
En Paraná y otras localidades de Entre Ríos, la policía afronta un fenómeno preocupante: el crecimiento sostenido del uso de réplicas de armas de fuego que disparan balines en hechos delictivos. Son imitaciones de pistolas, sobre todo de modelos parecidos a las 9 milímetros, que se comercializan libremente y sin controles. Aunque no emplean proyectiles de plomo, causan lesiones. Su aspecto y funcionamiento provocan el mismo efecto: temor.
En la capital entrerriana se secuestran hasta tres réplicas cada siete días. Sin embargo, esta semana aparecieron más en manos de personas vinculadas al delito. También hubo incautaciones en Victoria, Concordia y otras localidades de la provincia. Las fuerzas de seguridad advierten que estos artefactos son empleados por delincuentes para intimidar y cometer robos, aprovechando su semejanza con armas reales.
José María Rosatelli, jefe de la Departamental de Policía de Concordia y ex jefe de Criminalística, habló con el programa Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral) y puso el foco en la peligrosidad de las armas de acción neumática de alta presión. “Aquí en la Argentina, cualquier persona con antecedente, sin antecedente, mayor o menor de edad, puede ir a un negocio y adquirirla”, advirtió. “Y no sólo eso: puede transportarla libremente por la ciudad o el campo”.
La inquietud de Rosatelli no es nueva. Hace dos años se inició una investigación policial tras un femicidio en Chajarí, donde un hombre mató a su esposa con un fusil neumático calibre 7.62. “Era un hecho novedoso en la zona. Sabíamos de lesiones provocadas por estas armas, pero nunca un homicidio”, explicó el experto.
A partir de ese caso, el área de Criminalística llevó adelante estudios forenses que arrojaron resultados alarmantes. “Las velocidades en boca de cañón y el alcance son muy similares a las producidas por un arma de fuego”, detalló Rosatelli. “El poder de daño, ya sea por penetración o por golpe en el impacto, resulta igual al de un disparo real”.
Asimismo, los análisis químicos demostraron que estas armas dejan residuos en el blanco y sobre la superficie de quien realiza el disparo, tal como sucede con las armas convencionales. “Su comportamiento de funcionamiento es igual al de un arma de fuego”, concluyó el jefe policial.
El problema, según Rosatelli, es el vacío legal. Estas armas no están contempladas en la ley argentina de Armas y Explosivos, lo que facilita su comercialización sin restricciones. “Estamos trabajando con todos estos fundamentos para modificar la ley y que se incorporen como elementos regulados”, señaló.
En Argentina se distinguen tres tipos de armas neumáticas: las de aire comprimido, las de gas comprimido y las de aire precomprimido. Estas últimas son las más modernas y peligrosas. “Tuvieron su auge en los años 70, pero en otros países ya están reguladas desde hace décadas”, recordó Rosatelli.
Estas armas no están contempladas en la legislación argentina vigente. Cualquier persona, sin importar edad ni antecedentes, puede adquirirlas libremente. Se venden online desde 45.000 pesos y pueden ser transportadas sin restricciones.
La Ley 24.703 prohíbe la venta de réplicas en jugueterías, pero no regula su comercialización en otros ámbitos. Ese vacío deja un margen de maniobra que pone en riesgo a la sociedad. Rosatelli propone que este tipo de armas se anexe a la Ley Nacional de Armas y Explosivos.
Cuestión de Fondo habló con personas que practican airsoft, un deporte de simulación táctico y grupal que utiliza réplicas de armas de fuego que disparan bolas de plástico (BBs). Los jugadores recrean combates en entornos controlados, respetando reglas y un código de honor para autoevaluar los impactos. La actividad busca realismo en tácticas y equipamiento, y fomenta el trabajo en equipo, la estrategia y la condición física.
La primera aclaración de los deportistas es que no hablan de armas sino de “marcadoras”. La segunda es que esas réplicas utilizan bolas de plástico biodegradables. Luego señalan que la mayoría adquiere armas largas, como fusiles. Además, existen ciertas reglas a respetar: por ejemplo, no portar la marcadora sin funda o bolso. “No puede ir a simple vista porque puede intimidar a una persona”, dijo uno de los deportistas consultados.