Tuvo que pasar casi un cuarto de siglo para que un gobernador no peronista inaugurara un nuevo mandato en Entre Ríos. Rogelio Frigerio recibió esta tarde los atributos del mando del justicialista Gustavo Bordet, quien a partir de ahora pasará a ser diputado nacional.
El mandatario entrante habló dos veces tras la jura. Primero ante la Asamblea Legislativa, donde hizo un llamamiento amplio a todos los sectores a ser parte de esta “nueva era” que comienza en la la provincia, dijo. Tras tomar juramento a sus ministros, dio otro discurso ante la concurrencia que colmó la Plaza Mansilla frente a la Casa de Gobierno. Fue más duro y no dejó pasar la oportunidad de detallar en qué situación se encuentra el Estado provincial.
“Voy a ser completamente sincero. La situación por la que estamos atravesando es muy delicada. A nivel nacional, ya lo describió el presidente Javier Milei de manera clara y contundente: no hay más plata”, confesó Frigerio ante invitados y público general.
Esta falta de dinero incluye subsidios y obras que “repercute en todas las provincias”, marcó.
“Vamos a tener que acompañar el norte que marcó el Presidente y volcar nuestro esfuerzo en ordenar las cuentas provinciales en un contexto complejo”, agregó. “Estamos recibiendo una provincia sin ahorros y endeudada”, apuntó luego.
El grado de desequilibrio es tal, expresó, que Entre Ríos tendrá que tomar deuda a corto plazo por 30 mil millones de pesos para poder pagar en enero los sueldos de diciembre de la administración pública. El aguinaldo, como adelantó hace unos días, está garantizado.
A esto sumó que los compromisos impagos con los contratistas de obra pública del Estado están en el orden de los $20 mil millones y que faltan 17 millones de dólares para cubrir el compromiso de capital e intereses de la deuda en dólares que vence el 8 de febrero.
El Gobernador comentó que pidió a la Auditoría General de la Nación que realice un estudio de corte de los números de la provincia para poder contar con “datos certeros del estado financiero de Entre Ríos”, expresó.
“No estoy buscando excusas ni señalando culpables”, aclaró. “Mirar para atrás sólo tiene que servir para tomar mejores decisiones. Estamos acá para resolver los problemas de la gente. Siempre voy a defender los intereses de los entrerrianos, cueste lo que cueste”, manifestó.
Más adelante, aseveró que buscará posicionar a Entre Ríos como “destino de inversiones” para lo cual trabajará para que el Estado “simplifique la burocracia”.
También apuntó a mejorar la calidad educativa, con 190 días de clase y evaluación permanente, y de la salud con inversión en recursos humanos y de capital para optimizar la atención.
También mencionó que la provincia tiene “la mejor policía del país” y, dirigiéndose a los integrantes de la fuerza, les prometió: “No están solos”. Pidió a su vez que los uniformados y la Justicia trabajen “en equipo” para que quienes delinquen no queden libres de inmediato.
“Que el que las hace, las pague”, exigió usando palabras de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich. “Este equipo de gobierno sabe para qué está acá: para solucionar problemas concretos”, remarcó en otro tramo de su intervención.
Las reformas que se vienen
Ante los diputados y senadores provinciales reunidos, aseguró que se encuentra ante una “gran responsabilidad” al asumir el gobierno, debido a la existencia de un “quiebre entre dirigencia y sociedad” producto de décadas de “mala política”.
“Los políticos profundizamos la grieta” porque viven “de espaldas a la gente” y “el contrato social se quebró”, fueron dos de las definiciones que usó durante la campaña y que ratificó al hacerse cargo del gobierno.
Esto no es atributo de un partido o de otro, sino “parte de una cultura política que hay que desterrar”, sostuvo. Luego, hizo una convocatoria a la acciòn en sintonía con el “cambio que se dio en las urnas y en las calles” a fin de que la dirigencia “recoja el guante” para “resolver problemas de la gente”, ya que “màs poder es màs humildad”, razonó.
En ese marco, abogó por una “construcción a través del diálogo y en poner la energía en lo que nos podemos poner de acuerdo en lugar de aquello donde tenemos desacuerdo”. El Gobernador comenzó a desandar este camino con gestos como el de participar el domingo en el acto de asunción de la intendenta justicialista de Paraná, Rosario Romero.
Frigerio se comprometió a tener un gobierno “austero y eficiente” a fin de “reconstruir la confianza” de la gente.
Para ello. adelantó que reducirá a la mitad los cargos políticos y que los puestos en el Estado serán por concurso para terminar con el “acomodo de amigos y familiares del poder”. En ese orden, precisó que no habrá más gastos reservados, que los autos del funcionariado pasarán a la Policía y que se establecerán una serie de normativas para transparentar la gestión.
Algunas de ellas serán la reforma de la ley de contrataciones del Estado, una ley de acceso a la información pública y otra de ética pública para que la sociedad pueda controlar “con cuánto entra y con cuánto se va” un funcionario.
Además, adelantó que impulsará una ley del arrepentido y el establecimiento del principio de “ficha limpia” para enfrentar la corrupción. Y que modificará la legislación electoral para incorporar la boleta única de papel. Además de Pullaro y Valdés, participaron del acto los diputados nacionales bonaerenses Emilio Monzó y Diego Santilli.
La ceremonia
El acto formal dio comienzo a las 19 con la apertura de la Asamblea Legislativa. Unos 15 minutos después, Frigerio ingresó al recinto donde prestó juramento junto a su vice, la médica radical Alicia Aluani.
Luego pasó revista a la Guardia de Honor de la Infantería en las afueras de Casa de Gobierno, a donde regresó para recibir el bastón y la banda de manos de Bordet. Junto a Aluani, se asomó al balcón del primer piso donde saludó a la gente.
Minutos después, escoltado por oficiales de la Policía que usaban los uniformes históricos del Regimiento de Dragones, salió a la explanada de Casa de Gobierno donde juramentó a su gabinete.
En la Plaza Mansilla frente a la entrada principal del edificio gubernamental, se colocó un palco donde estaban dispuestos el atril desde el que habló Frigerio y los micrófonos para la jura de los ministros que esperaban su turno sentados en uno de los laterales.
Enfrentados al palco principal, había bloques de asientos para invitados especiales que formaban un hemiciclo. Ocupaban casi tres cuartas partes de la plaza. Detrás un tejido custodiado por policía de civil los separaba al resto del público.
Se vio mucha gente suelta y grupos identificados con referentes territoriales que se sumaron a la candidatura de Frigerio y que amenizaron la espera con el son de las batucadas. Sobre el lateral del palco, se instaló una pantalla gigante que transmitió a la plaza las alternativas de lo que ocurrió en el interior durante la asamblea legislativa.
En la previa, se mostraron imágenes con estética radical recordando los 40 años de democracia.