
Los líderes de la Unión Europea (UE) expresarán este jueves su respaldo al presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, durante la cumbre en Bruselas, donde intentarán concretar un préstamo de 140.000 millones de euros para la reparación de Ucrania, financiado con los intereses generados por los activos rusos que permanecen congelados. El apoyo se centra en la idea de que cualquier negociación de paz debe partir de la situación actual sobre el terreno y no puede implicar concesiones territoriales a Rusia, en respuesta a recientes intentos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de entablar conversaciones con el presidente ruso, Vladimir Putin, que incluyen la posibilidad de cesiones.
Zelensky participará presencialmente en la cumbre, en un momento en que, según fuentes diplomáticas citadas por medios europeos, los líderes del bloque consideran imprescindible que “Ucrania tiene que decidir sobre sus territorios y las negociaciones deben tener como punto de partida la línea de contacto”. Las mismas fuentes, recogidas en la prensa, señalan que la UE y Ucrania están cerrando filas para evitar que cualquier acercamiento de Washington a Moscú derive en “soluciones simplistas y rápidas” y para que se respeten los principios mínimos asumidos por ambas partes.
La reunión se celebra mientras el gobierno estadounidense ha rebajado las expectativas sobre un encuentro inminente entre Trump y Putin en Budapest, al sostener que la disposición de Moscú para alcanzar un acuerdo es limitada. En Bruselas persiste la percepción de que Rusia mantiene objetivos maximalistas respecto a la agresión iniciada contra Ucrania, lo que dificulta avances hacia la paz.
En materia de financiación para Ucrania, uno de los puntos clave de la cumbre será avanzar en el préstamo de 140.000 millones de euros empleando los saldos generados por los activos rusos inmovilizados, sin proceder a una confiscación directa. Este mecanismo fue presentado a las capitales europeas con el objetivo de reforzar tanto la resistencia militar como la estabilidad financiera de Ucrania, ante la reducción de la ayuda militar por parte de varios aliados en los últimos meses.
Los líderes trabajan en definir las condiciones para la utilización de esos fondos, el sistema de garantías necesario y el reparto de la solidaridad entre los países miembros. No obstante, existen dudas legales sobre el uso de los activos congelados y posibles repercusiones para el prestigio del euro, inquietudes compartidas por instituciones como el Banco Central Europeo (BCE), cuya presidenta, Christine Lagarde, asistirá a la cumbre.
Diversos representantes diplomáticos han subrayado que “estos problemas deben resolverse, pero los resolveremos. No tengo ninguna duda al respecto. Eso sí, requiere discusiones y no hay nada de malo en eso con la cantidad de fondos de la que estamos hablando”. Bélgica, donde se guarda la mayor parte de los activos rusos congelados, ha reclamado un respaldo colectivo de todos los miembros a la estructura del préstamo, ante la posibilidad de que, concluido el conflicto, el Kremlin se niegue a pagar las reparaciones exigidas.
También se debate la ampliación legal de la congelación de activos rusos más allá del plazo actual de seis meses, con el fin de ofrecer mayor seguridad sobre la permanencia de los fondos.
En opinión de otras fuentes consultadas, “si podemos encontrar una forma mejor de hacerlo, acogeríamos con agrado esa opción, ya que ofrece más certeza de que esos préstamos se inmovilicen y, por lo tanto, de que podamos ofrecer la garantía que debemos ofrecer”.
Al margen de los debates financieros, la cumbre abordará la imposición de un nuevo paquete de sanciones contra el gobierno ruso, centrado en restricciones adicionales al sector de hidrocarburos y en medidas para impedir que la llamada “flota fantasma” eluda los bloqueos, mediante la creación de registros de embarcaciones con bandera falsa y acciones contra buques cisterna y puertos que presten apoyo.
Aunque Eslovaquia había expresado reservas por el posible impacto en su suministro energético, fuentes diplomáticas estiman que la delegación encabezada por el primer ministro, Robert Fico, está dispuesta a levantar su veto tras recibir medidas específicas para atender sus preocupaciones sobre el precio de la energía. El acuerdo permitiría aprobar la que sería la 19ª ronda de sanciones desde el inicio de la agresión contra Ucrania.
Durante el encuentro también se debatirá por primera vez de forma conjunta la problemática de la vivienda en la UE. Si bien la política de vivienda es principalmente competencia de los gobiernos nacionales y locales, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, subrayó que “la asequibilidad y la accesibilidad de la vivienda se encuentran entre las preocupaciones más urgentes de los europeos”.
Añadió que “esta crisis afecta a los derechos fundamentales de los ciudadanos, repercute negativamente en la competitividad y socava la confianza en nuestras instituciones democráticas”. Costa adelantó que el objetivo del debate es orientar a la Comisión y al Consejo para preparar planes de vivienda asequible en futuras acciones comunitarias.
La cumbre concluirá con un debate sobre los compromisos climáticos para 2040, que enfrenta las posiciones más ambiciosas de países como España con las demandas de flexibilidad de otros estados miembros, entre ellos Alemania, Francia e Italia, que reclaman garantías para poder cumplir los objetivos medioambientales a medio plazo.
(Con información de Europa Press)