Viernes, 20 de abril de 2007   |   Policiales

Más polémica por la mujer contagiada con SIDA en el San Roque

Para el jefe de Hemoterapia del San Martín, la decisión busca silenciar anormalidades.
Horacio Buschiazzo, a cargo del servicio de Hemoterapia del hospital San Martín, salió ayer a defender a Carlos Zanaschi, quien denunció el caso de infección con HIV de una mujer por una transfusión en el San Roque y fue separado de su cargo al frente del programa provincial Sangre Segura. Buschiazzo aseguró que la decisión del secretario de Salud, José María Legascue, “mete miedo” y tiende a silenciar anormalidades de esta naturaleza.El profesional también dijo temer que al realizar estas declaraciones corra la misma suerte que Zanaschi. Y consideró que la situación se habría evitado si no hubieran faltado los reactivos en el San Roque, por lo cual se debió enviar las muestras a su servicio del San Martín, y si la Secretaría de Salud hubiera aceptado una propuesta para concentrar las áreas de donación y serología en este último hospital.“Desgraciadamente la solución hoy, como se ve, es que Zanaschi es el imputado en esta situación. Él es el denunciante. ¿Por qué figura ahora como imputado? ¿Por qué se lo separa a él, dejando al resto del servicio (de Hemoterapia del San Roque), que en realidad son los imputados, en libertad de condiciones? Es decir que si en esto la intención era evitar un entorpecimiento de la investigación, está totalmente equivocado. Justamente el menos sospechable de todos sería el denunciante”, relató Buschiazzo en diálogo con UNO.–¿Se la puede tomar como una medida ejemplificadora?–La medida esta, en realidad, más que ejemplificadora, mete miedo. En este momento yo estoy dudando de hacer esta declaración, porque no sé si no voy a tener problemas. Porque claramente esto dice: “Si vos decís algo, si vos encontrás algún error, callate”. Ni siquiera somos dueños de recurrir a la Justicia cuando uno sabe que algo se hizo mal.Luego recordó que Zanaschi era el responsable del programa Sangre Segura, por lo cual: “Si él no hace la denuncia, ¿quién la va a hacer? Es su obligación”.Además advirtió que si la situación no se corrige “va a seguir sucediendo”. Y se siguió preguntando: “Si nosotros metemos miedo a la población, ¿quién va a denunciar a quién? ¿Qué trabajador de salud va a hacer una denuncia si va a terminar en las condiciones de Zanaschi? Nadie”.Tras considerar que la separación de Zanaschi -trasladado a un centro de salud- “no sirve para nada” y es “lamentable”, aseguró que las autoridades “tendrían que haberse puesto del lado del denunciante para seguir la investigación hasta las últimas consecuencias”.“Por más que el secretario (por Legascue) diga ahora que esto no prejuzga ni nada por el estilo, ¡sí que prejuzga! ¡Claro que prejuzga! Se le ha metido un manto de duda, y a su vez se le advirtió al resto de los profesionales no hablar. Fue lamentable”, siguió.Buschiazzo colaboró con el programa Sangre Segura como titular del servicio de Hemoterapia del San Martín del que dijo que está a cargo sin nombramiento.Es miembro de la Comisión Provincial de Sangre, que trabaja en el plan nacional de modificación de la hemoterapia y para hacer que el San Martín se convierta en un centro regional. “En esto estamos trabajando hace cinco años”, dijo.Se pudo evitar“Este fenómeno se podría haber evitado, primero y principal, habiéndole conseguido los reactivos en tiempo y forma al servicio del hospital San Roque”, señaló Buschiazzo. Si eso hubiera sucedido, el hospital de niños habría realizado con normalidad los análisis de la sangre, sin enviarla al San Martín. “Que no se hayan conseguido es responsabilidad del director del hospital (Leonardo Haenggi) y de Salud Pública”.Además recordó que en 2006, en una reunión, se le propuso a la Secretaría de Salud la unificación de los servicios de las áreas de donación y de serología. “Si eso hubiera pasado, en este momento todos los análisis se harían en el San Martín, con las mismas normas”, acotó. El abogado de la joven, indignadoMiguel Ángel Cullen, abogado de la mujer infectada con HIV en el hospital San Roque, señaló que su representada está “indignada” con lo sucedido y con el hecho de haberse enterado recién seis meses después de los acontecimientos.Además destacó el accionar de la Justicia, que le brinda “la única contención” a la joven, a diferencia de las autoridades de Salud. “Es indignante ver que ante este problema no se busca una solución, sino que tratan defenderse y de acusar a otros”, dijo al respecto.Sobre el traslado de Zanaschi, Cullen lo consideró “una especie de caza de brujas que no le sirve a nadie” y “menos aún” a la víctima.El paso a paso de la desgraciaBuschiazzo describió el siguiente proceso por el cual se le terminó transfundiendo sangre infectada con HIV a una mujer embarazada de 28 años.En setiembre, al quedarse sin reactivos, Zanaschi envió las muestras de sangre extraída en el San Roque (“un tubo con un número”) para que en el San Martín se realicen las pruebas. Luego de estos análisis Buschiazzo envió una planilla con los resultados: “A nosotros las pruebas nos dan positivas”.Luego esos documentos fueron adulterados en el San Roque -según la denuncia de Zanaschi- y la sangre infectada se transfundió. “No sabemos qué pasó con estas planillas, no sabemos cómo fue que se falsificaron los registros para que esos resultados figuren como negativos en el libro del hospital San Roque”.“El problema está en que, de alguna manera, alguien falsificó un libro, que no es exactamente decir: se equivocó”, finalizó.Declaró la víctimaEl miércoles a la tarde declaró en sede judicial la víctima infectada con el virus del sida, como testigo en la causa que investiga la Fiscalía de Elvio Garzón.La mujer de 28 años aportó datos clave para la investigación que determinarían posibles medidas procesales. No ocultó su malestar por la actuación de los funcionarios de Salud y del hospital San Roque.(Fuente: Diario UNO)

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