Lunes, 15 de septiembre de 2025   |   Internacionales

La fiebre del oro continúa imparable con nuevos récords históricos en el mercado

Los precios al contado y a futuro superaron sus marcas previas en una escalada que parece no tener techo
La fiebre del oro continúa imparable con nuevos récords históricos en el mercado

El oro ha vuelto a brillar en los mercados internacionales. En los últimos días, la onza troy alcanzó un máximo histórico cercano a los 3.674 dólares al contado, mientras que al 25/12 se registró un precio de 3.707 dólares, impulsados por un cóctel de factores que abarcan desde la expectativa de recortes en las tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos hasta la incertidumbre geopolítica global.

La cotización se ha mantenido en torno a ese nivel récord, con leves oscilaciones, pero lo suficientemente significativas como para reforzar la percepción de que el metal precioso recupera protagonismo en tiempos de volatilidad económica.

Este nuevo récord ya está generando consecuencias en los mercados. En países como India, un comprador tradicional de oro para festividades, el incremento amenaza con enfriar la demanda minorista. Sin embargo, los grandes actores del mercado creen que la tendencia alcista aún no ha llegado a su fin.

Por ejemplo, la entidad financiera UBS ha elevado su proyección y ahora estima que el metal podría alcanzar los 3.800 dólares la onza hacia finales de 2025.

La dinámica actual confirma que el oro mantiene su histórico rol como refugio de valor frente a la inflación y la incertidumbre.

Uno de los principales impulsores de este repunte es la creciente especulación sobre un posible recorte de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos en las próximas semanas. Los últimos datos sobre empleo en ese país muestran señales de debilidad, y los analistas creen que la autoridad monetaria buscará reactivar la economía.

Un recorte de tasas suele llevar a los inversores a optar por activos de refugio, ya que disminuye el rendimiento de los bonos y debilita al dólar. Precisamente, la moneda estadounidense ha perdido fuerza en los últimos días, lo que hace que el oro resulte aún más atractivo para quienes compran en otras divisas.

La inflación, que sigue siendo motivo de preocupación en varias economías, también impulsa la demanda de oro. A esto se suman las tensiones geopolíticas en diferentes frentes, que refuerzan el interés por activos considerados seguros.

Los bancos centrales y fondos internacionales no se han quedado atrás: en los últimos meses han acelerado sus compras, consolidando la presión alcista sobre los precios.

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