Nahir dice que Fernando
Pastorizzo se le ha aparecido en sueños.
Y eso la atormenta. Lo saben
pocas personas. Su madre, algún perito, sus abogados. Desde que la madrugada
del 30 de diciembre de 2017 mató, según la Justicia, a Pastorizzo de dos
balazos en Gualeguaychú, la historia de la joven de 23 años condenada a perpetua
y el caso tuvieron episodios más parecidos a una serie de ficción que a la
realidad.
Hubo antecedentes de condenados
por homicidio que soñaron con la víctima. Un asesino le contó a su abogado,
hace unos diez años, que soñaba varias veces con la persona que había matado.
Hasta que un día, dijo, le pidió perdón. ¿Verdad o mentira? Dificil saberlo y
más cuando es el inconsciente de alguien que cometió un acto tremendo.
Recuerda a la frase del célebre
escritor Malcolm Lowry: “¿Cómo convencerá el asesinado a su asesino de que no
ha de aparecérsele en sueños?”.
Nahir lleva cinco años presa
por un crimen que ahora dice no haber cometido.
Hace casi un año acusó a su
padre, el policía Marcelo Galarza, de haber sido el asesino. No volvió a verlo
desde entonces. No quiere verlo. Si alguien de su familia habla con su padre,
le hace un planteo, enojada.
De hecho, pasó Navidad y pasará
Fin de año con su madre Yamina Kroh y su hermano Aaron.
Mientras el caso sería revisado
por la Corte Suprema, los días de Nahir transcurren en la Unidad Penal Número 6
de Mujeres de Paraná con un perfil más bajo del que tenía antes, cuando tenía
conflictos con sus compañeras o, por ejemplo, cuando fue acusada de querer
fugarse cuando apareció un muñeco en su cama. Ella negó esa versión.
Varios hombres le escriben
cartas porque quieren conocerla. Y hasta le mandan regalos.
Escribe un libro de poemas, lee
sobre Psicología y ahora se lleva mejor con sus compañeras.
“Desde hace poco tiempo le cayó
la ficha que puede pasar 35 años presa. Y no quiere, dice que es injusto. Que
fue traicionada por el padre. Es optimista, pero pasa días con mucha tristeza”,
dijo una allegada.
En un momento pensó cambiarse
el apellido. Llamarse Nahir Kroh. De hecho su libro lo firmaría de ese modo.
Habrá un documental y una serie
sobre el caso. Temas que seguía su padre, refugiado en un campo y a cargo de un
criadero de gallinas. Y que ahora trata de sostener ella con el apoyo de su
madre.
Sobre su padre sostiene que él
le prometió hacerse cargo y contar la verdad de lo ocurrido hace cinco años.
En una entrevista exclusiva con
Infobae, la primera que dio a la prensa, Nahir dijo: “Siempre voy a llevar el
dolor toda mi vida. Me siento mal porque ese día que busco olvidar terminó
muriendo una persona joven. Ese peso lo llevaré toda mi vida. Yo hice el duelo
que tenía que hacer. Reviví todo, con todo me refiero del hecho para atrás y
hasta ese día, lo que me acordaba, porque sinceramente había cosas que no me
acuerdo. Declaré en el juicio porque lo tenía que hacer, dar una explicación,
me pareció que tenía que desprenderme de todo eso. Además de asimilar todo lo
que me estaba pasando ese día, que lo tuve que contar en el juicio, fue muy
difícil. Los nervios de tener a la prensa detrás mío, gente desconocida que fue
a presenciar el juicio, jueces, fiscales, abogados. Fue muy difícil porque no
soy de contar mis cosas, no me gusta contar nada sobre mí en realidad, hacerlo
delante de todos además de lo difícil y feo que fue lo que viví y pasó”.
Por el homicidio, Nahir fue
condenada a cadena perpetua el 3 de junio de 2018. Pero el 7 de enero de este
año, le dijo a su por entonces abogada Raquel Hermida Leyenda, hoy reemplazada
por los doctores José Ostolaza y y Pablo Sotelo:
— Voy a decirte algo que nunca
conté. Y no sabe nadie. Yo no lo maté a Fernando, fue mi papá. Quiero que lo
acuses porque es el verdadero asesino.
Pero su padre no dijo nada
sobre el tema. Se separó de su esposa. Y Nahir no quiso verlo más.
De acuerdo con lo que contó,
los hechos fueron así: aseguró que su padre “estaba cebado” y los siguió
velozmente con su auto a ella y a Fernando Pastorizzo, que manejaba su moto.
Ellos habían agarrado el arma reglamentaria que el policía había dejado arriba
de la heladera.
Con la frenada del auto de
Galarza, Fernando se asustó, frenó de golpe la moto y se cayó. Ella se
tambaleó, pero se mantuvo arriba. Galarza se bajó, tomó el arma, que era suya,
la que usaba como policía de Entre Ríos, habló algo con Pastorizzo, y le
disparó dos veces.
De frente y de espaldas.
Según la joven, Fernando,
malherido, miró a Nahir y le dijo:
-Por favor, llamá a una
ambulancia.
-Pero Galarza le dio el arma a
su hija y le ordenó:
-Andate.
El se subió a su auto y se fue.
“Yo no supe qué hacer porque
todo me pareció una película, aparte no tenía a dónde llevar el arma, no
entendía nada de lo que había pasado”, le dijo Nahir a su abogada.
Hasta esta nueva versión, Nahir
había declarado en el juicio oral y en la etapa de instrucción que le disparó a
Fernando por accidente, dos veces. En su primera declaración había dicho que lo
había matado.