Su trabajo como productor rural y administrador de los terrenos que tiene en Entre Ríos lo llevó a rodearse de personas que, luego de varias conversaciones, lo convencieron de que finalmente de el paso hacia la política, como ya lo había hecho otro de los integrantes de su familia, que llegó a ser ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca durante el gobierno de Mauricio Macri.
Actualmente, Sebastián Etchevehere se encuentra recorriendo la provincia con su nuevo rol, el de referente local de La Libertad Avanza, frente que a nivel nacional lidera el economista Javier Milei, intentando armar un espacio que se pueda presentar a las elecciones en este distrito, donde aún no hay muchas figuras fuertes que puedan competir por la gobernación en nombre del liberalismo.
En diálogo con Infobae, el hermano del ex funcionario nacional Luis Miguel Etchevehere cuestionó la grieta, opinó que “el camino correcto es acelerar el proceso y no ser tan tiempistas” y sostuvo que es necesario “transformar el desánimo de la gente en ansias de crecimiento”.
Además, contó cómo vivió la toma de uno de sus campos, “Casa Nueva”, por parte de su hermana Dolores y de militantes que estaban vinculados al dirigente social Juan Grabois, a quien calificó como “una persona que tiene más que ver con el pasado que con el futuro”.
-¿Por qué decidió meterse ahora en la política?
-Mirá, esto surgió por una cosa muy rara: me vinculé con gente del vecinalismo de Paraná en la época de pandemia. Viste que uno tenía que hacer millones de cosas, no entendía cómo adaptarse a los requerimientos con respecto al nivel sanitario y, al mismo tiempo, uno tenía que volver a desarrollar actividad, porque tenés ya que generar actividad económica, ¿no? Y en ese cruce de trabajo, siempre tratando de innovar, de saber cómo tenías que adaptarte a las nuevas reglas, me crucé con vecinalistas y después de compartir jornadas por el interior de la provincia, incluso por Paraná, se mezclaba todo, me invitaron a, si me parecía bien, recorrer un poco los barrios de Paraná, que se encontraba muy necesitado. Yo en ese momento estaba andando mucho en bicicleta, como tenía permiso para poder de deambular por la cuestión agropecuaria, y tomé una realidad. Ahí vi el abandono que había en los barrios, entonces se fue tejiendo una relación a partir del vecinalismo que empezó a tener otras vinculaciones. En realidad, no esperaba nada de lo político, al revés, porque me sentía del lado de rechazarlo en vez del de involucrarse, pero se fue construyendo toda una situación en la que, obviamente, ahora estamos discutiendo o armando un proyecto a nivel provincial, referenciándonos en Javier Milei.
-¿Y qué lo atrajo del liberalismo?
-Es lo que fui viendo. Cuando uno se ha querido engañar en otras épocas, escuchando otras versiones y buscando los resultados, pensando que, primero, era porque le faltaba experiencia a esa gente que quería gobernar y, después, que se iban a chocar con la realidad e iban a aprender, y no es verdad. El pensamiento de Javier Milei, lo que él está buscando y tratando de transformar, es lo que nos queda para volver a hacer una Argentina potencia, ¿no?
-¿Cómo ve actualmente al liberalismo en Entre Ríos? ¿Hay militancia?
-Es como una sorpresa. Vemos que es como una situación de hartazgo y ahogo en todos los sectores de la sociedad y están viendo con buena cara esta posibilidad para que nos salga como un reflote que necesitamos. Está fuerte, hay militancia, lo que nos impresiona, porque al principio era caminar con mucho grado de incertidumbre y, después, cuando vamos caminando, cuando vamos visitando sectores, cuando vamos viendo localidades del interior y nos dicen ‘che, muchachos, sigan adelante’, eso es lo que nos queda, lo que nos hace renovar la fuerza.
-¿Cómo ve a la gente, en general?
-Bueno, mirá, por mi actividad recorro habitualmente la provincia. El tema ahora, con este nuevo rol, es que me dicen todo esto. El diagnóstico que encontramos es que la gente está desanimada, está de brazos caídos, y es la consecuencia del populismo, porque el populismo te genera ese desencanto, porque ellos construyen o ven la posibilidad de crecimiento a través de personas débiles o a las que les tengan que dar una prebenda, que les tengan que dar planes, que les tengan que asistir, y eso no sirve porque la primera consecuencia directa de cuando le das eso, es que los vacías de identidad, los vacías de referencia en su propia comunidad, en su propio vínculo, y es lo que nos está pasando, nosotros encontramos más un estado de desánimo que otra cosa. Esa situación hay que convertirla en ansias de crecimiento, de desarrollo, en sed de posibilidad de transformar lo que nos toca a cada uno de nosotros.
-¿Y con los empresarios habla también?
-A los empresarios, los dueños de micropymes, los pobres trabajadores individuales, como plomeros, albañiles, carpinteros o cualquiera que tenga un emprendimiento, vos le decís ‘che, empleá a una persona para poder crecer’ y los tipos se cortan una mano antes de hacerlo, porque sabe que eso se transforma en una carga, esa es la proyección que hacen. Nosotros salimos de este último verano y vos ves a los comerciantes que cerraban porque no querían dejar a ningún empleado que los cubriera en sus actividades. Por eso hay que decir ‘che, despertémonos’. Hay mucha gente que se transformó desde la nada y desde esa misma nada nosotros tenemos que crecer.
-¿Qué le pide el campo a Javier Milei?
-Nicolás Pino lo resumió (NdR: recientemente, el presidente de la Sociedad Rural Argentina destacó que el líder de La Libertad Avanza “ve al campo como un aliado al que hay que potenciar”). Pero no se agota solamente el sector agropecuario, son los mismos proveedores del sector agropecuario, los comerciantes de los pueblos pequeños y hasta de los grandes, vos viste. Vas a cualquier barrio y quieren un profundo cambio, ¿no?
