Una multitud de dos cuadras de gente caminó apretada debajo de las banderas y portando pancartas con los rostros de los desaparecidos entrerrianos. Los organismos de derechos humanos encabezaban la caravana y detrás se encolumnaron los gremios, estudiantes universitarios, partidos políticos y demás entidades sociales.Llamó la atención la cantidad de jóvenes que había, que refleja un trabajo paciente y sostenido de los organismos para inculcar en las escuelas las consignas de memoria, verdad y justicia que sostuvieron durante tantos años, la mayoría en la soledad y ante la desprotección de un Estado que avaló la impunidad a través de las leyes de obediencia debida y punto final.Durante todo el trayecto hubo vecinos, tal vez un poco perezosos para la caminata, que acompañaron desde el frente de las casas y los ventanales.CánticosEl avance de la multitud mostraba unidos a sectores antagónicos. Grupos de izquierda cantaban “mirá Cristina, qué popular, paga la deuda del Gobierno militar”; mientras que los militantes peronistas respondían “hay que aguantar a este Gobierno nacional y popular”.El gentío se detuvo por primera vez sobre calle 25 de Mayo, algunos frente al Juzgado Federal y otros más adelante, en el ex edificio del Comando de la Segunda Brigada Blindada, que durante la dictadura albergó los tristemente célebres, a la vez que grotescos, Consejos de Guerra, esos simulacros de juicios que los militares hicieron entre 1976 y 1977, con acusaciones sin ningún rigor, declaraciones firmadas bajo amenazas y en medio de sesiones de torturas y abogados defensores que se dormían en medio de las audiencias.El piso del edificio de los tribunales fue decorado con algunas pintadas en rojo y negro exigiendo “cárcel a Trimarco” y la consigna “juicio y castigo”. La ex sede militar todavía tenía las marcas de otra manifestación.La caravana siguió tras cantar el Himno Nacional Argentino y volvió a detenerse en la Catedral, donde un grupo, en su mayoría de jóvenes vestidos de blanco, esperaba de brazos cruzados en el fondo, casi en la puerta del templo. Hasta las escalinatas llegaron algunos estudiantes universitarios portando carteles blancos con la leyenda “cómplices” en letras rojas. Desde la calle, la multitud cantaba “ustedes se callaron, cuando se los llevaron”.CuriosidadEn el último tramo se aventuraba la ya clásica pintada en el edificio donde vive Carlos Uzín, interventor militar en la Facultad de Ciencias de la Educación durante la dictadura. En la fachada, un cartel pedía: “Señor manifestante: aceptamos su protesta. Rogamos por favor no dañar el edificio. ¡¡Gracias!! Los propietarios”. Y la marcha pasó de largo. Fue una curiosidad.Ya en la Plaza Alvear se dio lectura a la nómina de desaparecidos entrerrianos y en Entre Ríos durante la dictadura y al (extenso) documento elaborado por la Multisectorial de Derechos Humanos en el que se reivindicó la tarea de los organismos, se insistió en el reclamo por la restitución de la identidad a los hijos apropiados y se lanzaron críticas a la Justicia Federal por la demora en resolver la situación procesal del ex interventor militar en la provincia, Juan Carlos Trimarco, imputado por secuestros, torturas, desapariciones forzadas de personas y asesinatos, pero que ha eludido su presentación ante los tribunales aduciendo una enfermedad neurológica.“Tenemos memoria para recrear sueños, reconstruir esperanza y continuar el camino de quienes ofrendaron su vida para construir una sociedad más justa y solidaria”, expresaron las entidades a través del documento.Desde el púlpito se indicó que “el golpe vino a consolidar la dependencia y a someter al pueblo; no hubo una guerra sino un terrorismo de Estado y no habrá reconciliación nacional sin castigo a los culpables”.En otro tramo, el texto destacó que “la lucha de los organismos” permitió “progresos importantes, como la derogación de las leyes de impunidad y, especialmente en Entre Ríos, el avance de las causas ‘Área Paraná’ y ‘Hospital Militar’”, que ha permitido la detención de 20 represores, entre militares, policías y médicos civiles -aunque uno recibió el beneficio de la excarcelación-. “Después de 34 años se han dados pasos firmes para vencer la impunidad y el miedo. Hace pocos años el juicio y castigo era un sueño y hoy es una realidad compleja y difícil que avanza si estamos unidos y en la calle exigiendo al Poder Judicial que cumpla con su deber histórico”.También se exigió la aparición con vida de Jorge Julio López, el albañil desaparecido el 18 de septiembre de 2006, después de declarar en el juicio contra Miguel Etchecolatz, en La Plata. “Su desaparición demuestra la capacidad del aparato represivo para actuar no sólo sobre compañeros que deben dar testimonio sino para silenciar a los integrantes de su propio engranaje”, apuntó el texto consensuado, en el que se reclamó “desmantelar el legado del Estado terrorista”.Trimarco ocupó un lugar central en el documento, ya que se trata quien “tanto hizo para infundir el miedo y el terror”, pero actualmente se escuda en informes médicos para no presentarse a prestar declaración indagatoria. “Trimarco dice no recordar, pero el pueblo ya lo condenó”, se indicó.El acto se prolongó casi hasta la medianoche, con la actuación de murgas paranaenses y otros espectáculos musicales y artísticos para mostrar, también desde las tablas, otra forma de protesta. (Fuente: El Diario)




