La abrasadora ola de calor que derritió los ánimos en todo
el país en los últimos días de enero y principios de febrero obligó a los
argentinos a extremar los cuidados, beber líquido en cantidad y usar ropa más
que liviana. Una excepción notable fue la del presidente Javier Milei, quien
combinó en la Casa Rosada el uso de remeras con su ya tradicional e informal
campera de cuero oscura, la misma que se convirtió en marca registrada durante
la campaña electoral. Vistió la campera el martes pasado, cuando le dio la
bienvenida a “las fuerzas del cielo” al exkirchnerista Daniel Scioli, flamante
secretario de Turismo, Ambiente y Deportes.
El modelo de vestimenta de Milei, con zapatillas deportivas
y pantalón negro estilo militar, ya tiene incluso algún imitador en la Casa
Rosada. Se trata de un ignoto funcionario de tercera línea que se pasea con una
campera similar por los pasillos de Balcarce 50. Pero al margen del look, el
uso de la campera con altas temperaturas alimentó las versiones sobre las
razones por las que el Presidente se viste así. Alguna tesis suponían que
debajo del abrigo había un chaleco antibalas. Sin embargo, hubo algunos
funcionarios privilegiados que descubrieron el secreto. “¿Cómo no va a usar
campera si en su despacho hacen 12 grados de temperatura?”, ironizó uno de los
recientes visitantes de la oficina presidencial, en el primer piso de la Casa
Rosada.
Los mismos testigos -que por cierto no utilizan una campera
para cumplir funciones ejecutivas- se quejan por lo bajo del frío extremo en
esa oficina, que en algunos casos originó un inoportuno y persistente resfrío.
Sin animarse a pedirle al Presidente que suba la temperatura del aire
acondicionado, describen el despacho de Milei como una especie de fortaleza,
con las ventanas cerradas, sin luz solar, y por supuesto, siempre fresca.
Más de un memorioso en la Casa Rosada recordó aquellas
repetidas arengas del entonces presidente Mauricio Macri, quien en discursos
públicos insistía en la necesidad de utilizar el aire acondicionado a 24 grados
como una metodología para ahorrar energía. A pesar de esas arengas, Macri
reconoció en el programa de Marcelo Tinelli que con Juliana Awada hasta en
invierno encendían el aire acondicionado.
Una lección de pragmatismo enviada desde Chile
Muy activa se la vio la semana pasada a la canciller, Diana
Mondino, en reuniones con embajadores de distintos países a fin de reforzar
lazos y, en algunos casos, morigerar desconfianzas. Fue ese el objetivo de la
“amable” reunión con el embajador de Chile, José Antonio Viera-Gallo, un
político y diplomático de extensa trayectoria, que incluso, allá en los
principios de los años 70, fuera funcionario del presidente socialista Salvador
Allende.
Conocedor de la descripción crítica que el Presidente Milei
hizo de su par Gabriel Boric en una entrevista (“tiene las ideas equivocadas,
desde mi punto de vista”, dijo Milei), Viera-Gallo prefirió mirar hacia el
futuro y conversar con Mondino sobre la posibilidad de trabajos conjuntos en
algunos de los 27 pasos fronterizos, entre otros temas de interés común.
Fuentes diplomáticas recordaron que Allende vino durante su
presidencia al país, y se entrevistó con el entonces presidente de facto,
Alejandro Agustín Lanusse. “No pensaban lo mismo, pero él privilegió llevarse
bien con Argentina, y ahora Boric también”, elogió una fuente diplomática que
conoce el pensamiento del presidente chileno, único mandatario de la Patria
Grande presente en la asunción de Milei, el 10 de diciembre pasado.
Cristina y Alberto Fernández, preocupados por el vínculo con
el colombiano Petro
Donde no hubo pragmatismo posible, al menos por ahora, es en
el vínculo entre Colombia y la Argentina, golpeado por la definición de
“comunista asesino” que el presidente Javier Milei le asestó a su par Gustavo
Petro en una entrevista para la cadena CNN.
“No hay chances de arreglo, no pidieron perdón ni dijeron me
equivoqué”, confirmaron fuentes diplomáticas, que aseguran que el embajador
colombiano Camilo Romero no volverá a Buenos Aires luego de ser llamado a
consultas, y que el diplomático argentino designado en Bogotá, Mario Verón
Guerra, no obtendrá en lo inmediato el aval de Colombia para representar al
país. Los que sí se mostraron solidarios fueron los diputados kirchneristas del
Parlasur, que encabezados por el camporista Franco Metaza y el exembajador en
Ecuador Gabriel Fuks pidieron “disculpas” por el exabrupto en la sede
diplomática colombiana en Buenos Aires.
Cuentan voces indiscretas que los diputados kirchneristas
recibieron llamados del expresidente Alberto Fernández, quien desde Madrid se
interesó por el devenir del vínculo bilateral, y de la expresidenta Cristina
Kirchner, otra de las firmes aliadas de Petro que está hoy afincada en el
Instituto Patria.
Rogelio Frigerio, otra vez en “modo ministro” durante el
debate de la ley ómnibus
Funcionarios del gobierno de Javier Milei y dirigentes de
Pro, que fueron testigos del frenético entrecruzado de llamados en pos de un
acuerdo, se sorprendieron al ver al gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio,
en casi todas las conversaciones que derivaron en la aprobación, en general de
la ley ómnibus. “Estuvo en modo ministro”, ironizaron desde Balcarce 50,
recordando el paso del hoy gobernador como ministro del Interior de Mauricio
Macri, un tiempo de no pocos cruces con el jefe de gabinete, Marcos Peña,
combinados con el vínculo diario con gobernadores y diputados.
Cuentan fuentes bien informadas que Frigerio, en tándem con
el hoy ministro del Interior, Guillermo Francos, y el presidente de la Cámara
de Diputados, Martín Menem, salió por un rato de su rol de gobernador
entrerriano para buscar apoyos a la iniciativa oficialista. Frigerio se encargó
de llamar de modo discreto a los gobernadores patagónicos de distinto signo y
al salteño Gustavo Sáenz, también a diputados del antiguo Juntos por el Cambio
que se resistían a dar su aval al proyecto del Poder Ejecutivo, que seguirá su
tratamiento en particular a partir del martes en la Cámara de Diputados.
Un “fan” de Rodríguez Saá llegó a Diputados
Su ingreso a la Cámara de Diputados, oficializado en plena discusión de la “ley de Bases”, pasó casi desapercibido. Pero Ernesto Nader Alí, intendente peronista del municipio puntano de La Toma hasta diciembre, dejó clara su devoción por el exgobernador de San Luis Alberto Rodríguez Saá en su juramento como nuevo diputado nacional. “Por mi amada ciudad de La Toma, por mi amada provincia de San Luis, por la lealtad a mi doctrina ideológica a las tres banderas y al Alberto [Rodríguez Saá], y para luchar por el avasallamiento de los derechos y el atropello a las personas que estamos viviendo en la Argentina y en San Luis; sí, juro”, dijo Nader Alí en su jura como diputado nacional.
El exministror de Seguridad de Rodríguez Saá le dedicó renovados elogios a su jefe político, hoy dedicado al periodismo desde la dirección del Diario de la República, luego de cuatro décadas en el poder provincial, alternado con su hermano Adolfo Rodríguez Saá. El fanatismo del nuevo diputado por “el Alberto”, a quien considera su “padre y protector”, no es sólo retórico: hace unos años se tatuó en el hombro una muy visible imagen del exgobernador abriendo los brazos en señal de triunfo.