"Nos parece muy bien que haya elecciones internas para que los afiliados puedan elegir a sus representantes. ¿Cuál es el inconveniente? Lo mejor es que los liderazgos se definan a través de las urnas", dijo el colectivero Juan Manuel Palacios. Y enseguida agregó: "Si quiere, el Presidente se puede postular para conducir el partido."
La coincidencia con la cumbre entre Menem y Rodríguez Saá llevó a algunos a recordar que Moyano y Palacios fueron algunos de los sindicalistas que apoyaron la candidatura presidencial del puntano y que Barrionuevo y José Luis Lingeri pertenecieron al menemismo.
El encuentro efectuado en la casa de veraneo de Barrionuevo tuvo como principal objetivo respaldar la intención de Moyano de convertirse en julio en el único secretario general de la CGT. También, de catapultar a Lingeri como número dos.
Pese a que aún faltan casi seis meses para que haya que tomar una decisión, la suerte del triunvirato de la CGT ya es un tema instalado. A partir del 14 de julio, y por los próximos tres años, la central sindical debería quedar en manos de un solo jefe. Y, aunque Rueda afirma que está dispuesta a dar pelea hasta el final, el camionero ya comenzó a probar el sillón.
La decisión de la CGT de meterse en la interna del justicialismo no pasó solamente por el reclamo de internas. Hubo un fuerte respaldo para Eduardo Duhalde en la pelea que mantiene con el gobernador Felipe Solá por el dominio del peronismo bonaerense.
