El presidente de la UCR de Córdoba, Marcos Ferrer, sorprendió a sus correligionarios en la cumbre con referentes de todos los núcleos al establecer una fecha para los comicios en medio de la tensión interna en Casa Radical y con una controversia judicializada, referenciada en Ramón Mestre y sus aliados alfonsinistas.
La resolución del juez federal con competencia electoral, Miguel Hugo Vaca Narvaja, que fue emitida el viernes pasado, actuó como un ultimátum al partido, justo antes de la reunión extraordinaria de ayer de la cúpula partidaria con los 11 presidentes de los núcleos internos permanentes de la UCR con tonada.
Ferrer sorprendió a varios de los dirigentes boina blanca al anunciar, desde el inicio de la reunión, la fecha del 3 de agosto para las elecciones internas destinadas a elegir candidatos a diputados nacionales de la UCR de Córdoba, en preparación para las elecciones nacionales del 26 de octubre.
El espacio opositor de Más Radicalismo, liderado por Mestre, había estado exigiendo -incluso en instancias judiciales- que el partido convocara a comicios internos, tal como establece la Carta Orgánica Partidaria. Este año, además, no habrá PASO.
El “factor Milei” continúa generando tensiones internas, aunque la posibilidad de una alianza de la UCR con la Libertad Avanza de Milei parece tener un futuro incierto, dado que este sector demanda nombres “puros” en sus listas. La victoria en la Ciudad de Buenos Aires ha reforzado la confianza de los líderes nacionales, pero también ha inflado el ego de la dirigencia radical en el interior del país.
El esperado cruce de acusaciones en el cónclave de Casa Radical no ocurrió. Fue desactivado por el mismo Ferrer, quien, como presidente del radicalismo cordobés y socio político de Rodrigo de Loredo, fijó la fecha para las elecciones internas y cerró la disputa.
Luego de esta decisión, Ferrer afirmó que “a pesar de todos nuestros esfuerzos para alcanzar consensos y llegar a un acuerdo, esto no fue posible y no pierdo la esperanza de que, con la fecha establecida, se puedan abrir los canales de diálogo necesarios para alcanzar un acuerdo”.
Consecuentemente, la UCR ha convocado a internas para el 3 de agosto y ha solicitado a la Junta Electoral que elabore un cronograma electoral, asegurando así los derechos de los afiliados de la Unión Cívica Radical y garantizando una elección interna transparente y conforme a la normativa.
Desde el deloredismo, insisten en que hay una voluntad mayoritaria dentro del partido que se opone a una compulsa interna para definir las candidaturas a diputados. La mayoría de la dirigencia del interior, incluidos intendentes y presidentes departamentales, “no quieren saber nada de la interna” y advierte que podría resultar en “un papelón” debido a la apatía.
Las declaraciones de Ferrer indican la intención de continuar buscando un acuerdo con la oposición, representada por Mestre (Confluencia), Carlos Becerra y Martín Lucas (Identidad Radical) y Fernando Montoya (Córdoba Abierta), que impida los comicios internos del 3 de agosto.
La fecha anunciada por el líder del partido adquiere gran relevancia en función del cronograma electoral nacional. Se sitúa cuatro días antes del plazo límite para la presentación de alianzas. Diez días después de esta fecha, se deberán registrar las listas de candidatos que participarán en las elecciones generales del 26 de octubre.
Con la incógnita despejada, las miradas de los boina blanca se centran ahora en el Congreso Provincial de la UCR, el máximo órgano partidario que debe ratificar la decisión del presidente del Comité Central. Al mismo tiempo, este estamento es el encargado de decidir sobre las políticas de alianzas electorales. El núcleo de poder de De Loredo se ha asegurado, en este y en otros órganos internos, tener la mayoría, un dato clave para comprender lo que se avecina.
El jefe de la bancada de diputados nacionales de la UCR, quien debe renovar su banca en los comicios de fin de octubre, busca liderar una lista. Sin embargo, no ha definido con qué escudería competirá. Las posibilidades de un gran frente con los Milei se alejan, pero hasta el 7 de agosto todo puede ocurrir. Otra opción es recrear un Juntos por el Cambio blue. Por su parte, los “radicales sin peluca” rechazan de plano una convergencia con los libertarios de Milei.
