En su campo en Villa Paranacito, en el sur de Entre Ríos, Rogelio Frigerio plantó un árbol de nueces pecan. Los que saben del tema dicen que es la variedad de este fruto seco más sabrosa, y que requiere mucho cuidado y dedicación porque recién a los quince años está en condiciones de dar una producción importante. Desde que Frigerio puso el suyo en su terreno pasó más de medio siglo, y esa tierra que sólo tenía un árbol ahora se convirtió en prácticamente un bosque.
Es que Rogelio Frigerio, el nieto homónimo de quien arrancó el proyecto, continuó con el legado familiar y hoy es uno de los actores de peso en este rubro de frutos secos en el país. No sólo eso, sino que cada árbol que le agrega a sus campos nace de un tallo del que plantó su abuelo, que al ser el más viejo de la estancia es el que más garantía de buen crecimiento da.
Pero la preferencia por las nueces pecan no es lo único que heredó de quien fue el hombre fuerte del gobierno de Arturo Frondizi y fundador del movimiento desarrollista en la Argentina: de su abuelo también sacó su pasión por la política.
Acomodado en el bar del balneario CR, en la Pinamar que eligió para descansar dos semanas con su familia, el que fue ministro del Interior de Macri y viene de ser una de las grandes revelaciones en las elecciones del 2021 -obtuvo el 54% de los votos en su provincia- cuenta cómo lo marcó la presencia de su abuelo.
“Le encantaba la política y era muy estricto. Me acuerdo que de chico me hacía leer a Marx y a Hegel en su idioma original, alemán, y después me tomaba examen”, dice, recordando las afinidades ideológicas que influyeron al padre de su padre.
Quizá sea por lo de, según sus palabras, “llevar la política en la sangre” que Frigerio tuvo duros roces con Macri y su círculo cuando eran gobierno. El entonces ministro lideraba la llamada “ala política”, junto con Emilio Monzó -con quien abrió una consultora luego de dejar el poder-, desde la que pedían más apertura del espacio hacia otros sectores. Lo que reclamaban Frigerio y su amigo se concretó, aunque dos años después: en las últimas elecciones Juntos se abrió, sumó a nuevas figuras y ganó la elección. El flamante diputado no lo va a decir en la entrevista, pero muchos cerca suyo lo sienten como una especie de revancha.
“Pero el camino es para adelante, las internas en Juntos por el Cambio no sirven, son funcionales al kirchnerismo”, dice, un rato antes de posar para la cámara de NOTICIAS.
Rogelio Frigerio: Es cierto que Juntos por el Cambio se debe una mayor institucionalidad y mejorar los mecanismos de decisión. También es lógico que después de perder una elección, como pasó en el 2019, la conducción sea colegiada y horizontal, hasta que las primarias del 2023 definan quién es el líder del espacio y el candidato a presidente.
Noticias: - ¿Quedó satisfecho con lo que fue su gobierno?
Frigerio: No, para nada. Es verdad que hemos conseguido logros muy importantes, como ser el primer gobierno no peronista en terminar su mandato a pesar de que era un gobierno muy débil, con minorías parlamentarias y con cinco gobernadores sobre 24. Era una situación muy compleja. Pero también cometimos errores de los que tenemos que aprender para ampliar nuestro espacio y para elaborar un programa de gobierno claro para el 2023. Me parece que no estuvimos a la altura de las expectativas que habíamos generado. Pero hay que mirar para adelante, y hay que ponerle límites a un kirchnerismo que quiere ir por todo. Sí es verdad que para eso tenemos que aprender del pasado que hay que ser más amplios, incorporar más visiones, más matices y ser más generosos.
Noticias: - A diferencia de la mayoría de lo que fue el gabinete macrista, usted volvió para competir en esta elección. ¿Se imaginaba en el 2019 que dos años después iba a encabezar un proceso electoral?
Frigerio: La verdad que no. Creo que es bueno que los políticos entren y salgan de la actividad pública, y también que tengan experiencia en la actividad privada, lo que significa en Argentina pagar impuestos, pagar un sueldo, generar riqueza. Y la verdad es que, como en otras oportunidades de mi vida, me imaginé, luego del 2019, varios años en la actividad privada. Armé nuevamente una consultora, y no pensé que iba a volver tan rápido, pero sentí que en Entre Ríos se necesitaba que todos participemos para ponerle freno al kirchnerismo, para que el país no siguiera hacia un norte que creo que la mayoría de los argentinos no comparten. Lo hice, por supuesto, contra las sugerencias de mi mujer (risas). La campaña me alejó de mi familia incluso más que lo que fue la gestión.