
El primer episodio de “Pampa, veinte años de historia”, el podcast que repasa la trayectoria de la compañía energética, puso en primer plano a Marcelo Mindlin, fundador y actual presidente de la empresa argentina que cotiza en Wall Street.
En diálogo con Luciana Geuna, Mindlin recorrió sus comienzos, el quiebre que lo llevó a dejar IRSA y las estrategias financieras con las que consolidó una de las firmas más emblemáticas del sector en Argentina.
Sobre hacer negocios en el país, el fundador de Pampa Energía atribuyó buena parte del crecimiento y la supervivencia de la compañía a dos principios: “El factor Argentina es una oportunidad si entendés que para hacer negocios en Argentina tenés que ser hipercuidadoso con la deuda y tener siempre mucha liquidez. COn esos dos principios es una oportunidad, más allá de los vaivenes, a los que hay que aprovechar para crecer”. Ese enfoque le permitió capitalizar oportunidades en todos los ciclos, tanto en los años de euforia como en los períodos de crisis de la economía argentina.
Historia personal
La historia personal de Mindlin se inició en una familia de clase media con vocación por la educación y la medicina. Sus padres, ambos médicos, priorizaron la formación y lo alentaron a estudiar en la Universidad de Buenos Aires. El joven Mindlin, que en su adolescencia había soñado con ser periodista inspirado por su tío Jacobo Timerman, recaló en Economía influido por el consejo paterno y por su facilidad con los números. Según relató, “cuando empecé a estudiar economía, me di cuenta que tenía una facilidad especial y que me gustaba mucho”.
En sus primeros pasos laborales, Mindlin trabajó como asistente para un inversor familiar en la bolsa y descubrió afinidad por el mundo económico-financiero. El verdadero salto llegó en 1989, cuando entró a trabajar con Eduardo Elsztain, un empresario entonces en pleno proceso de separación del negocio familiar y con el sueño de lanzar una empresa inmobiliaria propia. Así nació la colaboración en IRSA, que creció desde un micro equipo de tres personas hasta transformarse en el grupo responsable de los principales desarrollos de centros comerciales, el Banco Hipotecario y Cresud.
Fueron catorce años de expansión y aprendizaje acelerado. Mindlin identificó como claves la “capacidad de soñar en grande” de Elsztain y la experiencia contractual y de negociación de Saúl Zang, el director legal del grupo. “De Zang aprendí cómo se negocian y cómo se hacen los contratos, cómo arrancar con una postura extrema y no tener vergüenza”. El propio Mindlin destacó el ritmo extenuante de trabajo y el carácter emprendedor que marcaron esos años, con jornadas que se extendían a los fines de semana y viajes relámpago a Nueva York para negociar colocaciones de acciones.
El vínculo con IRSA se mantuvo fuerte pero mostró fisuras con el tiempo. Doce años de unión y crecimiento dieron lugar a diferencias en la toma de decisiones y, a medida que disminuían la diversión y la satisfacción, Mindlin decidió buscar un proyecto personal. Contó que la charla con su esposa antes de tomar la decisión estuvo cargada de tensión, pero el alivio y el apoyo familiar afianzaron su determinación: dejaría de ser vicepresidente de una corporación consolidada por el desafío de liderar su propio emprendimiento.
El paso siguiente fue conformar un núcleo de personas de extrema confianza de la etapa financiera de IRSA. Convocó a su hermano Damián y a Gustavo Mariani, quien en ese momento era CFO del grupo y hoy es el CEO de Pampa Energía. El equipo inicial no tenía un plan definido más allá de explorar juntos nuevos negocios y, tras la salida en 2002, surgió rápidamente la oportunidad de adquirir Transener, en un contexto del país atravesado por la crisis de 2001.
“En la Argentina las crisis son duras, pero también te dan oportunidades únicas para crecer”, sintetizó Mindlin, y remarcó su convicción de que el contexto argentino, pese a sus vaivenes, ofrece posibilidades de expansión a quienes saben moverse con cautela en el sistema financiero. La estrategia para avanzar y ganar posiciones en el sector energético consistió en aprovechar las valuaciones deprimidas de las empresas privatizadas cuyos dueños internacionales buscaban dejar el país. El equipo estudió compañías en situación de default y compró deuda a precios bajos para luego convertirla en participaciones accionarias.
Esa maniobra permitió iniciar el desembarco en el sector energético nacional y extendió el modelo a otros activos, como la compra de parte de Edenor y TGS. El método fue siempre el mismo: análisis exhaustivo de cada negocio, armado de equipos de gestión y una estructura societaria que facilitara buscar inversiones nacionales e internacionales.
La constitución formal de Pampa Energía S.A. comenzó en 2005, con la adquisición del “Frigorífico La Pampa”, una sociedad ya cotizante en bolsa pero sin operación activa. Sobre esa base legal se consolidaron los activos energéticos con el objetivo de replicar el modelo exitoso de IRSA, pero ahora bajo la visión y el liderazgo de Mindlin.
El capital inicial desembolsado para desarrollar el conglomerado energético fue de cien millones de dólares y, con el paso de los años, las colocaciones de acciones y las compras de empresas multiplicaron el tamaño de la firma. Un dato destacado del episodio del podcast es el impacto de la adquisición de Petrobras Argentina en 2016: “El único momento de vértigo creo que fue cuando compramos Petrobras. La compra fue por mil trescientos millones de dólares, tres veces el valor de Pampa en el mercado”, relató Mindlin.
La esencia del funcionamiento de Pampa Energía reside, según Mindlin, en el involucramiento diario de los socios fundadores en la gestión, el seguimiento riguroso de los gastos y una supervisión atenta de cada operación. “La diferencia con una multinacional es que nosotros estamos al frente de la empresa, mirando cada número, porque es nuestro”, subrayó.
Mindlin insistió en la importancia de elegir los equipos de trabajo, confiar en los socios y generar un ambiente laboral que permita disfrutar el proceso, sin dejar de lado la rigurosidad financiera. En la actualidad, los principales líderes históricos —como su hermano y Mariani, junto a Ricardo Torres— continúan en roles estratégicos en la conducción de la firma.
En la parte final del episodio, el presidente de Pampa Energía reveló que su pasión y motivación se mantienen intactas tras dos décadas al frente de la firma. Hoy la compañía avanza en nuevos proyectos, como fue la apuesta reciente por Loma Negra, y permanece atenta a oportunidades para seguir expandiéndose en el mercado argentino.
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