
Hasta aquellos argentinos opulentos que se instalaban en París a principios del siglo XX consideraban evidente que para demoler un edificio hace falta saber de arquitectura. Así lo cuenta Carlos Gamerro a través de sus personajes en La Jaula de los Onas. Más acá en el tiempo y a juzgar por lo que vimos últimamente en varias áreas del sector público, no hubo arquitectos, precisamente.
Pero surgió un escenario de baja inflación, dólar volátil aunque contenido y para las empresas, costos disparados, entre ellos el logístico con rutas detonadas. Todo, en medio de la incertidumbre global. “No nos queda otra que maximizar la eficiencia”, dicen como sinónimo de ajuste en numerosas compañías.
Mucho de esto conversaron en una reunión a solas Luis Caputo y el presidente de la UIA, Martín Rappallini que le llevó “el compromiso productivo”, que intenta ver la luz en el Consejo de Mayo, lanzado hace más de un año y que se reunió hace pocas semanas por primera vez.
Rappallini, dueño de Cerámicas Alberdi, va en su pequeño avión privado visitando distintas compañías en el Interior, como Las Marías en Corrientes o Juntas Illinois en Córdoba con ese “compromiso” bajo el brazo que no es otra cosa que las reformas laboral y tributaria y mejoras en la infraestructura de caminos, puertos e hidrovía que permitan producir.
Con la sobriedad que lo caracteriza, Javier Madanes Quintanilla, presidente de Aluar y Fate, habla de desorden. Aluar, que exporta la mitad de su producción a EE.UU. sufre el 50% de arancel que aplica Trump. Siguen enviando la mercadería y están en tratativas para distribuir esa carga arancelaria entre la fábrica, el proveedor, el usuario intermedio y el usuario final.

Cerca de Cancillería deslizan una negociación a todo vapor con Washington bajo un acuerdo de confidencialidad. Hay ilusión de final feliz, un argumento que se sustenta entre otras cosas en que nunca hubo tanta visita de funcionarios de alto rango del gobierno de EE.UU. al país.
“Flotamos”, suelta Hugo Sánchez, el mayor exportador de fruta fresca de la Patagonia, con 1.400 hectáreas de peras y manzanas y 200 de kiwi orgánico en la bonaerense Sierra de los Padres y que se lanzó a las cerezas, tan demandadas por China. En su caso compensa un tipo de cambio que no le es favorable con nuevas variedades y mejores rindes. Cuenta que la desventura de firmas agroindustriales en default, cerró la canilla para la financiación en el mercado de capitales. Las ON están frenadas.
El campo, a su vez, recibió con alivio la rebaja permanente de las retenciones. “El problema no son los precios que están a tono con los promedios históricos; es el tipo de cambio”, sostiene el economista Eugenio Díaz Bonilla que atiende en Washington. Añade: “Desde 1960 hasta acá, Argentina tuvo en 27 de esos 65 años, un salto del dólar del 41%. Es único en el mundo junto al Congo”.

