
Múnich, en la región de Baviera, Alemania, fue escenario de un récord singular: la presentación del árbol de Navidad más caro del mundo.
Alejado de las decoraciones convencionales y de los adornos clásicos, este árbol se alzó como una síntesis perfecta de lujo, arte e innovación, desafiando los límites creativos en plena temporada festiva.
Su exhibición a fines de 2024 no solo cautivó a locales y turistas, sino que también se transformó en un referente del poder simbólico del oro y del ingenio humano.
Lo que distinguió a este árbol fue, ante todo, el material con el que fue construido: oro puro. A diferencia de otras creaciones navideñas que recurren a ornamentos costosos como diamantes o cristales, esta obra se levantó íntegramente con un metal precioso, marcando un hito en la historia de las celebraciones navideñas.
El proyecto surgió como iniciativa de una empresa dedicada a los metales preciosos, que buscó demostrar el valor y la solidez del oro no solo como inversión, sino también como símbolo de prosperidad en tiempos festivos.
La estructura respetó la forma cónica tradicional de un pino, pero en lugar de ramas verdes exhibió el brillo inconfundible del oro. Para conseguirlo se organizaron y ensamblaron 2018 monedas de oro de una onza troy cada una, cifra que además rinde homenaje al año de fundación de la compañía responsable de la obra.
Cada moneda pertenecía a la prestigiosa serie Filarmónica de Viena, reconocida globalmente como una de las monedas de inversión más vendidas y valoradas en Europa, acuñadas en oro puro 999,9.
La construcción del árbol exigió una precisión extraordinaria. Diseñar una base sólida y garantizar la estabilidad fue un desafío que obligó a los ingenieros a desarrollar un sistema de apilamiento seguro para las 2018 monedas, logrando que la estructura alcanzara unos tres metros de altura, según informó Bluewin. La silueta, completamente dorada y reluciente, impresionaba por su presencia.
Entre los elementos más destacados estuvo el remate de la composición. En lugar de la tradicional estrella de Belén, la cima incorporó una moneda especial de 20 onzas troy de oro puro, pieza que, por sí sola, sumaba un valor sorprendente a la instalación. La elección de este elemento para la cúspide potenciaba el simbolismo y la exclusividad de toda la obra.
El árbol, cuidadosamente custodiado durante su exhibición pública en Múnich, fue presentado como una demostración del potencial del oro como inversión y de su atractivo duradero. La empresa organizadora no solamente aspiró a un impacto visual, sino también a relanzar al oro como refugio de valor, destacando su seguridad y permanencia en épocas de incertidumbre financiera.
El impresionante valor del árbol respondía, principalmente, al precio del oro en el mercado internacional. De acuerdo con la agencia EFE, la suma de las 2018 monedas de una onza y la moneda de veinte onzas convertía a este árbol en una obra de arte con un valor estimado de más de 6.3 millones de dólares. Esa cifra marcó un récord absoluto.




