metió dos goles de arco a arco. Tercera vez que vamos a tenerque techar en menos de un mes. Diría un gran amigo que ya no está: esto no espa’ flojos”.

El27 de diciembre había repuesto la cobertura dañada y al día siguiente, unatormenta le llevó tres techos nuevamente. Ahora, por un torbellino, volvió aperder la estructura que apenas tenía unos quince días de instalada. “Voy paraatrás, con la realidad que tenemos, para poder seguir produciendo tenés que verde dónde sacás la plata, y encima esto”, está complicado”, dice Nicolás.

Elcosto estimativo para poner media sombra y techo nuevos, por galpón, es de$200.000 entre materiales y mano de obra. Eso, multiplicado por cinco, es loque tuvo que gastar en los últimos tres meses debido a las inclemenciasclimáticas.

Esque por regulaciones sanitarias, la producción de citrus en Argentina debehacerse bajo cubierta, con una malla antiáfidos para proteger a las plantas dela chicharrita Diaphorina citri, la cual transmite una bacteria que produce laenfermedad Huanglongbing (HLB), la más devastadora de las plantacionescitrícolas a nivel mundial. Por eso, la reposición de los techos perdidos nopuede esperar.

Elescenario es complejo ya que la región atraviesa el tercer año consecutivos desequía y los recortes en la producción fruta de calidad comercial de estacosecha se estiman, al menos, en un 40%, en las proyecciones más conservadoras.”Ya hacia el 12 de enero se terminó toda la fruta en planta que había, la quehay es de cámara, y venimos para atrás, con fruta sin tamaño, citricultoresendeudados para poder continuar produciendo, porque aunque tengas años de bajaproducción, a la quinta le tenés que seguir poniendo igual para seguiradelante, entonces te vas a endeudando, después no tenés la plata para repagareso y se hace un círculo que no te permite crecer y hoy te pone en riesgo de nopoder mantenerte en la actividad”, cuenta el ingeniero.

Yaen el invierno de 2022, un temporal de mal tiempo que atravesó toda laprovincia de Entre Ríos, había afectado severamente a la zona citrícola queestá entre el noreste del territorio y la zona sureste de Corrientes, haciendoestragos en las plantaciones en plena temporada de recolección.

“Huboprecipitaciones intensas, con granizo muy grande que provocó daños irreparablesen frutas y algún impacto en planta”, recordó Nicolás. Esa produccióndirectamente se perdió.

Paratener una idea de la serie completa y no solo de los últimos capítulos, hastahace 15 años Nicolás tenía 127 hectáreas en producción de citrus pero hoy solole quedan 60. Las circunstancias lo obligaron a achicarse. Él tiene laesperanza de revertir esa tendencia: “Con la realidad que nos toca vivir,muchos productores están abandonando la producción, espero no ser uno de esos”,expresa.

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