En la comuna de Guardamonte (Entre Ríos), una veintena de
familias productoras están en un establecimiento que un tribunal le había
quitado al exlegislador provincial Mario Yedro por un caso de enriquecimiento
ilícito
Una veintena de familias productoras ligadas a la Federación
Agraria Argentina (FAA) pusieron en producción un campo de 2000 hectáreas que
la Justicia de Entre Ríos le había quitado a un exlegislador provincial
acusándolo de enriquecimiento ilícito.
En 2005, un tribunal de Concordia encontró culpable de
enriquecimiento ilícito al exsenador provincial Mario Yedro (PJ). Lo condenó a
tres años de prisión en forma condicional y le sacó el campo ubicado en la
comuna de Guardamonte, en el departamento Tala.
En 2017, Elvio Guía, vicepresidente de FAA, presentó al
gobernador entrerriano, Gustavo Bordet, un proyecto para hacer la colonia
agrícola en el lugar. La iniciativa se terminó aprobando en la Legislatura
provincial por unanimidad en 2018.
En 2019 se abrió la inscripción para proyectos en la
colonia, donde se anotaron 104 iniciativas. En febrero de 2020 se sortearon los
lotes y quedaron uno destinado a una escuela agrotécnica, siete para proyectos
intensivos y 13 a familias para lotes ganaderos, según informó la entidad.
También se seleccionó personal de la policía que recibió 20 casas. Además, se
entregaron 6 viviendas a pobladores de Guardamonte. Hoy están produciendo allí
14 familias ganaderas y apícolas, ovinas y bovinas y siete familias de
producción hortícola.
Uno de los productores es Luciano Woloschuk, que está instalado
en la Colonia Guardamonte. Apicultor de toda la vida, según se define, en una
parcela que le tocó tiene el apiario y, además, hacienda. “La idea es seguir
creciendo y hacer una sala de extracción. Ese fue mi proyecto”, señala.
Las familias tienen en comodato las tierras y casas. Tendrán
dos años de gracia y después un plazo de 25 años en valores productivos para
pagarlos. Es decir, los créditos siguen al valor de la producción.
Impacto
“Para todos los federados entrerrianos, y todos los
federados en general, se trata de un hito importantísimo ver que hoy haya
familias viviendo, produciendo y dándole vida a la colonia Guardamonte. Es la
prueba más evidente de que todos los ideales por los que venimos luchando y que
todo lo que decimos, que el Estado debe apoyar a los productores para sostener
el arraigo, la producción, mejorar el acceso a la vivienda, a la
infraestructura, avanzar para lograr el desarrollo económico, educacional,
social y cooperativo es posible”, apuntó Guía.
“Acá tenemos una experiencia concreta, hecha realidad, de
que a través de la interacción público privada, cuando el diálogo es serio, bienintencionado
y conducente, se pueden lograr las cosas que los productores necesitamos para
desarrollarnos. Esta colonia es una experiencia de arraigo real, lograda por la
interacción entre una decisión política (del gobierno entrerriano) y el trabajo
de nuestra entidad, que presentó el proyecto y trabajó todos estos años para
que se hiciera realidad”, agregó.
Para FAA, esta experiencia podría replicarse “en cualquier
tierra del Estado o en aquellas que se recuperan de los ilícitos o están
ociosas”.
Para Woloschuk, esta fue la única forma de acceder “a un
pedazo de tierra”, ya que, según relató, se econtraba en su caso con el
problema de arrendar. “Con esto puedo planificar más”, detalló.
En marzo pasado, el senador nacional entrerriano por el PRO,
Alfredo De Angeli, presentó un proyecto en el Senado para la colonización de
tierras fiscales con el fin de ser incorporadas a los procesos productivos, en
explotaciones agropecuarias de economías familiares y rurales.
Propone crear el Instituto Nacional de la Colonización integrado por cinco miembros: tres propuestos por el Poder Ejecutivo con acuerdo del Congreso Nacional, uno en representación de las entidades ruralistas y un representante de las provincias. “Este instituto realizará planes de colonización, según la región del país, siguiendo algunas pautas técnicas. Además establecerá las condiciones para quienes desean participar de una adjudicación, y también, fijará el valor de las tierras adjudicadas y los plazos de pago que no podrá exceder los 25 años. El adjudicatario recibirá el título de propiedad tras el pago completo al Estado”.