Bajo un sol radiante y un clima templado los fieles llegaron al campo santo de La Loma alrededor de las 16 alzando pañuelos, aplaudiendo y cantando en alabanza a la mater, como le llaman a la virgen del santuario, que fue coronada el sábado como reina de los vínculos y el compromiso fecundo.
A las 16.30 monseñor Mario Maulión presidió la Santa Misa. Basó su homilía en el lema de la peregrinación que este año fue Madre del pan, manifiéstate, danos la alegría de un trabajo fecundo.
En este sentido oró para que todos los argentinos tengan un trabajo que vaya más allá de lo económico y lo productivo y permita al hombre desarrollar en plenitud sus capacidades. “Le pedimos a la virgen que interceda para que tengamos la alegría de un trabajo fecundo, que tengamos y cuidemos el trabajo. Que hagamos que el trabajo consolide y haga sólida la familia”, insistió durante la homilía.
Homenajes y plegarias
La peregrinación se desarrolló bajo un clima festivo y de mucha fe. Durante el trayecto hubo cuatro paradas en las que pidieron por los docentes, los jóvenes, la familia y los ancianos.
Al llegar a La Loma una gran bandera argentina cubrió el campo que fue bendecido hace 31 años como tierra santa.
Los pañuelos se alzaron en reiteradas oportunidades para saludar a la virgen mientras el coro invitaba a cantar y aplaudir con fuerza el estribillo de la canción. “Prueben que bueno es el señor, hagan la prueba y véanlo”, cantaban con fuerza los peregrinos.
Mientras se desarrollaba la misa sobre el costado izquierdo del altar un sacerdote confesaba a los fieles. En tanto, los voluntarios de Cáritas La Loma recorrían el santuario con bolsas amarillas y naranjas para recolectar las donaciones que serán entregadas a las familias más humildes del barrio Paracao.
Los peregrinos llegaron de distintos puntos de la provincia para homenajear a la virgen. Fieles de distintas parroquias, de Crespo, Villa Elisa, Nogoyá y hasta de Recreo participaron de la ceremonia donde también rezaron por los 20 años de la consagración como obispo de monseñor Mario Maulión y por la jornada mundial de las comunicaciones sociales. Los peregrinos también se unieron a la jornada de oración de los obispos de Argentina y Uruguay para impedir la instalación de las papeleras en Fray Bentos.
La fiesta de ayer también fue en homenaje a la ascensión del señor a los cielos. Durante la homilía monseñor dijo que “al creyente que está en las manos del señor Jesús le promete la fuerza de que tomará las serpientes y no le harán daño”, y agregó: “Cuánta violencia mata más que las víboras. Cuánta desconfianza y enfrentamiento hay dentro de la familia y en la convivencia. Cuánto mal sentimos muchas veces que nos hacen y cuánto mal, tal vez sin sentirlo, estamos haciendo. Esas son serpientes y venenos. Pero al creyente que está en las manos del señor Jesús le promete la fuerza de que tomará las serpientes y no le harán daño. Él vino para decirnos que estará con ustedes siempre y esto es la fiesta de la asunción”, definió.




