El próximo 10 de diciembre será el último de Gustavo Bordet como gobernador de Entre Ríos. La Constitución provincial de 2008 estableció un sistema que habilita solo una reelección, ya sea en forma continua o alternada. Por eso en estas elecciones compite por un lugar en el Congreso de la Nación. Pese a que confesó que tiene fuerzas para seguir, el mandatario defendió este sistema, copiado del esquema presidencial estadounidense.
“Entre Ríos tiene una alternancia democrática que es muy saludable”, comentó. “Me quedaba cuerda, ganas y energía para seguir al frente de la provincia - afirmó - Ahora, creo también que nadie es imprescindible”.
En esta idea de los ciclos que se cierran, ubicó el declive de la hegemonía del kirchnerismo en el peronismo a la par de Cristina Kirchner que se aleja del centro de la escena y surge la estrella de Sergio Massa.
“Son cambios que tienen que darse necesariamente. Hay períodos que se agotan, que se terminan. Uno puede decir que fueron buenos o malos. Eso lo determinará la historia. En el justicialismo, con Massa, que tiene capacidad de liderazgo, gestión y conoce el Estado, viene una nueva etapa”, sentenció.
Bordet fue muy cuestionado por sectores kirchneristas cuando expresó, en medio del gobierno de Mauricio Macri, que el kirchnerismo estaba terminado. Ahora, en diálogo con Infobae, dijo que no se arrepintió de aquella definición: “Es lo que vengo sosteniendo. Hay ciclos. Y deben terminar. No es por criticar a nadie. En política no son buenos más de 8 años de un ciclo político. Puede ser, sí, de un mismo espacio partidario. Pero las personas tenemos que cambiar, permitir que haya renovación”.
El frente electoral y el legado de Alberto
En el debate presidencial “muchos candidatos perdieron la oportunidad de comunicarle a los ciudadanos qué es lo que pensaban hacer y cómo lo iban a realizar. Eligieron un camino de chicanas y frases hechas que al televidente poco le interesan”, evaluó apuntando a la oposición.
“Si uno analiza, Massa, además de defender su posición, ha tenido actitudes muy propositivas en distintos planteos, como por ejemplo seguridad”, contrastó.
En los opositores “se acabaron los buenos modales”, señaló, poniendo sobre la mesa la figura del candidato a gobernador de Entre Ríos por Juntos, Rogelio Frigerio: “Lo he visto muy destemplado. Pareciera que no es la misma persona que conocía hasta hace unos meses”.
La razón de esto es que el candidato libertario, Javier Milei, “los corrió a todos a la derecha. Todos están corriendo a la derecha de Milei porque ese voto duro, enojado y que quiere un cambio, hoy lo está representando más Milei que ellos. Esto les ha significado una caída en votos reales a sus candidatos. Y hoy lo que se avizora es un balotaje con Massa”, explicó.
Entre Ríos pone en juego cuatro bancas en la Cámara de Diputados de la Nación. Actualmente el Frente de Todos y Juntos se reparten en partes iguales. Pero el resultado de la primaria de agosto permite anticipar que La Libertad Avanza podría quedarse con una, dejando una distribución 2-1-1 para el ganador y las segundas y terceras fuerzas.
“Lo digo sin jactancia. Tenemos todas las posibilidades y mucha fe en que vamos a ganar las elecciones del 22 de octubre y a retener las dos bancas. Trabajamos para eso. En este escenario de tercios tenemos una gran chance de triunfar”, postuló el mandatario entrerriano.
La división en tres del electorado “se verá reflejado en el Congreso. Ningún frente tendrá mayoría propia. Ni siquiera podrá reunir quórum. Cuando Massa habla de un gobierno de unidad nacional lo hace en el sentido de que si quien gana no convoca a los mejores del resto de los espacios políticos para gobernar y tener acuerdos legislativos, será muy difícil. No podemos seguir con la grieta que nos perjudica desde hace tantos años”, cuestionó.
El candidato presidencial de Unión por la Patria “es un persona pragmática, con una capacidad de resolución de problemas y conflictos demostrada en cada lugar en el que le tocó actuar. Sabe armar y trabajar en equipo. Conoce perfectamente bien el Estado y que tiene muy buenas relaciones internacionales”, definió.
Por otro lado, bajó la expectativa sobre integrar un eventual gabinete de Massa. “Yo estoy pensando en el Congreso”, aseguró, e indicó que trabaja en un nuevo esquema de coparticipación federal en el que la Nación ceda recursos a las provincias.
Bordet le reconoció al actual presidente Alberto Fernández las prioridades que tuvo en la asignación de fondos nacionales. “Un ejemplo son las viviendas. En el gobierno de Macri no había. Se habían lanzado los créditos UVA que todavía están padeciendo una cantidad de familias jóvenes, pagando cuotas millonarias y afrontando el riesgo de perder su casa”, consignó.
