
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recortó su previsión de crecimiento del PIB argentino para el próximo año: la estimación pasó de 4,3% a 3%. Además, aumentó su proyección de inflación. Aunque la economía argentina registraría un fuerte repunte este año, sigue expuesta a riesgos significativos relacionados con el tipo de cambio, la inflación y la continuidad del programa de reformas.
Así lo indica el nuevo informe Perspectivas Económicas, que proyecta un crecimiento del PIB real de 4,2% en 2025, 3% en 2026 y una aceleración a 3,9% en 2027.
Según el organismo, la recuperación estará impulsada por la inversión y las exportaciones, en un marco de mayor apertura regulatoria y un fuerte dinamismo en los sectores energético y minero.
“El crecimiento estará impulsado por la inversión y las exportaciones, debido a un entorno cada vez más favorable para los negocios, regulaciones menos gravosas y un dinámico sector energético y minero”, señala el informe.
La OCDE advierte que, pese a la mejora en las perspectivas para los próximos años, la actividad económica se desaceleró en los últimos meses. Tras tres trimestres de expansión, el PIB del segundo trimestre de 2025 retrocedió 0,1% respecto del trimestre anterior por una caída de la demanda interna. La confianza del consumidor permanece deprimida y las ventas en supermercados registran descensos desde abril.
Aun así, el mercado laboral se mantiene y los salarios reales siguen recuperándose, aunque con menor ritmo. La inflación, en tanto, se mantiene elevada: en septiembre alcanzó 31,8% interanual, pese a la reciente depreciación del tipo de cambio.
En medio de estas tensiones, el organismo señala que la moneda “ha estado bajo presión”, lo que derivó en intervenciones cambiarias y en una desaceleración en la acumulación de reservas. En ese sentido, el reciente swap con el Tesoro de Estados Unidos por USD 20.000 millones “se espera que fortalezca las reservas del Banco Central”.
Política monetaria restrictiva y cuentas públicas en orden
El documento subraya que las tasas de interés subieron con fuerza, acompañadas de un mayor control de los agregados monetarios. La recomendación es clara: mantener una política monetaria restrictiva hasta garantizar una reducción sostenida de la inflación.
A su vez, los resultados fiscales mejoraron por la contención del gasto y mayores ingresos tributarios vinculados a la recuperación económica. La OCDE estima que el Gobierno registrará superávits entre 2025 y 2027, aunque advierte riesgos asociados a nuevas medidas legislativas y a la suspensión temporal de impuestos a la exportación agrícola.
Aun con ese panorama favorable, el organismo insiste en que el país debe avanzar hacia una reforma tributaria integral que reduzca la complejidad del sistema y elimine los tributos más distorsivos.
“Una reforma que elimine los impuestos más distorsivos, reduzca la complejidad y amplíe las bases imponibles ayudaría a mejorar la posición fiscal de manera sostenible”, afirma.
Reformas regulatorias: avances y pendientes
El informe destaca los avances en simplificación normativa durante los últimos dos años, con menos burocracia y reducción de barreras de entrada en varios sectores. Sin embargo, sostiene que todavía existe margen para mejorar la productividad, especialmente en los servicios y en las cargas administrativas para las nuevas empresas.
“Una mayor racionalización de las regulaciones empresariales tiene un gran potencial para aumentar la productividad”, señala la OCDE, que también alienta a continuar reduciendo barreras no arancelarias y regulaciones técnicas “injustificadas” que encarecen el acceso a insumos importados.
Otro punto central es la necesidad de avanzar en la implementación de la nueva Autoridad de Competencia: “Crear un organismo independiente y bien financiado es clave para fortalecer la competencia”, afirma.
Inflación a la baja, pero riesgos persistentes
Con cuentas públicas equilibradas y tasas de interés reales elevadas, la OCDE prevé que la inflación continuará bajando: 41,7% en 2025, 17,6% en 2026 y 10% en 2027 en promedio anual.
De esta forma, el organismo realizó una revisión al alza: en septiembre estimaba una inflación de 39,8% para 2025 y de 16,5% para 2026.
La OCDE remarca que el país sigue expuesto a shocks de confianza, debido a la fragilidad del tipo de cambio, al bajo nivel de reservas y a la necesidad de avanzar con más reformas estructurales.
“Persisten vulnerabilidades macroeconómicas que exponen a la economía a posibles cambios en la confianza”, advierte. La reciente volatilidad del tipo de cambio es, según el organismo, un recordatorio de esas fragilidades.
Inversión, exportaciones y educación técnica: las claves del repunte
El crecimiento en los próximos años dependerá en gran medida de la capacidad del país para atraer inversiones en minería y energía, aprovechar los incentivos para grandes proyectos y mantener la mejora en el clima de negocios. La reducción de retenciones sobre productos agrícolas también favorecerá las exportaciones.
Hacia 2027, la mejora gradual de las condiciones financieras permitirá un repunte del consumo y de la inversión privada.
Finalmente, la OCDE subraya la necesidad de ampliar la formación técnica y profesional, en coordinación con el sector privado, para adecuar las habilidades laborales a las nuevas demandas productivas.
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