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Domingo, 21 de septiembre de 2025

La furia de los gobernadores con Milei y los sugestivos contactos con Macri

La furia de los gobernadores con Milei y los sugestivos contactos con Macri


“Gustavo, estoy en Tucumán, ¿puedo pasar un rato a verte para tomar unos mates?, le propuso el flamante ministro del Interior, Lisandro Catalán, al gobernador de Salta, Gustavo Sáenz. El funcionario había viajado a San Miguel de Tucumán para encabezar un acto del oficialismo junto a Karina Milei y Martin Menem e intentó aprovechar la cercanía para acercar posiciones con un ex aliado del Gobierno.

“Pero claro, Chango, siempre bienvenido para hablar conmigo. Venite para Salta”, respondió Sáenz.

Catalán viajó. Se reunió con el jefe de la provincia. El diálogo no fue bueno, sí en términos personales, no políticos. Catalán estrenaba cargo e intentaba juntar votos entre aliados y ex aliados para intentar frenar en el Congreso el rechazo a los vetos del presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento a las Universidad y a la legislación que otorgaba mayor presupuesto al hospital Garrahan.

Sáenz transmitió lo que hace meses le dice a otros enviados y amigos que tiene en la Casa Rosada, pero esta vez aludiendo directo de Catalán: “Lisandro, vos sos buen tipo, te aprecio. Pero todo lo que siempre me prometieron desde el Gobierno quedó en la nada. Los candidatos de La Libertad Avanza (LLA) acá en Salta me tratan peor que a los kirchneristas. Te valoro, pero también sé que cuando te vayas de acá vas a tener que pedir permiso hasta para publicar un tuit. No me sirve, hermano. Tienen que cambiar”.

La escena es solo una muestra de lo complejo que será para el Gobierno reestablecer una cualidad de construcción lenta: confianza.

Sáenz le enumeró a su interlocutor las obras públicas que la Casa Rosada le prometió hace meses y nunca le financió, pero sobre todo le planteó la perplejidad que le produce que desde el Gobierno le pidan que sus legisladores voten por proyectos libertarios mientras en su provincia la candidata a senadora nacional de LLA, Emilia Orozco, hace campaña en su contra de modo muy negativo, hasta acusándolo de narcotraficante junto a un rival histórico socio de varios peronistas, Alfredo Olmedo.

Para colmo, Cristina Kirchner intervino el PJ de la provincia, bajo mando de dirigentes del gobernador, y ya con control del kirchnerismo el partido recibió 600 mil dólares del Estado para invertir en publicidad oficial y proselitismo. El candidato a senador K en el distrito es el ex gobernador Juan Manuel Urtubey, mientras que a diputado se postula el camporista Emiliano Estrada, procesado por difundir fake news. “Es joda, hermano”, cerró Sáenz el mensaje, que espera llegue al presidente Javier Milei.

El mismo enojo de Sáenz invade al correntino Gustavo Valdés. Y, aunque de carácter menos efusivo, también está encabronado el catamarqueño Raúl Jalil.

El domingo 7 de septiembre, LLA perdió por trece puntos de diferencia las elecciones que peleó contra el PJ de Axel Kiciloff. El Presidente prometió autocrítica y cambios. En concreto, modificó el Gabinete sumando de nuevo al Ministerio del Interior. Es el cargo que estrenó Catalán. Enfrentará grandes dificultades para revincularse con la gran mayoría de los gobernadores. No fueron generadas por él.

El objetivo que el Gobierno le trasmitió a los tres gobernadores aliados con los que competirá en alianza en las elecciones de octubre (el mendocino Alfredo Cornejo; el chaqueño Leandro Zdero y el entrerriano del PRO Rogelio Frigerio), es intentar reconstruir, una vez pasados los comicios, las mayorías parlamentarias que LLA logró sostener durante los tiempos de la votación del la Ley Bases.

¿Podrá? Por ahora, no. En esos meses del 2024, el apogeo político y económico de Milei era total. Ya no.

El Jefe de Estado destrató al Congreso varias veces desde entonces y descuidó la política de seducción con los jefes de provincias con los que se asoció para vencer en el Parlamento a los K.