Lo mismo ocurrió en las obras viales que la provincia necesitaba. Las que estaban en marcha se paralizaron durante la gestión de Cambiemos y no hubo nuevas. “Alberto Fernández las recupera”, apuntó.
‒ Muchos peronistas utilizan la palabra “decepción” para referirse al actual presidente ¿Usted está en esa línea o tiene otro concepto para definirlo? - preguntó Infobae.
- Hasta el 10 de diciembre seré respetuoso del Presidente como lo fui también en la gestión anterior. Opinar de él en este momento podría ser una falta de respeto no a la persona, sino a la institución que representa. Creo que hubiésemos podido hacer mucho más, hubo una gran oportunidad. Tengo la expectativa que Massa, porque tiene la capacidad, el conocimiento y las ganas, puede realizarla - respondió.
“El justicialismo puede retener Entre Ríos”
El gobernador reconoció que las perspectivas electorales del PJ en la provincia eran malas a principios de año. Sin embargo, la situación fue virando. Y hoy por hoy el oficialismo se entusiasma con retener la gobernación de la mano de “Beto” Bahl, ex vice de Bordet en su primer mandato y actual intendente de Paraná.
“En la estrategia política, lo primero fue unificar en una fórmula todas las expresiones del PJ Entre Ríos. No fue una tarea fácil. Hubo que consensuar, acercar posiciones, mantener reuniones periódicamente. Trabajé personalmente en eso, para lograr una fórmula definida. Sabíamos que no podíamos ir a disputar una interna en una situación de debilidad: las encuestas nos estaban marcando 20 puntos abajo. Si íbamos a las PASO (primarias abiertas, simultáneas y obligatorias), hoy no estaríamos hablando de posibilidades futuras”, comentó.
Además, se generó una participación amplia a nivel de municipios. “Todos los que querían pegar la boleta con la fórmula presidencial, podían hacerlo, algo que no ocurría en el PJ desde el 2003. Esto posibilitó que haya una gran movilidad de todo nuestro espacio político y sumó mucho para arriba, al punto tal que Bahl termina siendo el candidato más votado”, destacó.
La segunda estrategia pasó por “la unificación de la elección provincial con la nacional cuando todos los manuales decían lo contrario y los gobernadores desdoblaban. En vista al escenario de tercios que se estaba avizorando, pudimos lograr una mayor competitividad. A pesar de que dirigentes de mi espacio criticaron, hoy tenemos al candidato más votado y estamos en condiciones de ganar la gobernación”, se regodeó.
Con respecto a la definición por Bahl como la persona para buscar su sucesión, Bordet señaló: “Está haciendo una gran gestión en Paraná, es una persona con experiencia, tiene todas las energías y las ganas para ser el gobernador. Uno puede forjar una unidad dolorosa, forzada. Pero en este caso se consolidó”.
Luego, precisó: “Afortunadamente nuestro espacio tiene muy buenos candidatos: (la actual vice) Laura Stratta; Juan José Bahillo (secretario de Agricultura de la Nación) y Martín Piaggio (intendente de Gualeguaychú). Y esto me da la tranquilidad de que el justicialismo en Entre Ríos tiene una gran proyección”.
“Ellos van a darle en el futuro una impronta diferente a lo que venga. Por eso decía que, después de 8 años, tiene que haber cambios. Hay gente que viene con ideas nuevas. Voy a ser el último en enojarme si Beto dice que hará las cosas mejor que yo. Debe hacerlo, porque la provincia se lo merece”, subrayó.
La relación con Macri y las coincidencias con Schiaretti
Bordet llegó a la gobernación en 2015. Convivió 4 años con Mauricio Macri como presidente. Su relación con el Gobierno de Cambiemos se dio en un marco de convivencia que generó cuestionamientos de uno y otro lado de la grieta.
“Nosotros respetamos la institucionalidad. Mucha gente de nuestro espacio no lo comprendió. Yo entendía que era más importante cumplir el contrato social con los entrerrianos que estar peleándome con un presidente. Si hubiese confrontado con Macri por priorizar cuestiones políticas, la provincia se incendiaba. La relación institucional fue correcta”, aseveró el Gobernador.
Desde 1930 no se registraba que haya un gobernador de un signo partidario y un presidente de otro. “Fue un aprendizaje. Hubo que trabajar institucionalmente en el marco de una crisis financiera y económica muy importante en la provincia. No tenía dinero para pagar los sueldos. Los haberes se terminaban de abonar el 17. Y a veces el 20. Había que recurrir a endeudamiento a fin de hacer frente a obligaciones corrientes. Ninguna provincia es viable así”, evaluó.
