
La Sagrada Familia batió un nuevo récord al convertirse en el edificio cristiano más alto de Europa tras la culminación de la Torre de Jesucristo, que alcanzó los 172,5 metros y dibuja una silueta inédita en el horizonte de Barcelona. Este hito arquitectónico coincidió con la proximidad del centenario de la muerte de Antoni Gaudí, el arquitecto modernista que entregó su vida al templo y cuya influencia trasciende el arte sacro para definir la identidad barcelonesa.
La torre central supera por diez metros a la catedral de Ulm, en Alemania, que durante décadas ocupó el primer puesto entre las construcciones cristianas más altas de Europa. Gaudí diseñó la torre principal con la intención expresa de no sobrepasar la colina de Montjuïc, a la que consideraba una obra divina que nadie debía alterar. Actualmente continúan los trabajos para fabricar los monumentales elementos de la cruz que coronará la torre.
Según el cronograma, en las próximas semanas se instalará el brazo inferior de la cruz. Además, se están ultimando los vitrales y otros componentes situados a 54 metros del suelo, destacándose la precisión y el detalle de cada nueva pieza incorporada. El proyecto incluye también el avance constante en la fachada de la Gloria, que será la entrada principal del templo una vez concluida la obra, y la finalización de la Capilla de la Asunción, que ya exhibe esculturas de Mercè Riba, Béatrice Bizot y Teresa Riba.
Erigida desde 1882, la Sagrada Familia encarna más de ciento cuarenta años de esfuerzo colectivo y se ha convertido en el monumento más visitado de Barcelona, además de un referente mundial para la arquitectura religiosa contemporánea. Solo en 2024, 4,9 millones de visitantes recorrieron sus naves y admiraron su interior, cifra que la sitúa a la cabeza del turismo cultural de la ciudad.
La arquitectura del templo fusiona el gótico naturalista y el Art Nouveau catalán en una síntesis original y visionaria. Cada uno de sus elementos, desde las columnas ramificadas hasta los mosaicos y las vidrieras, refleja el genio de Gaudí y su empeño por expresar la naturaleza como símbolo espiritual. La profusión de formas orgánicas, animales esculpidos y motivos vegetales en su diseño refuerza el carácter distintivo del templo y consolida su atractivo universal para creyentes y turistas.
El centenario de la muerte de Gaudí, en 2026, motivó un amplio calendario de actos declarado Evento de Excepcional Interés Público. El Consejo Gaudí, con representantes de los principales conjuntos arquitectónicos vinculados al artista, asumió la organización y coordinación de las celebraciones. Una de las jornadas clave será el 14 de octubre de 2025, fecha prevista para la inauguración oficial de la Torre de Jesucristo.
La ceremonia incluirá una misa solemne y una conferencia magistral a cargo de Jordi Faulí, actual arquitecto jefe de la obra, en el Ateneu Universitari Sant Pacià. Entre los actos destacados figura la iluminación de la Torre Bernabé, la única que Gaudí llegó a ver terminada, símbolo del vínculo entre el pasado y el presente del proyecto. Además, el 10 de junio, aniversario del fallecimiento de Gaudí, se celebrará una eucaristía junto con la inauguración formal de la nueva torre, para la cual se extendió invitación personal al Papa León XIV.
La programación busca poner en valor la relevancia internacional de la obra de Gaudí y su magnetismo atemporal. Conferencias, exposiciones, conciertos y actividades académicas enriquecerán la conmemoración, invitando al diálogo entre tradición y vanguardia en el arte y la espiritualidad. El impacto de este calendario contribuirá a proyectar aún más la imagen de Barcelona y su patrimonio monumental a escala mundial.
La parte más alta del templo se completará en 2026, coincidiendo con el centenario de Gaudí, mientras que la finalización total de la Sagrada Familia se estima para 2035. Aún resta ejecutar la fachada de la Gloria y una serie de intervenciones urbanísticas en el entorno inmediato.
El desarrollo de la gran explanada y de la escalera principal exigirá la expropiación de viviendas construidas a mediados del siglo XX, un proceso que modificará profundamente la fisonomía del barrio. Las autoridades locales y la Junta Constructora trabajan en la planificación de la reordenación urbana, buscando un equilibrio entre la conservación patrimonial y la mejora de los espacios públicos.
La combinación de innovación arquitectónica, legado artístico y transformación urbana confirma el impacto duradero de la Sagrada Familia sobre Barcelona. Desde el genio creativo de Gaudí hasta el futuro diseño de la ciudad, el templo redefine el perfil barcelonés y proyecta su influencia más allá de sus muros y torres. La verticalidad sin precedentes de la nueva Torre de Jesucristo atestigua el avance técnico y la persistencia de un sueño colectivo, reafirmando a la Sagrada Familia como un símbolo global de fe, arte y visión.