Mensajes durísimos y bronca por las promesas incumplidas

Las señales que recibió en las últimas semanas de parte de esos mismos gobernadores, ex aliados inalterables, son durísimas. Hubo insultos, gritos con funcionarios que buscaban la armonía con ellos, y la repetición de una larga lista de reclamos y quejas por promesas incumplidas de parte de la Nación. El trabajo, si se encausa, será tedioso y significará, en los hechos, un cambio total en los modos de ejercer del poder de la Casa Rosada.

Clarín consultó sobre este tema con ocho gobernadores que hablaron con este diario pidiendo hacer catarsis en anonimato. También se buscó la versión sobre este nuevo escenario de tres miembros del Gabinete que conocen la trastienda de la relación entre Nación y Provincias.

Cada caso es un mundo. Un mundo malo para LLA. De Salta a Tierra del Fuego. Literal.

El gobernador de la provincia austral, Gustavo Melella, espera desde el año pasado que la Casa Rosada cumpla con los compromisos firmados para que se le condone una deuda a cambio de la entrega de terrenos fiscales en su distrito que debe definir la Agencia de Administración de Bienes del Estado. Los papeles parecen perdidos en los laberintos del Estado que LLA asegura detestar. No recibió llamados del nuevo ministro del Interior.

Melella milita en un espacio afín al kirchnerismo pero es un hombre de diálogo. También firmó convenios para que se construyan en su provincia viviendas sociales. Nada. “No sé si algún gobernador habla directo con Milei”, afirmó.

Para colmo, las provincias del sur anotaron un punto en el nuevo proyecto de presupuesto nacional que los preocupa: se eliminaron las partidas para infraestructura hídrica, según ellos.

Algunos gobernadores son más pacientes que otros, sobre todo entre quienes cerraron alianzas electorales con la Casa Rosada en otros tiempos más victoriosos para LLA.

En el caso de Entre Ríos, el gobernador Rogelio Frigerio cedió los lugares más destacados de las listas de candidatos a dirigentes libertarios, pero aun espera que le envíen las partidas prometidas que Nación le debe a su distrito para cerrar el déficit de la Caja Previsional. Son alrededor de 10 millones de dólares mensuales.

Como el resto de los gobernadores, Frigerio reclama que la Nación se haga cargo no ya de construir obras públicas nuevas, si no apenas de mantener las rutas nacionales ya existentes y en su mayoría vetustas para la logística de estas décadas del siglo XXI.

El reclamo es común en todos los distritos de la Argentina. En Entre Ríos, por caso, la ruta nacional 14, la llamada “Ruta del Mercosur”, se quedó sin concesionarios, por lo que los peajes permanecen levantados. El estado del asfalto es tenebroso. El Gobierno dilata la nueva licitación. El gobernador de Entre Ríos prefirió no hacer comentarios con Clarín sobre estos puntos de conflicto.

“Martín, dejá de mentirle al Presidente”

Aun así, este diario pudo reconstruir que él fue uno de los participantes de un zoom junto al mendocino Cornejo, el chaqueño Zdero (los tres aliados electorales de LLA), que fue liderado desde la Casa Rosada por el ministro del Interior Catalán y el presidente de la Cámara de Diputados, Martin Menem. También se conectaron los diputados Cristian Ritondo y el radical Rodrigo De Loredo.

Menem les pidió que sus legisladores apoyen los vetos del presidente a la ley de Universidades y del Garrahan. “Tienen que acompañar en las buenas y en las malas”, fue el mensaje oficial. Cornejo enfureció. Gritó: “¡Deja de mentirnos, Martin, no tienen los votos! ¡No nos vas a hacer votar a los radicales contra las universidades públicas! ¡Y dejá de mentirle al Presidente!”.

Frigerio avaló a su colega y habría agregado: “Sí, se vota con los aliados en las buenas y en las malas, pero esperá un poco. Nosotros no tenemos que cumplir órdenes de ustedes”.

El Gobierno pareció hacer un gesto de liberación de fondos con uno de los jefes de los gobernadores nucleados en el grupo llamado “Provincias Unidas”, el chubutense Ignacio Torres. El ministro de Economía, Luis Caputo, se sacó una foto junto a él en la firma de una condonación de la deuda de la provincia con la Nación.

