“Hay que empezar a ordenar todo para el 2025 y 2027", aseguran en el Instituto Patria. En la casa política de Cristina Kirchner piensan en las elecciones legislativas del año que viene y en la construcción del armado que debe llegar fuerte para los comicios presidenciales. Todo con tiempo y en el medio de una interna feroz.
Mientras espera el fallo de la jueza federal María Servini, la ex presidenta trabaja activamente en acercar al corazón de su espacio a dirigentes que no forman parte del kirchnerismo. Y, al mismo tiempo, mantener siempre bien aceitada la relación con Sergio Massa, con el que se habla con frecuencia. Desde que se postuló para conducir el PJ Nacional, CFK recibió en su despacho a una gran cantidad de nombres propios con larga trayectoria en el peronismo. Las reuniones fueron más o menos similares. Consultas sobre la situación del distrito al que pertenecen, análisis de la situación política actual, algún coletazo de la interna peronista, el programa que quiere discutir ella para la modernización de la fuerza política y una foto. La imagen como corolario del encuentro y como muestra de apertura.
Una de las últimas reuniones la tuvo con el ex gobernador de Entre Ríos Gustavo Bordet y el ex titular de la Aduana Guillermo Michel. Los dos entrerrianos, los dos inmiscuidos en el nuevo ordenamiento del peronismo entrerriano, luego de que Rogelio Frigerio ganara la elección e hiciera desembarcar al PRO en la provincia.
Bordet siempre estuvo alejado del kirchnerismo duro. Tal es así que formó parte de armados peronistas que se generaron por fuera de los márgenes del mundo de CFK. Incluso, durante la gestión pasada, fue uno de los gobernadores que estuvo cerca de Alberto Fernández. Sin embargo, siempre fue moderado en su accionar y en sus palabras.
Ahora diputado nacional, Bordet trabaja muy cerca de Massa, que se mantiene en silencio pero activo. Tiene reuniones diarias en sus oficinas de avenida Libertador, donde suele plantear su disidencia con la interna que se lleva adelante en los distintos rincones del peronismo, ya sea en el PJ Nacional como en la provincia de Buenos Aires. Massa ya mandó a decir que si van a romper, que le avisen, que sigue su camino con el Frente Renovador por fuera del esquema de Unión por la Patria (UP).
Fue una forma de pedir que frenen con el tiroteo interno. Una advertencian ante un sinfín de acusaciones y chicanas que vuelan de un lado al otro. Una múltiple ruptura del espacio sería un banquete para servir en la Quinta de Olivos. Pura ganancia para Javier Milei.
Desde que dejó la Aduana, Michel comenzó a apostar fuerte por el ordenamiento del peronismo en Entre Ríos. De estrecha relación con el líder del Frente Renovador, es de los que considera que todos los sectores tienen que estar contenidos bajo el mismo paraguas. Tal como hasta ahora UP pero con menos tensiones. El ex funcionario tiene línea abierta con los dirigentes del espacio del centro, que CFK mira de reojo desde que comenzó a pensar cómo construir una coalición anti Milei.
“Apoyó la lista de CFK desde un primer momento”, destacaron en el Patria respecto a Bordet, que será uno de los nombres propios más pesados en el rearmado del peronismo en una provincia importante dentro del mapa electoral. A través de actores como él y Michel, la ex presidenta busca tener el detalle de lo que sucede en el territorio y con cada gobierno local.
Además le sirve para mostrar una faceta fundamental que le quiere imprimer a este nuevo tiempo. Habla con todos. Un par de semanas atrás la ex mandataria recibió a Sergio Uñac y a José Luis Gioja, los dos ex gobernados de San Juan y las voces fuertes del peronismo en esa provincia. Fueron por separado, como marca la historia de la furiosa interna que protagonizan. CFK les dejó en claro a los dos que los quiere adentro de su esquema. Arreglen lo que tengan que arreglar, pero los pateando para el mismo equipo.
En los últimos años Uñac se había posicionado como una cara nueva del peronismo del interior, una punta de lanza para iniciar la tan nombrada renovación. Lo veían como el protagonista de un cambio posible, que busca derivar en una modificación en la conducción del espacio político.
El soñado encargado de correr al kirchnerismo del puesto de mando. El sanjuanino coqueteó varias veces con ser candidato a presidente pero nunca concretó. Sus últimos movimientos dan cuenta de un manifiestao acercamiento a la ex vicepresidenta.
Gioja, en cambio, siempre estuvo alineado a Cristina Kirchner. Tal es así que en la interna que los enfrentó en San Juan, el kirchnerismo siempre jugó del lado del “flaco”, como se lo conoce dentro del peronismo. El ex mandatario fue el presidente del PJ después de la intervención de María Servini y desde ahí puso el partido en movimiento para colaborar en el armado del Frente de Todos, de cara a las elecciones del 2019. Tiene un rol histórico que sobresale del presente.
En las últimas semanas CFK también recibió al ex gobernador de Tucumán Juan Manzur, que ha sabido estar tan lejos como cerca de la ex presidenta, y que fue el candidato a vicepresidente de “Wado” de Pedro durante menos de un día. El actual senador es la contracara de Osvaldo Jaldo, el actual gobernador, que ha decidido ser un aliado táctico de Javier Milei. La discusión del peronismo tucumano es una íntem a tener en cuenta en la agenda de la ex presidenta.
También pasaron por las oficinas del Patria el ex ministro de Seguridad Aníbal Fernández y el ex jefe de Gabinete Agustín Rossi. Los dos quedaron parados del lado de Alberto Fernández en los últimos años del gobierno pasado, y siempre tuvieron diferencias con La Cámpora, más que con a ex jefa de Estado. Fernández ha sido muy duro en sus declaraciones, sobre todo con Máximo Kirchner, pero la ex vicepresidenta le abrió la puerta para la reconciliación.
Rossi es parte de una camada de dirigentes que forman el kirchnerismo histórico y que, con críticas y matices, han tenido diferentes posturas a lo largo de los años, pero nunca rompieron completamente los puentes que los unia a la ex mandataria.
El “Chivo” es el jefe político de Germán Martínez, el presidente del bloque de diputados de UP y el actual candidato a vicepresidente tercero. Los lazos vuelven a estar bien fuertes otra vez.
Los lugares que ocupa cada uno son señales claras. Cristina Kirchner trabaja en el armado de su espacio, mientras sabe que su liderazgo es discutido en la homogénea estructura del peronismo. Ha decidido jugar a fondo sin que le tiemble el pulso. Es una jugada arriesga y una lectura política que ha recibido críticas.
¿Para que bajó al barro del PJ? ¿Por qué no pudo alinear a Ricardo Quintela y Axel Kicillof? Su liderazgo está sufriendo grietas pero su potencia para construir un esquema de poder sigue vigente. Y eso es lo que está haciendo todos los días desde su pulcra oficina del Instituto Patria.