La pobreza afectó a 41,7% de las personas en el segundo semestre de 2023, en el cierre del gobierno de Alberto Fernández. De ese total el 11,9% de las personas quedaron en situación de indigencia, informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos en base al relevamiento de la encuesta permanente de hogares, que se realiza en 31 aglomerados urbanos de la Argentina.

Si esos porcentajes se extienden a toda la población (46,7 millones), incluyendo la rural, equivale a casi 19.500.000 pobres, de los cuales 6,5 millones son indigentes porque carecen de ingresos o no les alcanzan para comprar los alimentos básicos. En proporción la indigencia creció más que la pobreza. La indigencia (pobreza extrema) subió de 8,1% al 11,9% (3,8 puntos porcentuales) y la pobreza de 39,2% a 41,7% (2,5 puntos porcentuales).

Tomando en cuenta la mayor inflación y devaluación de agosto de Sergio Massa y la de Javier Milei en diciembre, el 41,7% se desglosa en un 38,5% en el tercer trimestre y un 44,9% en el cuarto trimestre. Así el total de pobres al final de 2023 se elevó a 21 millones de personas pobres. En tanto el 11,9% de indigencia se divide en un 10% en el tercer trimestre y un 13,8% en el cuarto trimestre, o 6,5 millones que viven en hogares de pobreza extrema.

Con relación al segundo semestre de 2019, punto de partido del gobierno de Fernández, la pobreza aumentó desde 35,5% a 41,7%. Tomando en cuenta el aumento de la población equivale a 3,5 millones de nuevos pobres. Por su parte, y a pesar de las ayudas sociales, sobresalió la pobreza infantil con 58,4%. Así sobre poco más de 11 millones de menores de 14 años, los datos señalan que 6,4 millones viven en hogares pobres.

Esto significa que más de 6 de cada 10 de chicos menores de 14 años vive en hogares pobres, mientras 3 de cada 10 pobres (31,9%) de los pobres son menores de 14 años. Estableciendo la comparación con respecto al segundo semestre de 2022, la incidencia de la pobreza general aumentó de 39,2% al 41,7%: una suba de 2,5 puntos.

Esto representa un incremento de 1,4 millones de nuevos pobres. Mientras el promedio fue del 41,7%, las mayores incidencias de la pobreza en personas en el segundo semestre 2023 se observaron en las regiones Noreste (NEA), 48,4%; y Noroeste (NOA), 45,6%. En tanto en las regiones Patagonia fueron de 36,5% y Pampeana de 40,4%.

Por su parte, en la ciudad de Buenos Aires, la pobreza fue 21,4% pero en el conurbano bonaerense 47%. Eso arroja para CABA un total de 644.090 pobres, de los cuales 130.636 son indigentes. Y en los partidos del Gran Buenos Aires, los pobres suman 5.867.761, de los cuales 1.862.244 son indigentes.

Con más del 50% de pobres figuran las ciudades de Resistencia (65,2%), Concordia (56,2%), Santiago del Estero-La Banda (53,2%) y La Rioja (51,6%).

Durante todo 2023, el aumento de la línea de pobreza fue del 225,1% versus una inflación promedio del 211,4%. En el arranque de 2024, la situación no mejoró. Es que el Indec también dio a conocer el índice de salarios enero, con una variación de 16,4% mensual por debajo de la inflación del 20,6%. En la comparación interanual, la inflación alcanzó 254,2% mientras que la variación de los salarios fue del 181%.

“Por ende, en términos reales, podemos inferir que los salarios registraron una caída del 20,6% al comparar con enero de 2023”, dice la consultora ACM.

Por otro lado, los salarios del sector privado no registrado - donde sobresale la incidencia de la pobreza ---tuvieron una suba mensual de 11,2% e interanual de 124,4%. En términos reales, el poder de compra de este sector sufrió una caída mensual del 7,8% y del 36,7% interanual.

El aumento de la pobreza se explica por el empobrecimiento de los trabajadores ocupados en todas las modalidades laborales (registrados y no registrados) y en los que desempeñan por cuenta propia por el rezago de los ingresos de los hogares frente al fuerte incremento de la inflación. Y por la mala calidad del mayor empleo (asalariados y cuentapropistas informales, sin aportes jubilatorios y también entre los trabajadores registrados).

También porque la pobreza y la indigencia resultan de comparar los ingresos de las personas y familias con los valores de la canasta básica alimentaria (CBA) y a la canasta básica total (CBT), que tuvieron aumentos por encima de la inflación y de los salarios e ingresos de la población.

El Informe del Indec puntualizó que “los hogares indigentes tienen una distancia de $ 57.411 entre sus ingresos y el valor de la línea de indigencia. En términos porcentuales, esto implica que sus ingresos en promedio se encuentran 32,8% por debajo de la línea de indigencia.

En el caso de los hogares pobres, la distancia con relación a la línea de pobreza es de $ 135.898, lo que implica una brecha de 39,2%”. El Indec no difunde las cifras trimestrales de indigencia y pobreza por la alteración que provoca en la medición el cobro del medio aguinaldo, en junio y diciembre. Por eso da a conocer esas cifras cada seis meses, tomando en cuenta los periodos enero-junio y julio-diciembre. Pero las cifras trimestrales pueden obtenerse de los micro-datos del organismo.