"Salió por un 280". Así de cortito, contundente y
críptico -como buen lenguaje de Tribunales- se fue desparramando este martes la
noticia de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación había dejado firme la
condena a "prisión perpetua" de Nahir Galarza.
El número 280 remite al artículo del Código Procesal Civil y
Comercial que se aplica cuando el máximo tribunal del país rechaza de plano una
apelación. En este caso, "la queja por recurso federal" que los
defensores de Nahir habían interpuesto a fines de 2020 para tratar de revertir
la sentencia de la joven -hoy de 25 años- por el crimen de su novio, Fernando
Pastorizzo (20)
"El recurso extraordinario, cuya denegación originó
esta queja, es inadmisible. Por ello, oído el señor Procurador General de la
Nación interino, se desestima la presentación directa", dice el primer
párrafo del fallo de la Corte, de apenas dos páginas.
Los defensores de Nahir argumentaron que el tribunal oral
que la condenó en 2018 no había tenido en cuenta los elementos que -según
ellos- indicaban que la chica sufría violencia de género por parte de Fernando.
De esta manera -dijeron en la queja- los jueces entrerrianos desconocieron
pactos internacionales firmados por nuestro país e incluidos en la Constitución
Nacional. En eso basaron su recurso federal.
La ultima declaración de Galarza en realación a que había
sido abusada de chica por su por su tío y que en realidad su padre había sido
el asesino de Fernando (más las pericias de parte que la mostraban como
esquizofrénica e inimputable), nunca formaron parte de la queja. Nunca. Esta ya
había sido presentada cuando todo ese barullo se puso en juego.
Esto empezó a quedar claro el 31 de octubre del año pasado,
momento en el que el Procurador Eduardo Casal dictaminó que no se abriera el
recurso de la defensa.
Aunque no estaba obligada, la Corte le pidió su opinión a
Casal, y este terminó convalidando la actuación de la Justicia de Entre Ríos en
los tres estadios por los que pasó la causa.
"En definitiva, la apelante formuló diversos planteos
ante los jueces de mérito, de Casación y del Superior Tribunal Provincial, que
fueron rechazados por las tres instancias locales e intenta llevarlos a
conocimiento de V. E. a pesar de que por su naturaleza son por regla ajenos a
la jurisdicción federal. En la medida en que los argumentos del a quo no fueron
objeto de una refutación específica y la parte no ha demostrado un notorio
desvío de las leyes aplicables o una total ausencia de fundamento que habilite
la intervención del Tribunal por la causal de arbitrariedad, en mi opinión el
recurso extraordinario resulta inadmisible", dice el dictamen publicado
por Clarín en exclusiva.
En palabras más sencillas, el Procurador Casal consideró que
la prueba contra Nahir fue evaluada correctamente, que no hubo arbitrariedad y
que la condición "recurso extraordinario federal" de la apelación no
estaba acreditada. Por eso le recomendó a la Corte rechazar la queja de plano
dejando firme la condena a prisión perpetua por "homicidio calificado por
ser de una persona con la cual mantenía o ha mantenido relación de
pareja".
Con el voto de Casal en contra, el misterio se redujo al
mínimo ya que es muy raro -aunque ha ocurrido- que la Corte pida su opinión y
luego resuelva diferente.
La tensión llegó al máximo la semana pasada cuando en la
mesa virtual, en la que las partes pueden ver el desarrollo del trámite del
expediente, apareció que la queja ya había pasado por las áreas de
"coherencia" y "jurisprudencia" y ya estaba en
"copias".
Ruben Virué, abogado de la mamá de Fernando Pastorizzo,
entró el viernes pasado a revisar la mesa virtual y vio lo que había ocurrido.
Inmediatamente supo que la resolución final del caso estaba cerca y se lo comentó
el sábado a Silvia Mantegazza, mamá de Fernando.
Ambos esperaban una confirmación de la condena pero
evaluaban que, tal vez, los jueces consideraran sacar el agravante ( "por
ser una persona con la cual mantenía o ha mantenido una relación de pareja")
para no sentenciar a una mujer tan joven a cadena perpetua.
Eso no ocurrió.
Cinco líneas fueron suficientes para sellar los próximos 30
años de Nahir Galarza.