Para Ledesma, uno de los talones de Aquiles es el precio del azúcar en competencia con la importada y en uno de sus niveles más bajos. Se suma el derrumbe del negocio del papel. La compañía de la familia Blaquier redujo su plantel de operarios en Jujuy, sede de sus fábricas y después de prescindir de su histórico CEO, Javier Goñi, pasó la guadaña en cargos ejecutivos eliminando divisiones enteras.
Para el experto Claudio Molina, el Norte sufre porque la ley de biocombustibles, una salida para la caña, el maíz y la soja, está pisoteada y no se cumple con la fórmula de precios. Al punto, que se reunieron los gobernadores de Tucumán, Jujuy y Salta en la urgencia de una nueva ley. Hay varios jugadores de peso en el negocio, desde Eurnekian al grupo Lartirigoyen. Mientras, el siempre activo CEO y presidente de YPF, Horacio Marín puso el ojo en el biocombustible para la aviación en sociedad con la australiana Essential Energy.
Ariel Masut, economista y presidente de la Cámara de Comercio Argentino Texana, cuenta que los empresarios de esa vasta región petrolera, a la sazón la novena economía del mundo, buscan hacer pie en Vaca Muerta.
“Nadie se lo quiere perder, especialmente los que prestan servicios a la industria. Vaca Muerta tiene una productividad mayor al promedio de Permiam (su equivalente en EE.UU.) y la inversión se recupera rápido”. Aunque Masut admite los grises que dificultan decisiones, como la disponibilidad de divisas y la falta de infraestructura. Aún así, en la feria anual de los petroleros en Neuquén ya se anotaron 12 popes texanos. En Vaca Muerta el costo de extracción es de US$ 5 y en el caso del petróleo convencional, US$ 30. A los valores actuales se asegura que hay margen para ganar y para invertir.
En ese sector, las miradas están puestas en la venta de los activos de Raizen en el país. El grupo brasileño socio de Shell en Raizen está complicado con sus deudas de US $ 6.100 millones y se desprende de la refinería de Dock Sud y la red de estaciones que funcionan con la marca Shell.

Trascendió que una firma china estaría interesada. Y se lo ve muy movedizo por las provincias al embajador chino, Wang Wei, que habla un castellano perfecto. La semana pasada los ejecutivos de Ganfeng Lithium, la compañía china del litio, se reunieron con Javier Milei en un encuentro reservado sobre el que no informó la Casa Rosada.

A la salida se toparon con la sorpresa de que no les aprobaban el RIGI (Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones) para ampliarse en la Puna. En el Gobierno hablaron de desprolijidades en la presentación. Y los propios chinos creen que habrá una segunda oportunidad porque “no estamos cruzando alguna de las líneas rojas que fijó Trump como lo nuclear”.
Otra compañía china estaría detrás de las represas que salen a licitación en el Sur con un nuevo modelo que armó el Gobierno, ya que dispondrán de un porcentaje de energía para vender libremente, lo que atrajo el interés de varios grupos al compás de las exigencias globales de ir hacia las energías limpias.
A todo esto, la pelea de bancos y fintech no tiene tregua. Al reciente desembarco de Mercado Pago en dólares oficiales, que vuelve a poner en guardia a las entidades, hay una preocupación creciente esta vez de las Fintech por el crecimiento de Visa en el procesamiento de pagos.
Es que tras su adquisición por US$ 1.000 millones de la brasileña Pismo, una inmensa plataforma de procesamiento en la nube, Visa amplió su capacidad y va de la emisión al procesamiento ofreciendo precios más bajos. Se teme una réplica de Prisma, aquel conglomerado de los principales bancos que Defensa de la Competencia obligó a vender en parte en tiempos de Mauricio Macri.
Al margen de estas disputas, el año político ya comenzó a sentirse. No solo en las designaciones como la de Leonardo Sarquis, ex ministro de María Eugenia Vidal que llegó ahora de la mano de Diego Santilli al Mercado Central.
El CEO de Kantar, la multi que mide de todo, Ariel Hajmi, se sorprende porque ante la apatía a la hora de votar, nota que Argentina es un caso extraño en el mundo con el récord de siete señales de noticias en la tele. De paso, destaca el cambio en materia publicitaria: los anuncios del sector energético llevan ahora la delantera, mostrando por quién doblan las campanas.

Entretanto, la dura puja por la composición de las listas en la provincia de Buenos Aires no pasó inadvertida en el ambiente de negocios. Especialmente, la del oficialismo en la que “el puntero le ganó al tuitero”, de acuerdo a Eduardo Fidanza. En las mediciones de Poliarquía, Fidanza observa que el Presidente obtiene un nada desdeñable 53% de aprobación, pero el rechazo llega a 47%. La conclusión: “El juego sigue abierto”. w