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Sábado, 2 de agosto de 2025

Los libertarios pueden llegar a triplicar el bloque de senadores

Los libertarios pueden llegar a triplicar el bloque de senadores

 

Los libertarios ya se frotan las manos pensando en lo que, se entusiasman, será una excelente elección legislativa de medio término para el Senado que les permitiría llegar a ganar, en el mejor de los escenarios, una docena de nuevos escaños, la mitad de las 24 bancas que se pondrán en juego en las ocho provincias que renuevan este año su representación en la Cámara alta.

Las primeras proyecciones arrojan números que prometen elevar a partir del próximo 10 de diciembre a 18 los actuales seis legisladores que tiene La Libertad Avanza. De cumplirse estos pronósticos, el oficialismo quedaría cerca, aliados mediante, de los 25 votos que le permitirían alcanzar el tercio más uno del total de miembros del Senado y, así, blindar un veto de Milei a una ley que no sea del agrado del Gobierno.

Las cuentas que circulan por despachos libertarios de ambas cámaras legislativas muestran al oficialismo ganando las elecciones y quedándose con dos bancas en Santa, Capital, Tierra del Fuego y Neuquén; y obteniendo el segundo lugar y la banca por la minoría en Río Negro y Santiago del Estero.

La docena de nuevos escaños se completaría con una banca por Entre Ríos y otra por Chaco, en donde la Casa Rosada se integrará en frentes electorales con los oficialismos provinciales de los gobernadores Leandro Zdero (UCR) y Rogelio Frigerio (Pro), respectivamente, que se perfilan para ganar los comicios en sus territorios.

Sin embargo, no todo es color de rosa en el porvenir legislativo de los libertarios. Más allá del impactante título que implicará que, siempre hablando del mejor de los escenarios, el oficialismo triplique su actual bancada en la Cámara alta, hay algo que no va a cambiar y es que el Gobierno tendrá que seguir negociando con otras fuerzas políticas si quiere manejar la agenda y los tiempos del Senado.

Esto es así porque la llave para controlar la Cámara alta pasa por conseguir el apoyo de al menos 37 legisladores, la mitad más uno de los 72 integrantes del cuerpo. Esta cifra no sólo garantiza el quórum que se requiere para iniciar una sesión, sino que también asegura la mayoría absoluta para imponerse en todas las votaciones.

Por lo tanto, la Casa Rasada necesitará, sí o sí, sumar cerca de una veintena de voluntades para asegurarse un Senado dócil, como lo hizo durante casi todo el año pasado gracias al apoyo del Pro y la UCR. motorizado en gran parte por su declarado antikirchnerismo, y de fuerzas provinciales que gobiernan sus distritos.

Sin embargo, esa paz se terminó de romper este año. Las tensiones por el cierre de alianzas y listas electorales en todo el país y el reclamo de las provincias por fondos que, denuncian, el Gobierno viene retaceándoles de forma indebida terminaron desembocando en la sesión “autoconvocada” del 10 de julio pasado en la que el Senado sancionó tres leyes, aprobó y giró a Diputados dos proyectos e insistió en una ley vetada por Milei, todo a contramano de lo pretendido por el Gobierno.

La sacudida fue de tal magnitud que el oficialismo pretende cerrar a cal y canto el Senado al menos hasta después de las elecciones octubre. Pero no faltan los que advierten que, con los números actuales que muestran al kirchnerismo a tan sólo tres senadores de tener quórum propio, lo mejor es aguantar hasta diciembre sin abrir el recinto.

Cosecharás tu siembra

Como demostró Victoria Villarruel en diciembre de 2023 -en realidad el verdadero arquitecto fue el secretario Parlamentario, Agustín Guistinian-, el Senado es un campo fértil para conseguir aliados. En aquella oportunidad, fueron 39 los legisladores que se alinearon para derrotar al kirchnerismo.

Sin embargo, el propio Milei se encargó, insultos e incumplimientos de promesas mediante, de ir expulsando aliados de manera paulatina hasta llegar a la paliza legislativa del 10 de julio último. “El que cosecha vientos… Vamos a ver si aprenden la lección y dejan de maltratar a gente que se muere por aliarse con ellos”, dijo un legislador que a fin de año concluye su mandato y que siempre jugó a favor del Gobierno.

A priori, a partir de diciembre la Casa Rosada podría contar con un piso de 31 senadores. Sin embargo, esa cifra podría elevarse a un techo de 42 votos, cinco más que el quórum propio, si hace todo bien y mantiene buenas relaciones con la mayoría de los gobernadores, en particular aquellos que lideran fuerzas provinciales.

En el primer escenario, a los 18 senadores propios se les sumarían un mínimo de 6 radicales y 5 de Pro dispuestos a apoyar, ya sea por alineamiento ideológico o electoral de sus partidos en las provincias de las que proceden. La cuenta cierra con los dos misioneros del Frente Renovador de la Concordia del gobernador Hugo Passalacqua.

Sin embargo, el panorama podría cambiar si la Casa Rosada adopta una política expansiva. Así, en casos puntuales y de fondo, podría sumar a esa lista al exlibertario formoseño Francisco Paoltroni.

Además, si no rompe con los gobernadores, podría contabilizar el apoyo de los dos senadores que las encuestas dice que tendrá Juntos Somos Río Negro, del gobernador Alberto Weretilneck; y las dos senadoras que responden a Ignacio Torres (Chubut).

El oficialismo podría contar con los votos de La Neuquinidad, la fuerza del gobernador Rolado Figueroa a la que las encuestas ubican ganando una banca por la minoría; y otro por Salta, siempre y cuando Gustavo Sáenz logre imponer un candidato que le responda en las elecciones de octubre.

Por último, está el caso de Claudio Vidal (Santa Cruz). Los senadores de Por Santa Cruz, la fuerza provincial que lidera el mandatario, son José María Carambia como Natalia Gadano y ambos han dado claras muestras de independencia de las órdenes de su gobernador.

 

 

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