
Tras el anuncio del Gobierno sobre la eliminación temporal de las retenciones —hasta el 31 de octubre o hasta alcanzar los US$7000 millones en Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE)—, el mercado de granos reaccionó positivamente en la apertura, con incrementos generalizados, siendo la soja la que lideró la tendencia al alza. La posición noviembre del grano de la última cosecha se ofrece alrededor de US$354 por tonelada, lo que representa una mejora de más de 50 dólares en comparación con el viernes, es decir, un aumento del 16,5%. Por su parte, los contratos a mayo de 2026 [nueva cosecha] subieron a US$320, con un incremento del 7,4%. En contraste, el maíz mostró un comportamiento menos dinámico, con valores de referencia en US$195 para diciembre y US$190 para abril, mientras que el trigo se mantuvo en torno a US$197 para diciembre, sin grandes variaciones.
La medida fue publicada hoy en el Boletín Oficial mediante el decreto 682/2025. Este establece que la alícuota de retenciones se fija en 0% para granos y subproductos agrícolas hasta el 31 de octubre, o hasta alcanzar el tope de US$7000 millones en registros, lo que suceda primero. Además, se dispone que los exportadores deben liquidar al menos el 90% de las divisas en un plazo no mayor a tres días hábiles después de presentar la DJVE. Este beneficio incluye a la soja, el maíz, el trigo, el girasol y otras mercaderías mencionadas en el anexo del decreto.
Eugenio Irazuegui, analista de mercados de Zeni, destacó que “los futuros de noviembre de 2025 cotizan en máximos históricos del contrato, en 354 dólares por tonelada”. También señaló que se amplía el pase de cosecha, con spreads que rondan los US$31,50 por tonelada en la posición mayo de 2026 [nuevo ciclo agrícola].
El especialista subrayó que la medida, calificada como “sorpresiva”, no solo recompone márgenes, sino que también incrementa la competitividad, especialmente en el complejo de la soja. “Aunque se trata de una supresión tributaria transitoria, es adecuada para enfrentar los costos de siembra gruesa 25/26 [maíz y soja], que está en sus etapas iniciales”, apuntó.
Por su parte, Germán Iturriza, analista de AZ Group, indicó que “la soja noviembre se sitúa en la punta vendedora en 350 dólares, con un aumento de más del 15%, mientras que mayo de 2026 se encuentra en 320 dólares, con un alza del 7,4%.” En relación a los cereales, detalló: “El maíz prácticamente no registra operaciones, con puntas vendedoras en 195 y 190 dólares, y el trigo se mantiene estable en 197 dólares para diciembre.”
Iturriza también advirtió sobre las incertidumbres que genera el nuevo esquema: “El decreto exige la liquidación del 90% de las divisas dentro de los tres días de presentar la DJVE. La gran pregunta es si los exportadores desarrollarán programas de corto o largo plazo”. Añadió: “Un exportador puede emitir hoy una licencia al cero por ciento y embarcar para mayo de 2026, pero luego enfrentará una retención del 26%. Ese tema aún queda por resolverse.”
Finalmente, el especialista de AZ Group señaló que, aunque el mercado reaccionó con fuerza, los precios aún están por debajo de la capacidad teórica de pago: “La soja noviembre debería estar cerca de US$390, mientras que actualmente se maneja por debajo, cerca de US$360; en cuanto a mayo de 2026, debería situarse en 360/370 dólares, pero opera en 323.”
Paulina Lescano, analista de mercados, indicó que la subida de precios tras la medida oficial se está trasladando parcialmente. Explicó que, según los cálculos teóricos, la oleaginosa debería haber incrementado alrededor de US$100 por tonelada, aunque en la práctica el aumento ha sido inferior.
No obstante, destacó la oportunidad que representa esta situación para los productores. “Para quienes aún tienen grano disponible, este aumento en el mercado es una gran oportunidad, especialmente en un contexto donde no se esperan noticias favorables para ninguno de los granos a nivel internacional. Deberían estar atentos para aprovechar esta subida, teniendo en cuenta que, si se realizan DJVE masivas, como sucedió en las reducciones de derechos de exportación anteriores, Chicago podría responder con caídas que afectarían nuestros valores FOB de referencia, y, además, la posibilidad de que el tipo de cambio baje podría diluir las alzas,” advirtió.
Lescano también señaló los efectos en la otra parte de la cadena, es decir, en los compradores de grano para transformación: “Para quienes utilizan granos, como la industria de harina de soja o el maíz, este fuerte incremento en los precios supone un daño considerable en su economía”. Añadió: “Algunos consideran esto como una medida largamente esperada, mientras que otros manifiestan que se requiere mayor previsibilidad y, en todo caso, decisiones permanentes y no transitorias.”