
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se reunirá el miércoles con su homólogo iraní, Masoud Pezeshkian, en el marco de una intensa agenda diplomática en Nueva York, donde representantes europeos buscan evitar la reimposición de severas sanciones internacionales sobre el programa nuclear de Irán.
Según informó la agencia AFP, este encuentro se inscribe en los esfuerzos finales para asegurar que no vuelvan a entrar en vigor las sanciones que habían sido suspendidas tras el acuerdo nuclear firmado en 2015.
Desde la tribuna de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), Macron advirtió que “o Irán realiza un gesto y vuelve al camino de la paz y la rendición de cuentas, que facilite retomar el rumbo, o las sanciones deberán imponerse”.
El mandatario francés confirmó su intención de discutir cada uno de estos puntos críticos con Pezeshkian durante su encuentro bilateral el miércoles.
La posibilidad de reinstaurar nuevas sanciones internacionales cobró fuerza después de una reunión el martes entre representantes de Francia, Alemania, Reino Unido y la Unión Europea con el canciller iraní, Abbas Araghchi, también en Nueva York.
De acuerdo con el diario Le Monde, en esa cita no se registraron avances significativos y no se logró llegar a un compromiso concreto, aunque las delegaciones acordaron continuar el diálogo mientras se acorta el tiempo para evitar la reinstalación de sanciones que habían sido levantadas temporalmente hace una década bajo el acuerdo de Viena.
En las últimas horas, el gobierno iraní apoyó la posición de su canciller, Abbas Araghchi, quien cuenta con el plazo hasta el fin de esta semana para alcanzar un entendimiento con sus pares europeos y prevenir la reactivación de sanciones por parte del Consejo de Seguridad de la ONU.
Las sanciones que podrían regresar afectarían sectores estratégicos como la exportación de petróleo, el acceso a mercados financieros globales y el suministro de bienes de doble uso, penalidades que fueron levantadas temporalmente hace una década bajo el acuerdo de Viena.
Las declaraciones de los líderes europeos se ven acompañadas de un temor a una posible carrera armamentística en la región de Medio Oriente. Antes del encuentro en la ONU, Johann Wadephul insistió ante la prensa: “Irán nunca debe obtener un arma nuclear”, en sintonía con la posición oficial de los países involucrados en las negociaciones. Esta preocupación se intensificó tras los ataques israelíes registrados en junio contra instalaciones nucleares iraníes, en un contexto de creciente tensión regional.
El historial de contactos entre Washington y Teherán añade otro matiz a la situación. La administración de Donald Trump respaldó el endurecimiento de las sanciones y, desde la Asamblea General de la ONU, el exmandatario afirmó que aviones estadounidenses destruyeron áreas clave del plan nuclear iraní.
Trump reiteró: “Mi posición es simple. El principal patrocinador del terrorismo en el mundo jamás podrá poseer el arma más peligrosa”.
Estas declaraciones reflejan una línea dura promovida por la anterior administración en Estados Unidos, aunque también se ha reportado una posible disposición de Washington a dialogar, señalada por el director de la AIEA, Rafael Grossi, en una entrevista con AFP.
En el ámbito diplomático, la Unión Europea planteó tres exigencias para considerar una extensión del alivio de sanciones: la reanudación inmediata de negociaciones directas sin condiciones, acceso total y sin restricciones para los inspectores de la AIEA a todas las instalaciones nucleares iraníes, y certidumbre sobre el paradero de los materiales enriquecidos.
La postura iraní, publicada por su Ministerio de Relaciones Exteriores y difundida por Le Monde, sostiene “la necesidad de continuar las consultas con todas las partes involucradas”, mientras el régimen denuncia lo que considera presiones políticas y diplomáticas destinadas a debilitar su posición en la mesa de negociación.
(Con información de AFP)