Viernes, 23 de mayo de 2025   |   Nacionales

La libertad de expresión enfrenta desafíos en Casa Rosada

El Gobierno decidió establecer nuevos criterios para los periodistas que deseen acreditarse en Balcarce 50.
La libertad de expresión enfrenta desafíos en Casa Rosada

Lo que se venía anunciando hace tiempo finalmente se concretó este viernes: el Gobierno de Javier Milei implementará restricciones al trabajo de la prensa en la Casa Rosada. Las nuevas medidas incluyen una limitación en la cantidad de periodistas en la sala de prensa, un código de vestimenta para las conferencias del vocero presidencial Manuel Adorni, la acreditación basada en la audiencia de cada medio, la prohibición de circular libremente por los pasillos y esperar la llegada de funcionarios, una restricción en el tiempo para formular preguntas, y la prohibición de tomar fotos o grabar dentro del edificio. Estas normas entrarán en vigencia en un mes.

El objetivo del periodismo acreditado en la Casa Rosada siempre ha sido transmitir los actos de Gobierno, actuando como un puente para que el ciudadano común conozca lo que sucede en el ámbito del poder, al igual que en un ministerio público o en el Congreso de la Nación. Sin embargo, aunque el Gobierno se declare liberal en otros aspectos, se amplían las restricciones en este ámbito, limitando así el trabajo profesional de los periodistas.

Una vez más, la libertad de expresión parece estar en peligro. Desde que asumió, Adorni ha permitido la entrada de periodistas de medios digitales afines a La Libertad Avanza y ha dado cabida a corresponsales extranjeros o estudiantes universitarios que, curiosamente, comparten las posturas del oficialismo. En contraposición, ha sido estricto con los medios tradicionales que critican las políticas libertarias.

A pesar de que su vertiginoso ascenso a la presidencia se sustentó en sus constantes apariciones televisivas durante el prime time, donde su discurso explosivo y polémico captó la atención del público, Milei parece ahora tomarse venganza contra el periodismo, al que constantemente acusa de estar “ensobrado” y “pautero”, a través de esta nueva iniciativa.

Adorni también asumirá otras atribuciones durante las conferencias. Podrá interrumpir a quienes usan el micrófono para preguntar y no permitirá repreguntas, ese recurso que muchas veces es fundamental para profundizar un tema o buscar una respuesta. Asimismo, tendrá la potestad de elegir a los periodistas que desee, imitando el estilo de la oficina de prensa de la Casa Blanca, de la que han copiado la estética en las presentaciones oficiales. Una vez que la conferencia comience, con un límite de 36 personas presentes, no se permitirá la entrada de más asistentes.

Además de estas limitaciones, el nuevo reglamento amenaza la dinámica del periodismo. Cualquier periodista acreditado en la Rosada puede dar testimonio de que son pocos los funcionarios que se comunican “off the record” respecto a intenciones o planes gubernamentales. Las habituales “guardias” periodísticas estarán prohibidas, ya que se requerirá autorización para la circulación interna.

Otro aspecto polémico será el criterio de selección de los medios permitidos en la Rosada. Se evaluará la métrica de audiencia o alcance, la experiencia de quienes representa cada medio, y la cobertura previa de las actividades en Balcarce 50. ¿Acaso un medio de cualquier provincia no tiene derecho a acreditarse? ¿Cuáles serán los criterios aplicados? ¿Existirá una cobertura que, como indica la resolución, “asegure el pleno ejercicio del derecho de la ciudadanía a recibir información objetiva, plural y de interés público, en condiciones de igualdad y transparencia”? ¿Cómo se clasificará a un medio de comunicación tradicional? ¿Puede el Gobierno establecer criterios para evaluar a quienes buscan acreditarse?

Este nuevo reglamento suscita muchas preguntas. Ya en el inicio de las sesiones legislativas en el Congreso, los periodistas fueron ubicados de manera arbitraria y se les impidió el acceso a ciertos sectores. Ahora, la situación se repetirá en la Rosada. ¿Todo esto se hace en nombre de la libertad?

Preguntar. Cuestionar. Incomodar al poder. Investigar. Registrar. Buscar información. Estas son funciones esenciales del periodismo que ahora se encuentran amenazadas.

LT

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