-¿Qué cambios cree que necesita, justamente, la provincia?
-Nosotros lo que vemos es que va a perdurar dos o tres años esta crisis y nosotros, los dirigentes, tenemos que acompañar a esa gente, tratar de referenciarlos, buscarle la posibilidad, en este caso, de que la economía regional resurja, y esta es una cuestión moral. Es una cuestión moral y cultural. Tenemos que reasignar roles en nuestra sociedad.
-¿Implementar medidas para acompañar a las Pymes, por ejemplo, sería uno de los cambios?
-Obvio. Eso, a la PYME, al referente del barrio, a cada una de las empresas importantes, a esta cadena de plomeros, de carpinteros, de albañiles, también fomentarlos, porque para ellos el crecimiento también es posible, ¿no?
-¿Por qué no se acercó en algún momento a Juntos por el Cambio como lo hizo, por ejemplo su hermano, que fue ministro?
-Coquetearon en un momento con nosotros, pero veíamos que el camino correcto era acelerar un proceso, que no era tanto jugar con el tiempo, no ser tan tiempistas, ¿no? Y que para esto hay que meter el cuerpo, y el cuerpo significa los 365 días del año en Entre Ríos, cuando tenemos los 40 grados de temperatura en verano o el cero grados cuando estamos en invierno. A todo ese abanico tenés que acompañarlo continuamente, es una cuestión no solamente de cabeza, sino de actitud. Vos tenés que acompañar a esa gente cuando más duele. Si hacés un paralelismo con una situación médica, vos tenés que intervenir porque está grave (el paciente), no podés ir a jugar con la dosis de medicamento para ver si de una semana a otra se recupera. Esto es una intervención quirúrgica.
-¿Se refiere al gobierno de Macri cuando dice esto de no ser tiempista?
-No, va... vos viste que están viviendo una contradicción ahí. Entonces, ahí hay fuegos cruzados, dos posturas, y bueno, esas dos posturas, no sé si hicieron bien al país. También el peronismo te impresiona, porque es como que no le interesa el fin, es decir, juegan en épocas electorales nada más, se acuerdan de los espejitos de colores solamente en épocas electorales.
-Años atrás, su familia fue víctima de la toma de uno de los campos que era de su propiedad por parte de militantes que estaban vinculados a Juan Grabois, ¿cómo vivió ese momento? ¿Cómo quedó la causa?
-Bueno, obviamente nos devolvieron el campo, que era lo que pedíamos, que se restableciera el estado de derecho, porque lo consideramos en ese momento ausente, y más a los vaivenes de la política que, en definitiva, nos dieron la razón. Grabois es una persona más del pasado que del futuro, ¿viste que no te hace ninguna proyección de hacia dónde ir? Cuando uno lo ve desde el interior, lo ve siempre en los pisos televisivos y no en el interior profundo, que es donde se lo requiere. Uno nunca se lo imaginaría en los 40 grados de calor o 45 que hay en Santiago del Estero, en el norte de Santa Fe o en el norte de Entre Ríos, lo ves siempre en lo que él busca, cerca de Mar del Plata, de Camet o de Lago Escondido. Parece que los mosquitos no son de su agrado, ¿no? Son siempre ámbitos que busca más para su recreación y no para llevar adelante a este país que es maravilloso y que lo tenemos que volver a poner en pie. Sus escándalos son en esos lugares o en un aeropuerto, no en el Vaticano, asesorando el Papa. Mirá, lo podría asesorar al Papa y decirle que preste todo eso que tiene.
-¿Cree que la Justicia de Entre Ríos tendría que haber actuado más rápido en ese caso?
-Sí, mirá, ahí también vimos que actuó mucho la política. Desde el primer momento descubrimos que la misma policía estaba monitoreada por los Ministerios del Gobierno nacional y provincial. Bueno, todo es de público conocimiento, todos los funcionarios nacionales que participaron de esa toma y estuvieron siempre menospreciando a la gente, como que todas sus diabluras nunca se pueden descubrir, y ahí se están equivocando. Mucho que ver también tiene que ver el desasosiego del ciudadano común, es eso, que se está dando cuenta de las malas transformaciones que está generando la política, y tenemos un aliado, que es la informática, los teléfonos, esa es una gran revolución y creemos que es el gran aliado que tiene el ciudadano.
-En ese momento recibió el apoyo de Patricia Bullrich, que incluso lo fue a visitar al campo.
-Miguel Ángel Pichetto, también.
-¿Cómo se lleva con el ala más dura de Juntos por el Cambio?
-Y, uno ve que hay ahí coincidencias en el pensamiento, ¿no? Ojalá que lo lleven a la práctica, eso es fundamental. Es decir, ya tener la voluntad de transformación.
-¿Cómo se hace para darle ánimos a la gente en esta situación que usted describía?
-Primero, por un lado, aplaudimos el plan económico que tiene Javier Milei para instalar en el país, pero no podemos nosotros depositar toda nuestra energía en él y quedar nosotros de brazos cruzado mientras él hace esa transformación nacional. Nosotros tenemos que hacer nuestra transformación local e incluso no esperar resultados, sino potenciar esta situación.
-¿Qué le dijo su hermano cuando le contó que iba a militar para Javier Milei?
-No, obviamente, pobre... nosotros somos muy unidos y lo sorprendió. Pero esto es como un compromiso de vida, queremos dejar nuestra huella de que podemos transformar lo que nos toca en los buenos momentos y en los malos.