Desde Chubut, igual que desde el resto de las provincias cuyos gobernadores fueron consultados para esta nota, se resaltó que Caputo siempre les responde los llamados e intenta resolver sus problemas, aunque sin concretar casi nunca sus gestiones. Lo ponderan.

Pero lo cierto, según Chubut, es que esa foto con Torres no se trató de ninguna concesión que el Gobierno hizo con la Provincia, si no que se firmó, en rigor, una resolución a un pleito judicial. Torres aceptó que se le perdone una deuda de su Provincia con la Casa Rosada a cambio de que sea su distrito el que se haga cargo de arreglos y nuevas obras en las rutas 3, la 40, y también otras obras de infraestructura de ese estilo.

Torres es de los más enojados con el Gobierno de Milei. Ocurre que sus candidatos a legisladores nacionales compiten, entre otros, contra dirigentes K radicalizados. Y también contra una lista de libertarios puros designados en esas listas por el operador cuestionado Eduardo “Lule” Menem y la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.

Torres descubrió hace un tiempo que existía corrupción en muchas de las cooperativas eléctricas antes manejadas por los K. Lo denunció. El Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social, que regula a esas cooperativas, le dio la razón y pidió que se tomen medidas al respecto.

El Gobernador estalló de furia cuando se enteró que el subsecretario de energía eléctrica de la Nación había recibido en su despacho, en medio de esta disputa, al senador nacional de los K en Chubut, Carlos Linares. No pudo aguantar la rabia y llamó a Catalán: “Escucha una cosa, flaco: ¿Ustedes me están jodiendo? No los puedo entender. Ya compito contra libertarios acá y me acusan de cualquier cosa, inventan denuncias, pero que estén ayudando a los K… Andate a la p… que te parió”, le cortó, quizás lanzando más insultos.

Hay muchos otros gobernadores que dicen barbaridades peores del funcionariado libertario. “Hijos de p… Nos hacen quedar mal a nosotros en nuestras provincias porque no tienen la menor idea de cómo se hace política y desconocen lo que pasa en las provincias”, se enojó ante Clarín un mandatario de uno de los tres distritos más poblados de la Argentina, que también decidió romper relaciones con la Casa Rosada. Forma parte de “Provincias Unidas”.

De a poco, los jefes de provincias se unifican para hacer más fuertes sus reclamos, y también para mostrarse independientes a lo que haga el Gobierno.

El próximo 26 de septiembre los mandatarios del sur del país, como el de Neuquén, Rolo Figueroa, el chubutense Torres, y el santacruceño Claudio Vidal, inaugurarán en conjunto un centro de brigadistas anti incendios que financiaron sus provincias a pesar de que el compromiso era que la plata fuera puesta por la Nación. “Es un hito, hermano, en lugar de llorar empezamos a hacer las cosas nosotros”, marcó uno de los jefes de provincia mencionado en esta nota.

Lo mismo ocurrirá con un gasoducto, también terminado con plata de las provincias sureñas que nunca les transfirió el Gobierno Nacional. La obra le dará gas a todo el sector cordillerano de sus distritos. Se inaugurará el 10 de octubre. Sin funcionarios nacionales invitados. A poco de las elecciones.

Los gobernadores descreen del cambio de actitud del Gobierno, enfurecieron con un artículo de presupuesto 2026, por el que no se destinan fondos nacionales para obras de infraestructura, según ellos. Y empezaron a tejer alianzas no solo entre pares, si no también parlamentarias.

Acercamiento con Mauricio Macri

El ex presidente Mauricio Macri, por caso, dialoga con los integrantes de “Provincias Unidas”, y ellos aseguran que está más lejos que cerca de volver a acercarse a los Milei.

El próximo objetivo de esos gobernadores, si es que su deseo se cumple, es juntar a buena parte de los senadores del PRO, y a un sector de los diputados de ese mismo partido, para que anuncien que arman un nuevo interbloque que seguirá los lineamientos de los gobernadores más que los del Gobierno.

Las historias similares a las que se narran en esta nota se multiplican por provincia.

Es tiempo de campaña electoral. Y cuando se pelea por el poder, se pelea por el poder. A todo. O nada.

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