El Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires estableció una nueva normativa para el inicio del ciclo lectivo 2025 en el nivel secundario: se les computará una falta a los alumnos que participen del Último Primer Día (UPD) y, al asistir a clases, las autoridades educativas consideren que están “en condiciones inapropiadas”.
Según indicaron desde el Gobierno porteño, esta medida busca “garantizar la seguridad de los estudiantes y de los establecimientos educativos” durante el UPD, un evento tradicionalmente celebrado por los futuros egresados. A pesar de la importancia emocional que fue adquiriendo para los estudiantes adolescentes esta celebración, las autoridades consideran que debe llevarse a cabo “con responsabilidad y compromiso” para evitar situaciones de riesgo.
La normativa establece que aquellos estudiantes que lleguen al primer día de clases en “condiciones inapropiadas” o que presenten “comportamientos inadecuados” durante la jornada escolar no podrán permanecer en los establecimientos educativos. En estos casos, las familias recibirán una notificación para retirar a los estudiantes de la escuela, y estos recibirán una falta.
Esta disposición fue comunicada a través de una carta oficial enviada a las familias y a los directivos, con el objetivo de que toda la comunidad educativa estuviera al tanto de las nuevas medidas para el ciclo lectivo.
El Último Primer Día se convirtió en una tradición con significados para los estudiantes de último año de secundaria, que lo viven como una ocasión especial para celebrar el inicio de su último ciclo escolar. Sin embargo, la cartera de Educación -que conduce la ministra Mercedes Miguel- advirtió que la celebración no debe derivar en comportamientos irresponsables ni en situaciones peligrosas, como el consumo de alcohol, un fenómeno común en estas celebraciones y que puede comprometer la seguridad de los jóvenes.
Con la finalidad de promover un festejo más seguro, el
Gobierno porteño propuso varias alternativas para que los estudiantes disfruten
del UPD. Entre las sugerencias se encuentran la posibilidad de celebrarlo dos
días antes del inicio de clases, evitando así la coincidencia con el primer día
escolar, o bien realizar actividades dentro de las escuelas. Algunos ejemplos
son desayunos de bienvenida u otros eventos organizados en el ámbito escolar
que permitan a los jóvenes conmemorar el día de forma segura.
La medida tiene un doble objetivo: evitar que los estudiantes participen en celebraciones que puedan poner en riesgo su integridad física y emocional y, al mismo tiempo, asegurar que el UPD no se convierta en un obstáculo para el inicio normal de las clases.
Además, el Ministerio de Educación solicitó a los directores de las instituciones educativas que refuercen la comunicación con las familias, invitándolas a apoyar el recorrido educativo de sus hijos y a promover una celebración sin excesos. También se hizo un llamado a fomentar la conciencia sobre la importancia de celebrar de manera segura.
De esta forma, el Gobierno porteño espera contar con su
apoyo en la tarea de promover un UPD responsable. Asimismo, se sugieren charlas
informativas para sensibilizar a los jóvenes sobre los riesgos asociados al
consumo de alcohol y otras conductas irresponsables, con la intención de que
los estudiantes comprendan la importancia de vivir esta experiencia de manera
sana.
Desde el Ministerio de Educación se recalcó que la prioridad
es garantizar la seguridad de los estudiantes, así como la de la comunidad
educativa en general. Para lograrlo, se mantiene una postura firme respecto a
la normativa sobre la asistencia al primer día de clases, que se sostendrá a
partir de ahora en todos los ciclos lectivos siguientes.
El antecedente más reciente de un UPD inseguro se registró
en la ciudad de Victoria, Entre Ríos, donde un chico de 16 años perdió su mano
izquierda tras la explosión de un mortero durante los festejos.
Tal como puede observarse en el video adjunto, el joven
levantó su brazo izquierdo y se produjo la explosión de la pirotecnia. Tras el
incidente, fue trasladado al Hospital Salaberry, donde se confirmó la gravedad
de su lesión y se notificó a sus padres.