Lunes, 13 de octubre de 2025   |   Campo

Mejora en la ecuación de costos y crece la expectativa por el uso de fertilizantes

Mejora en la ecuación de costos y crece la expectativa por el uso de fertilizantes

Menos soja, más insumos: así podría resumirse el nuevo panorama. Tras la suspensión temporaria de las retenciones, el poder de compra de la oleaginosa mejoró entre 25% y 30%, impulsado por la suba del precio local —de unos US$300 a US$350 por tonelada— y por la reciente baja en insumos como la urea y el fosfato monoamónico.

Cabe aclarar que, aunque la soja no utiliza fertilizantes como la urea, muchos técnicos recomiendan la aplicación de otros nutrientes —por ejemplo, fósforo— para mejorar los rendimientos. Estos cálculos permiten además medir el poder de compra del productor y evidencian cómo cambió la ecuación entre el valor del grano y los principales insumos agrícolas. En definitiva: hoy, con menos soja se pueden adquirir más insumos.

En ese contexto, los especialistas señalan que es un buen momento para aprovechar el canje, porque se requieren menos toneladas para comprar fertilizantes, herbicidas y servicios agrícolas de cara al ciclo 2025/26. Asimismo, subrayan que esta mejora coincide con el hecho de que muchos productores aún conservan soja de la campaña pasada y deben definir las compras para la nueva siembra.

“Después de la baja a derechos de exportación cero, porque si bien duraron 72 horas, el decreto hizo que la soja pasara de US$300 a US$350 aproximadamente. Y eso se combina con una caída en el precio de la urea local, que internamente había subido mucho después del conflicto entre Israel e Irán, y ahora se está acomodando a la baja”, explicó Javier Patiño, analista de mercados.

Evolución del poder de compra de la soja@jpreciadopatino

El especialista señaló que, aunque la soja no utiliza urea en su esquema de fertilización, el efecto es relevante al medir el poder de compra del productor frente a los insumos más representativos del paquete tecnológico. “El poder de compra en términos de fertilizantes mejoró 29 % en el caso de la urea y 24 % en el del fosfato monoamónico (MAP) en el término de un mes”, detalló.

Patiño agregó que este panorama aparece en un momento clave: el inicio de la siembra de maíz. “Es una buena señal, porque la campaña está arrancando muy temprano, con más ritmo que en otros años y con buena disponibilidad de agua en el perfil. En este contexto, invertir en fertilización puede ser un buen negocio, sobre todo con híbridos de alto potencial y condiciones de humedad favorables”, señaló.

En ese sentido, el analista consideró que “este combo —una soja con mayor poder de compra, en un momento en que se están vendiendo 300.000 toneladas por día y se está sembrando el maíz— puede llevar a que tengamos una muy buena aplicación de tecnología en el cultivo de maíz”.

Jeremías Battistoni, analista de granos de AZ-Group, coincidió en que el repunte de precios de la oleaginosa habilita un momento propicio para canjear soja disponible por insumos, herbicidas o servicios agrícolas. “Desde principios de octubre, la soja disponible, remanente de la campaña 2024/25, cotizó de 340 a 345 dólares por tonelada, que son valores superiores a la capacidad teórica de pago de los compradores, como consecuencia de la necesidad de completar operaciones para cumplir con las declaraciones de venta inscriptas durante los días de retenciones cero”, indicó.

Ese salto del precio de la soja mejora la ecuación frente a los costos. “Este repunte de precios de la oleaginosa permite comprar con ventaja los insumos necesarios para sembrarla en el ciclo 2025/26, ya que la mayoría de los insumos han mantenido su valor en las últimas semanas. De esta forma, se deben vender menos toneladas de soja para comprar, por ejemplo, una tonelada de fertilizante o 100 litros de herbicida”, agregó.

Según los cálculos de AZ-Group, se necesita 27% menos soja para comprar 100 litros de glifosato y 33 % menos para la misma cantidad de atrazina. En fertilizantes la mejora también se observa: hacen falta 7% menos soja para adquirir una tonelada de urea y 1 % menos para una tonelada de fosfato monoamónico (MAP).

Los fletes, si no aumentan en los próximos días con la llegada de la cosecha de trigo, también están “baratos” medidos en soja: se requieren 19% menos toneladas para pagar el mismo servicio.

Relación insumo producto del dispensable y variación vs últimos tres añoszz group

La situación es menos favorable cuando se analiza en maíz o trigo. En el caso del maíz, conviene venderlo solo para comprar los dos herbicidas y para pagar fletes. “No es buen momento para encargar fertilizantes ni para pagar labores”, advirtió.

Con el trigo disponible, en tanto, las ventajas son más acotadas: solo glifosato y atrazina presentan relaciones convenientes. No obstante, Battistoni destacó un dato relevante: la devaluación del tipo de cambio, que pasó de 1100 a alrededor de 1400 pesos, “diluyó un poco el costo de combustibles, labores, fletes e impuestos patrimoniales”, lo que también ayudó a mejorar las relaciones de canje frente a los costos pesificados.

María Fernanda González Sanjuán, gerente ejecutiva de Fertilizar Asociación Civil, señaló que la mejora en la relación insumo-producto también se ve en las proyecciones para toda la campaña agrícola. “La relación de precios entre los granos y los fertilizantes (insumo-producto, I/P) ha mostrado una mejora interesante respecto de lo que se observaba hace apenas un mes. Si bien los valores de los granos se mantienen ‘bastante acomodados’ tras la breve eliminación de retenciones, el principal motor de esta mejora en la I/P —medida como la cantidad de kilos de grano necesarios para adquirir un kilo de fertilizante— ha sido la caída en los precios de los fertilizantes, tanto nitrogenados como fosfatados, registrando bajas del orden del 8% y 4%, respectivamente”, explicó.

La especialista añadió que el consumo de fertilizantes en la campaña depende de la superficie sembrada, del porcentaje de lotes fertilizados y de las dosis aplicadas por hectárea. Y advirtió que, con perfiles de humedad óptimos en gran parte del país y la posibilidad de alcanzar producciones récord, será clave ajustar las estrategias de fertilización a las metas de rendimiento.

“Los suelos muestran escasa capacidad para acompañarnos, y será la disponibilidad de nutrientes la que defina el techo de los rendimientos en esta campaña”, concluyó.

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