
“La persecución política del violador de derechos humanos sancionado, Alexandre de Moraes, continúa, ya que él y otros miembros de la Corte Suprema de Brasil han decidido injustamente encarcelar al expresidente Jair Bolsonaro. Estados Unidos responderá en consecuencia a esta cacería de brujas”, aseguró en su perfil de la red social X el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio. Esto se produjo en rechazo a la condena emitida por la justicia de Brasil contra el expresidente Bolsonaro, declarado culpable de haber tramado un intento de golpe de estado, en el que también se intentó asesinar al actual presidente, Lula da Silva. Del complot formaron parte militares de alto rango, quienes también fueron condenados.
“Estados Unidos podría declarar reos y sospechosos a ciertos funcionarios y pedir la captura internacional de otros, algo que ya ha llevado a cabo con Venezuela y Cuba, y que podría hacer con Brasil. También podría entorpecer aún más las ya complejas negociaciones por los aranceles comerciales y, además, podría desplegar acciones encubiertas“, especuló el periodista Martín Granovsky en “QR!”.
“Pensé que fue un buen presidente de Brasil, y me sorprende mucho que esto pueda suceder. Es muy parecido a lo que intentaron hacer conmigo, pero no lo lograron en absoluto”, declaró el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a la prensa al ser consultado sobre la decisión judicial. “Era un buen hombre”, añadió.
En Buenos Aires, aunque el presidente Javier Milei no comentó al respecto, sí lo hizo la vicepresidenta, Victoria Villarruel. En la red social X, afirmó: “Es inquietante que en América los presidentes elegidos democráticamente terminen en prisión”, según se informó en el programa que se emite por Bravo TV de lunes a viernes a las 22.
La Corte Suprema de Brasil condenó el jueves al expresidente Jair Bolsonaro a 27 años y 3 meses de prisión por tentativa de golpe de Estado, pertenencia a una organización criminal, incitación a la violencia y amenazas al orden democrático tras su derrota electoral en 2022 frente a Lula da Silva. La sentencia fue aprobada por una amplia mayoría de los jueces y también involucró a varios exfuncionarios y altos mandos militares implicados en el plan para impedir la asunción presidencial de Lula, un fallo que representa un hito en la historia institucional del país.
“En Brasil nunca se juzgaron militares de la dictadura, pero esta vez la Justicia alcanzó a varios altos mandos: el exdirector de la agencia militar, el exministro de Justicia Militar, y el exministro de Defensa—este último condenado a 19 años— e incluso a generales. Todos formaron parte de una estructura implicada en delitos contra la democracia que contemplaba un plan para impedir que Lula asumiera el 1 de enero de ese año y hasta la intención de atentar contra su vida con el fin de mantenerse en el poder“, explicó Granovsky, agregando que a pesar de que el Bolsonarismo persiste con menor fuerza, todavía cuenta con apoyo popular.
La condena llega en un momento en que Brasil busca fortalecer sus instituciones democráticas después de años de polarización política y crisis de confianza. Aunque es la primera vez que un expresidente es condenado por delitos contra la democracia, el país aún enfrenta una deuda histórica con las víctimas de la dictadura militar, cuyos responsables nunca fueron juzgados. Este contraste realza el peso simbólico del fallo contra Bolsonaro y sus aliados militares, y plantea un escenario en el que la Justicia brasileña intenta mostrar independencia frente a presiones políticas tanto internas como externas.
BR / FPT