
Con un perfil cuidado y tras cerrar el acuerdo con La Libertad Avanza en un encuentro privado con Karina Milei en la residencia presidencial de Olivos, Mauricio Macri ha comenzado en estos días a activar su agenda de contención para los “heridos”. En concreto, ha estado dialogando y recibiendo a dirigentes del PRO, así como de otros partidos, que se sienten distantes del Gobierno nacional y critican, algunos en voz baja y otros más abiertamente, el acuerdo amarillo-violeta.
No obstante, por ahora no desea que continúen las críticas hacia un pacto que él mismo fomentó. De hecho, le solicitó a la diputada María Eugenia Vidal que moderara sus cuestionamientos, a pesar de que ella le había advertido un mes antes del cierre de listas que, si su partido optaba por un acuerdo con LLA, ella no sería candidata.
A pesar de esto, el expresidente navega entre su apoyo a Milei –reflejado en la candidatura de su asesor Fernando de Andreis como diputado en la Ciudad– y sus dudas sobre los resultados electorales.
En este contexto, en sus conversaciones con dirigentes amarillos deja claro que no tiene grandes expectativas respecto a la relación con los libertarios. También lo ha manifestado a gobernadores cercanos y a varios radicales con quienes dialoga. En esos encuentros o intercambios telefónicos, también indica que era “la mejor alternativa” para que “el PRO no desaparezca”. “Buena parte del electorado ya se fue con ellos”, afirma amargamente en privado. Sin embargo, alberga serias dudas sobre la gestión libertaria.
A pesar de seguir elogiando a Luis “Toto” Caputo, desconfía de la Casa Rosada en otros temas, como la relación con la Justicia, el Congreso y una parte de la oposición dialoguista. Ante sus más cercanos afirma que los inversores analizan detenidamente los temas institucionales antes de decidir invertir en el país.
En este contexto, esperará hasta fin de año para tomar decisiones sobre su futuro. Lo primero que debe definir es si reconfigura un esquema de poder similar al que logró establecer para llegar a la Presidencia en 2015. En segundo lugar, deberá volver a generar expectativas a futuro. En este segundo aspecto, a pesar de que siempre argumenta su situación personal con su mujer e hijos, esconde sus verdaderas dudas: ¿podría postularse nuevamente a presidente en 2027?
“Mauricio jamás se lanzaría sin tener garantías. En 2011 intentó competir por la Presidencia y, como los números no eran favorables, optó por quedarse en la Ciudad y esperar a que las condiciones fueran mejores. A fin de año revisará todo y tomará una decisión”, explica con franqueza un colaborador cercano al exjefe de Estado.
Un dato importante para determinar su posición: observar la decisión que tome la diputada nacional por la Provincia y legisladora porteña electa, Silvia Lospennato. Si decide asumir en la Ciudad, será un indicativo de que el expresidente busca mantener la concordia con LLA durante los próximos dos años. En cambio, si le recomienda que no asuma y permanezca dos años como diputada, será una señal de que en 2027 podría estar en un lugar distinto al actual.
El caso Lospennato ilustra la lucha interna que atraviesa el bloque del PRO. En plena sesión, el miércoles pasado, para tratar la emergencia en discapacidad y los proyectos previsionales, se la observó riendo a carcajadas con Vidal, la santafesina Germana Figueroa Casas y la correntina Sofía Brambilla. Sin embargo, al momento de votar, se ausentó del recinto. Ni siquiera se abstuvo: directamente no participó.
Sin embargo, se la vio conversando con opositores como Emilio Monzó (su exjefe durante años y quien la promovió como nadie en su carrera política) y Nicolás Massot. También mostró cercanía con los “lilitos” Maximiliano Ferraro y Juan Manuel López. Lospennato fue la creadora, hace un mes, del grupo de Whatsapp “Macristas”, donde en los últimos días se lanzaron fuertes críticas hacia la secretaria parlamentaria del bloque PRO, Silvana Giudici, quien había acusado a ella y a Vidal de ser “larretistas” por no respaldar a la Casa Rosada.
El martes pasado, pasadas las 18, en las horas previas a la sesión, Lospennato asistió a la reunión del bloque que preside Cristian Ritondo en un salón del anexo de Diputados. Allí se refirió a los libertarios como “unos boludos” porque deberían haber vetado parcialmente varios de los proyectos que se abordarían al día siguiente. Y anticipó que el oficialismo perdería las votaciones. “El Gobierno no entiende nada y no tiene diálogo político”, afirmó.
A pesar de que le quedan pocos meses de mandato –aunque cuenta con una embajada con sueldo dolarizado en el horizonte–, Fernando Iglesias le respondió: “Sí, hace meses que escucho que en el Gobierno son unos boludos, pero han logrado bajar la inflación, resistir los vetos… no creo que sean tan boludos”.
Cuando el bloque estaba en el recinto, Ritondo terminó advirtiendo que la propuesta de vetos parciales era exactamente lo que proponían el “lilito” López y el radical Rodrigo de Loredo. Coincidencias entre opositores.