Es cuarta generación de productores agropecuarios, en
Gobernador Mansilla, Departamento Tala, Entre Ríos. Su familia siempre se
dedicó a la cría de ganado Angus, pero su pasión por la observación fina de la
evolución del ganado, con los años, lo llevó a iniciarse en el tambo. No solo
para producir leche y quesos, sino también para criar ganado de pedigree
Jersey, raza que elige por adaptarse mejor a su sistema productivo.
Santiago Izaguirre (50) comenzó la transición de la cría
vacuna a la producción lechera hace 8 años. Al dividirse el campo familiar, se
quedó con 190 hectáreas donde hace agricultura, ya pensando en dedicarse al
tambo que iniciaría tiempo después.
“Arranqué con la idea de recriar terneros Holando para
venderlos como animales de carne, de 350 kilos, para consumo. Empecé ordeñando
a mano una vaca pampa Hereford negra, descendiente de Hereford y de Holando,
que por eso tenía alta producción de leche. Estaba en el campo y apareció en el
rodeo general para criar unos guachos. Me fue atrapando la forma de producir
leche y ahí fue que me picó el bichito del tambo”, recuerda.
Con esa idea, achicó su rodeo de cría y comenzó a comprar
vacas y vaquillonas de razas lecheras para crecer en el tambo, en una zona
-Nogoyá, vecina a Tala- donde abundan las Holando, los tambos y las queserías.
Su historia con el tambo comenzó con un pequeño tambo
alquilado de 10 hectáreas con máquina de ordeñe al tacho de 3 bajadas en línea,
donde se inició con un pequeño rodeo de 12 vacas overas a las que luego se
sumaron también Jersey.
Rendir examen
En ese momento, su instinto observador encontró un motivo
para comparar el rendimiento de ambas razas en su tambo. “Como soy muy seguidor
de la vaca, tomo, registro y mido los rindes de producción. La lechería exige
ser muy metódico con las mediciones como los índices de preñez y de producción.
A mí eso me encanta porque saco leche y rindo examen todos los días. Si hiciste
las cosas bien, la vaca te da leche y si hiciste las cosas mal, no”, explica
Santiago.
A comienzos de este año, logró agrandarse, alquilando un
tambo de 55 ha e instalaciones más grandes, línea de ordeño de 6 bajadas, fosa
y corral de espera, en Nogoyá, plena cuenca lechera entrerriana, donde además
tiene la quesería.
El tambo es pastoril a base de pasturas, verdeos de avena,
rollos de alfalfa y sorgoEl tambo es pastoril a base de pasturas, verdeos de
avena, rollos de alfalfa y sorgo
La ampliación le permite hoy tener 25 vacas en ordeño, más
otras 9 vaquillonas ya preñadas de primera parición, rodeo que espera duplicar
en los próximos 2 años. “Trabajo con inseminación con semen sexado, no uso
toros y eso me permite tener un buen lote de vaquillonas jóvenes, más las
terneras”, precisa.
A propósito de su evolución comenta: “Estoy saliendo
adelante con mitad de rodeo Jersey y mitad Holando, con la idea de que sea todo
Jersey. Elijo esta raza por muchos factores. Al tener un tambo chico con
corrales de piso de tierra y en un sistema pastoril, las vacas Holando son muy
pesadas y con las Jersey, después de una gran lluvia, se puede entrar a la
pradera un día antes que con las Holando”.
Por otra parte, comenta que “la leche de Jersey, al tener
mayor materia grasa mejora el rendimiento para producir queso. Esto me hizo
decidir por la Jersey, y también por el sistema productivo que yo trabajo”.
El tambo de Santiago es pastoril a base de pasturas, verdeos
de avena, rollos de alfalfa y sorgo, más suplementación de alimento balanceado
en el ordeño y suero, subproducto de la elaboración quesera, dieta a la que
eventualmente se suma silo de maíz o sorgo. La recría de las terneras se
realiza en su campo de Gobernador Mansilla, donde también hace agricultura.
Tiene un rodeo joven de 25 vacas en ordeño con una producción diaria individual de unos 22 litros.Tiene un rodeo joven de 25 vacas en ordeño con una producción diaria individual de unos 22 litros.
Raza elegida
Mientras tanto, la quesería artesanal, ubicada junto al
tambo, tiene una sala de elaboración con tinas y calderas adecuadas, donde
diariamente producen quesos sardo y Holanda, el queso de postre de cáscara roja
que se llama así en Entre Ríos y que en Buenos Aires suele conocerse como Mar
del Plata. Con la producción (unos 500 litros diarios) elaboran unos 55 kilos
de queso, que venden a industrias de Nogoyá que lo comercializan.
El tambo, con una producción diaria individual de unos 22
litros, tiene un rodeo joven de 25 vacas en ordeño, con un promedio de 1,3
partos por vaca. A ellas se suman 9 vaquillonas preñadas de primera parición,
que se incorporarán en el próximo año a la producción. El rodeo está compuesto
en partes iguales por animales Holando y Jersey. De estos últimos, la mitad son
de pedigre, ya que Santiago comenzó a criar esta raza en 2019.
“Primero compré unas vacas de rodeo general y allí probé las
diferencias productivas entre las Jersey las Holando. En la Fiesta la Leche, en
Nogoyá, pude comprar mis 2 primeras vaquillonas de pedigree, de la Cabaña San
Isidro Labrador de Escobar”, cuenta Santiago, quien años después se decidió a
iniciar la cabaña de esa raza lechera.
La cabaña
Logrado, es el nombre de la cabaña, heredado del campo familiar
que pertenecía a su padre y es también el prefijo que tienen sus animales de
pedigree en la Sociedad Rural Argentina. Algunos de ellos forman parte del
rodeo lechero del tambo, algo no muy común para quien hace ganadería de
pedigree.
Al respecto, Santiago ya ha comenzado a foguearse con buenos
resultados en exposiciones zonales. Este año estuvo en Todo Láctea (San
Francisco, Córdoba) y hace pocos días compitió en la Exposición Rural de
Brandsen, Buenos Aires, donde Logrado obtuvo el premio Gran Campeón Macho
Junior con un toro Jersey.
En cuanto al futuro de su tambo, Santiago señala que “mi
objetivo es poder completar un rodeo lechero Jersey de 60 a 70 vacas de
excelencia en más o menos 5 años y seguir creciendo con la lechería. Me gusta
la actividad. Me gusta el animal. Mi satisfacción más grande es cuando pasa el
veterinario a los 30 días de inseminación y me confirma la preñez. Hago el
tambo porque me gusta, es una forma de vida, que nos da el sustento a la
familia. Eso es suficiente”, asegura satisfecho.