"Estimados, en caso que no haya quedado claro, este gobierno vino a bajar impuestos". Apremiado por los reclamos que llueven desde sectores aliados, el ministro de Economía, Luis Caputo, salió este martes a defender el rumbo de la administración libertaria e intentó bajarle el tono a quienes le piden mayor celeridad al Gobierno para descomprimir la presión impositiva.
Sucede que, en la previa del inicio de las sesiones extraordinarias, la pulseada tributaria calienta el vínculo entre Nación y los gobernadores e intendentes, con fuego cruzado desde ambas márgenes. Concretamente, Caputo volvió a la carga con el pedido para suprimir las tasas municipales, mientras que diversos jefes provinciales se plegaron a la asonada del campo y suman volumen al conflicto por las retenciones.
Fuego cruzado entre gobernadores y Nación por los impuestos
En un extenso posteo en su cuenta de X, el funcionario dijo que sólo es posible bajar impuestos si hay superávit fiscal y remarcó que la ortodoxia fiscal y monetaria no es negociable. "A las provincias y municipios les digo que están cordialmente invitados a esta tarea. Todavía no hemos visto una provincia reducir Ingresos Brutos, sin lugar a dudas EL PEOR IMPUESTO que una economía puede tener", protestó el economista, que desistió de participar en el Foro de Davos y regresó desde EEUU a la Argentina para recibir a una misión del FMI.
Texto y contexto. La publicación de Caputo no fue casual:
apenas horas antes, los gobernadores de Santa Fe, Maximiliano Pullaro; Entre
Ríos, Rogelio Frigerio; y Córdoba, Martín Llaryora, habían alzado la voz con
dureza contra el Gobierno por la situación del sector agropecuario. Desde
Rosario, donde animaron la primera cumbre del año de la Región Centro, los
mandamases dieron una muestra de fuerza e hicieron énfasis en la necesidad de
suprimir las "malditas retenciones", al tiempo que advirtieron por la
crisis del campo.
"Si no se toma la decisión rápidamente de bajar las
retenciones, podemos tener un colapso en materia agropecuaria como ocurrió en
los 90. Queremos que bajen las retenciones para que ese dinero quede en mano de
los productores. Si se funde el campo, la vamos a pasar muy mal", lanzó
Llaryora en un misil dirigido a la Casa Rosada. A la par, los dirigentes
remarcaron que los tributos provinciales sobre la producción son apenas el 5%,
mientras que la carga nacional es del 67%.
Los tres mandamases movilizaron a parte de su gabinete a
tierra santafesina, donde acordaron la creación de una mesa con todos los
jugadores del agro para monitorear la situación.
Además, anunciaron que el 100% de lo recaudado por el
Impuesto Inmobiliario Rural -tributo a cargo de las provincias- será
reinvertido en el rubro. No obstante, más allá de ponderar los esfuerzos de las
administraciones subnacionales, el trío puso el acento en la necesidad de
conseguir respuestas por parte de Javier Milei.
El tema no es menor: la Región Centro nuclea cerca del 55%
de la producción de granos del país. También el 38% de las exportaciones
totales, el 18% del Producto Bruto Interno (PBI) y el 70% de la producción
láctea, según datos del Consejo Federal de Inversiones (CFI).
Al corrillo de quejas se sumó también el peronista Ricardo
Quintela, aunque no habló sobre las retenciones sino sobre las tasas
municipales. "No son los municipios ni sus tasas quienes causan la
inflación, sino decisiones nacionales erradas. Caputo debería estudiar más a
fondo las causas del problema antes de hacer afirmaciones precipitadas",
comentó.
Ruido del Gobierno con aliados
Para el Gobierno, la preocupación es doble. Por un lado,
porque el incipiente conflicto es con el campo, que apostó con vehemencia por
Javier Milei y hoy empieza a marcar reparos cada vez más notorios. Por el otro,
porque la situación ya impacta entre mandatarios aliados, que serán clave para
llevar a buen puerto los proyectos en las sesiones extraordinarias. A ese
escenario se suma la irritación entre las provincias por la negativa del
Presidente de discutir el Presupuesto para este año.
Casi en espejo a la cumbre de la Región Centro, el jefe de
Gabinete, Guillermo Francos, recibía en la Casa Rosada a los líderes de los
bloques de Diputados dialoguistas. Uno de ellos, el radical cordobés Rodrigo De
Loredo, compartió las penurias de su gobernador y puso sobre la mesa el pedido
por las retenciones. También admitió estar dispuesto a votar "a libro
cerrado" el Presupuesto con tal de que el Gobierno dé luz verde para
tratarlo en el Congreso.
Si bien Llaryora, Frigerio y Pullaro pertenecen a fuerzas
distintas, el trío aportó votos clave para La Libertad Avanza (LLA) en
distintos momentos de la gestión Milei. Aunque no son todos, los tres
oficialismos tienen legisladores en el bloque Encuentro Federal (EF), cuyo
presidente, Miguel Ángel Pichetto, pegó el faltazo a la cumbre en Balcarce 50
molesto por el constante "ninguneo" del Gobierno al parlamento. Su
bancada reúne un nada despreciable número de 16 escaños.
Desde algunas administraciones, sin embargo, ponían paños fríos a la situación y recordaban que el temario convocado para las extraordinarias es, mayormente, de corte político y no económico (eliminación de las PASO, Ficha Limpia y pliegos de la Corte Suprema, entre otros ítems). Eso no quita que eventuales apoyos o rechazos puedan servir como moneda de cambio por los gobernadores para habilitar otros debates.
Caputo había encendido la mecha a comienzos del 2025, cuando les envió una nota a las jurisdicciones para pedirles que, con el fin de evitar incrementos en la presión tributaria, "implementen medidas para que sus municipios se adecuen a la legislación y promuevan la derogación de las tasas" cuyo valor "no guarde proporcionalidad con el costo de la prestación del servicio".
Ese mensaje no cayó bien en los distritos, que ya molestos por prórroga del Presupuesto 2023, que también rigió en 2024, deslizaron críticas a la administración libertaria. "Los impuestos nacionales son los que explican más del 80% de la presión fiscal en Argentina", respondió el ministro de Economía de una importante provincia en diálogo con Ámbito.