Diario UNO.- En lo que puede afirmarse como un triste despido del Jockey Club, o una poco auspiciosa llegada del grupo inversor cordobés Libertad interesado en la compra del predio -si realmente ello se concreta-, debió trasladarse el escenario de la Fiesta de la Ciudad a menos de siete días del inicio de las actividades.Las razones no están bien claras, ni siquiera para los organizadores. Campaña masiva mediante, y ante la presentación oficial de la amplia variedad de eventos, la negativa para utilizar el histórico Hipódromo se concretó recién el viernes, cuando trabajadores municipales realizaban una limpieza a fondo.Por lo pronto, ya se confirmó que el programa de actividades se mantendrá íntegro, y tendrá como escenario el Club Paracao.En tanto, los argumentos y motivos para el cambio serán aclarados mañana en conferencia de prensa, por parte de la Fundación de la Asociación Dirigentes de Empresas.Indudablemente, la venta del predio y el reclamo del grupo inversor interesado por ceder menos hectáreas que las exigidas por la Municipalidad y aprobar otras medidas, fue el motivo para tal determinación, a horas del evento.“Estaba todo arreglado desde el 18 de febrero. Incluso aceptamos aumentar el pago del alquiler que nos reclamaron, entre 12.000 y 15.000 pesos. Fue un acuerdo tácito”, indicó Rubén Amaya, uno de los coordinadores de la fiesta.“La comisión directiva del Jockey se negó a que se haga la fiesta”, dijo, sin dudar que “hubo una orden” para que ello suceda.“Puedo especular como todos que la cuestión pasa por el planteo de los interesados en comprar el Jockey”, para que la Municipalidad cambie la ordenanza aprobada meses atrás.Según Amaya, desde el 18 de febrero estaba solicitado y acordado el predio. “Tenemos la nota firmada y sellada de aceptación, por parte del administrador dispuesto por la Justicia. Y el gremio de los trabajadores no cuestionaba la cesión del predio”, añadió. Así, indicó que el administrador -reemplazado en las últimas semanas luego de varios años al frente de la entidad en quiebra-, le había manifestado en febrero a los organizadores que “en caso de venta, todo queda en la nada”. Pero hasta las últimas horas, la venta del Hipódromo no se había concretado.La propuesta del grupo Libertad se dilata, pese a la sanción de la ordenanza que requería la institución y los trabajadores, a favor de la venta.Ahora, los interesados -según indicó en un fallo días atrás el propio juez de la causa-exigen que la Municipalidad delimite, subdivida el suelo, haga la protección edilicia, amanzanamiento, para luego sí, establecer un precio. Pero además quieren ceder un porcentaje menor del 50% exigido por la Municipalidad para calles internas y espacios públicos. En la intención de contar con normas a su estricta medida, abren un interrogante en torno a los reales propósitos de urbanización.“Nunca nos dijeron que no”. “Le dejábamos el predio limpio, arreglado y además le pagábamos; no entiendo la negativa”, afirmó Rubén Amaya en reiteradas oportunidades.“Nunca nos dijeron que no”, remarcó. “Lo organizaba una entidad privada, no era para el gobierno e incluso había sectores para la Asociación de Padres y Amigos de Niños y Adolescentes Aminorados (Apana) y de la Asociación Paranaense de Síndrome de Down y otras discapacidades (Aspasid).“El Hipódromo es nuestro”En relación a la organización de la Fiesta de la Ciudad, el titular de la comisión directiva del Jockey Club, José Carlos Hernández, aseveró:“El Hipódromo es nuestro y nunca nos dijeron nada”.“Sabíamos que se estaba anunciando”, reconoció, aunque no brindó mayores detalles de la negativa.En cuanto a la venta del predio, dijo que “el grupo inversor todavía no lo compra porque falta el amanzanamiento que debe hacer la Municipalidad”.“Está todo preparado para la venta, pero la Municipalidad no hace lo que tiene que hacer”, reclamó en línea con el planteo de los empresarios.
