Elisa Carrió ya bendijo a Horacio Rodríguez Larreta en la puja de Juntos por el Cambio: asegura que su enojo con Mauricio Macri no pasó y que ya no hablan más. Y a Gerardo Morales y Patricia Bullrich les baja el precio.
“Viste, hablé bien de vos”, le decía la presidenta de la Coalición Cívica al Jefe de Gobierno Porteño a fin de año, tras las elecciones legislativas, en las que JXC se impuso al Frente de Todos.
Compartían entonces, un sábado a la mañana en Luján, el festejo por las dos décadas del espacio político que la ex diputada preside. Y Larreta, que había recorrido casi 100 kilómetros para hacerse presente, se llevaba tras la palmada en la espalda un reto.
Carrió le recriminó que no cuidó lo suficiente a María Eugenia Vidal, que a pesar del triunfo en la ciudad de Buenos Aires, donde encabezó la lista de diputados, aparecía como derrotada en el círculo interno.
La ex diputada le reprochó además la elección de Fernando Straface como jefe de campaña.
“No podés someter a una candidata a diez actos por día, porque así no la cuidás”, lo cruzó. Después le diría, frente a todos, que es el mejor gestor de Argentina. Lilita style. En ese contexto, Carrió disparó contra el Gobierno, pero también contra la oposición. Y recibieron sus respectivos ganchos al mentón Cristian Ritondo, Enrique “Coti” Nosiglia, Emiliano Yacobitti y, de manera indirecta también Martín Lousteau, a quien la presidenta de la Coalición Cívica no quiere como sucesor de Larreta.
Para el caso, Carrió tampoco quiere compitiendo por ese lugar al primo del ex presidente Mauricio Macri, el ex intendente de Vicente López, Jorge Macri, quien hoy marcha primero en las preferencias en la ciudad, y es reconocido por su buena articulación con los ministros larretistas.
Al flamante ministro de Larreta lo trató en su momento de “delincuente” y le complicó la candidatura en un par de oportunidades. Pero pudieron recomponer la relación, dicen en el entorno de Jorge Macri, en el último tramo: cuando el primo del ex presidente fue hasta la casa de “Lilita” .
Carrió prefiere bendecir de todos modos en la interna porteña a Vidal, aunque desconfía y niega a un hombre clave de su entorno. El presidente del bloque PRO en Diputados, Cristian Ritondo, quien es candidato a competir por un lugar para ser gobernador de la provincia de Buenos Aires por Juntos por el Cambio.
Le recrimina sus vínculos con Sergio Massa, al igual que a Emilio Monzó, a quien detesta: festeja que Larreta haya corrido a sus laderos de la órbita de la Ciudad. Y apunta abiertamente también contra el otro peronista en Juntos: Rogelio Frigerio.
“Yo no me callo más”, avisó en ese evento Carrió, mientras algunos bromeaban por lo bajo: "¿alguna vez se calló?" y "se cayó varias", fueron las intervenciones de quienes la escucharon.
"Yo no me fui de un partido que tenía corruptos para venir a hablar con los hijos privilegiados de esos corruptos, que manejaron Franja Morada con la mayor corrupción que se conoce en la historia”, disparaba a los dirigentes de la Unión Cívica Radical.
El apuntado era un histórico en las cruzadas de Carrió, “Coti” Nosiglia. Pero extensión, sus súbditos políticos: el senador Martín Lousteau, el hijo del "Coti", Juan Nosiglia, y Emiliano Yacobitti.
Carrió rescata a Gerardo Morales, actual presidente de la UCR, y tacha en ese proceso a Facundo Manes, a quien acusó de “mitómano” el año pasado durante la campaña.
“Este muchacho ingresó ahora a la política para ser presidente en dos años”, sentenció, calificándolo de improvisado y oportunista.