Al respecto, trajo a colación: “Teníamos vencimientos de letras cada 30 ó 45 días. Se renovaban con capital más intereses. Era una tremenda bola de nieve. Ante eso, el Gobierno nacional (de Macri) la única salida que nos dio fue consolidación de deuda, mediante la emisión de un bono internacional. Fue quitar la de corto plazo y diferirla a largo plazo. Hoy estamos pagando capital e intereses de ese endeudamiento”.
Bordet recordó que en ese tiempo “hubo días en que no podía dormir porque no sabía cómo iba a hacer para cumplir con el cronograma de pagos de sueldos. Era complicado. La situación política, si bien siempre fue de mucho respeto institucional, no teníamos el mismo tratamiento que la provincia de Buenos Aires”, gobernada por María Eugenia Vidal.
El mandatario provincial negó que el Ejecutivo de aquel entonces le haya hecho sentir el rigor de que era opositor. “Siempre tuvieron buenos modales. Pero los recursos nunca llegaban”, consignó.
El gobernador negó que el Ejecutivo de aquel entonces le haya hecho sentir el rigor de que era opositor. “Siempre tuvieron buenos modales. Pero los recursos nunca llegaban”, consignó. De los inicios de su gestión, recordó que el primer objetivo fue construir “una provincia viable, sustentable y que pueda tener previsibilidad en el futuro, sin depender del endeudamiento externo para pagar gastos corrientes. A partir de allí, desarrollar un ambicioso plan de obra pública”, evocó.
Esta inversión en infraestructura se volcó a la construcción de escuelas, principalmente técnicas y agrotécnicas, y a un nuevo esquema sanitario que incluyó la finalización del Hospital Bicentenario en Gualeguaychú en el sur entrerriano e iniciar el de Villaguay, en el centro de la provincia.
Además, se creó un sistema de nosocomios modulares. Y se pusieron en marcha 20 centros de salud, fortaleciendo la red de ambulancias y mejorando el recurso humano. Luego, sumó el aeropuerto de cargas de Concordia, en la frontera con el Uruguay, que estará finalizado hacia fin de año y que apuntalará “un esquema de provincia agroindustrial que vaya agregando cada vez más valor al producto primario. Para eso trabajamos con el sector privado”, señaló.
Pese a estos logros, lamentó tener que dejar en la cuenta del “deber” una serie de obras que no pudieron avanzar al ritmo pautado por los problemas financieros que generó la crisis nacional. En esta misma línea, reconoció que se identificó con el planteo que hizo el gobernador de Córdoba durante el debate presidencial. Juan Schiaretti le reclamó a Massa las partidas nacionales para atender los déficits previsionales.
En los ‘90, la Nación transfirió a las provincias los servicios de salud y educación sin las partidas económicas correspondientes. Esto incluyó al personal, que terminó jubilándose en el régimen de los estados provinciales que, como Entre Ríos, no transfirieron sus cajas previsionales a la Nación.
“Lo he sostenido siempre. Reclamamos una compensación automática y no tener que estar dependiendo de la discrecionalidad del Estado nacional (y) de cuándo nos enviará los fondos. Esto pasó con todos los Gobiernos desde que se hizo el acuerdo de (Carlos) Menem y (Felipe) Cavallo en los ‘90. Las que no transferimos las cajas quedamos en el peor escenario. Pero, nobleza obliga, esto posibilitó que nuestros jubilados provinciales estén muy por encima de los nacionales” en los haberes que perciben.
La garantía legal en Entre Ríos es que el sector pasivo recibe el 82% móvil del salario de los activos. Una provincia sin grieta Bordet consideró que el legado principal de sus gestiones será haber sancionado una ley de comunas para las pequeñas poblaciones rurales. Esta norma las dotó de recursos y estructura para poder brindar servicios y afianzar el arraigo de los jóvenes en su lugar. Se evita así la migración hacia los centros urbanos.
“Esto le cambió la vida a la gente”, reflexionó Bordet. Cuando asumió no había ninguna comuna. Actualmente son 83. Además, valoró la ley de paridad, que estableció la integración de listas de cargos en igual cantidad de hombres y mujeres. La norma abarca los tres poderes del Estado.
“Hemos logrado una provincia que tiene armonía desde lo institucional y lo social. No existen confrontaciones y divisiones estériles. No hay grieta. Tenemos posiciones definidas por una cuestión electoral que se definirá en una votación. Pero terminados los comicios, se deja una provincia no solo mucho mejor de lo que la recibí sino con previsibilidad y diálogo, con respeto republicano por la división de poderes”, remarcó.
El Gobernador entrerriano también destacó: “Nosotros jamás hemos judicializado la política, Tampoco generamos ningún tipo de intromisión dentro del Poder Judicial. Y hemos sido también muy respetuosos del Poder Legislativo”. Como ejemplo material del diálogo y la convivencia, citó que la ley de presupuesto se aprueba todos los años por unanimidad.
“El Gobernador que venga encontrará políticas que trascienden gestiones. Hay planes y proyectos para el futuro de Entre Ríos”, concluyó.