
Las buceadoras tradicionales de Corea del Sur, conocidas como Haenyeo, pasan un sorprendente 56 por ciento de su jornada laboral bajo el agua conteniendo la respiración, superando en tiempo subacuático a ciertos mamíferos marinos como los castores e incluso rivalizando con nutrias y leones marinos. Un estudio científico ha conseguido, por primera vez, medir el comportamiento y la fisiología de estas extraordinarias mujeres mientras bucean hasta 20 metros de profundidad sin ningún equipo respiratorio.
La investigación, publicada en la revista Current Biology, monitoreó a siete Haenyeo de entre 62 y 80 años mientras recolectaban erizos de mar en las aguas que rodean la isla de Jeju. Los resultados revelan capacidades que desafían los límites humanos conocidos: estas buceadoras realizan hasta 100 inmersiones diarias y pueden mantener la respiración durante dos minutos consecutivos.
“Las Haenyeo son seres humanos increíbles”, declaró Chris McKnight de la Universidad de St Andrews, autor principal del estudio. “Sus habilidades de buceo son reconocidamente excepcionales, pero poder medir tanto su comportamiento como su fisiología mientras realizan sus inmersiones diarias de rutina es realmente único.”
El equipo de investigación utilizó instrumentos diseñados originalmente para medir el comportamiento y la fisiología de mamíferos marinos salvajes para rastrear las actividades de buceo y natación de las mujeres. También midieron sus ritmos cardíacos y niveles de oxígeno en sangre a lo largo de toda su jornada laboral, que puede extenderse entre dos y diez horas diarias.
Los hallazgos científicos demuestran que estas mujeres pasan más tiempo bajo el agua que los célebres buceadores Bajau de Indonesia, un grupo de individuos mucho más jóvenes reconocidos mundialmente por sus capacidades de contención respiratoria. El estudio determinó que las Haenyeo dedican una mayor proporción de tiempo diario en el mar que los osos polares. Tras cada inmersión, las buceadoras se recuperan en promedio apenas nueve segundos en la superficie antes de sumergirse nuevamente.
De manera sorprendente, las mujeres no muestran la clásica “respuesta de buceo” mamífera, que implica una desaceleración del corazón y reducción del flujo sanguíneo a los músculos durante las inmersiones. En su lugar, exhiben ritmos cardíacos acelerados y solo reducciones leves de oxígeno en el cerebro y músculos. Esta respuesta fisiológica única sugiere que su estilo particular de inmersiones cortas, poco profundas y frecuentes puede activar adaptaciones diferentes a las de sus contrapartes mamíferas.
Las Haenyeo bucean únicamente con trajes de neopreno, aletas, gafas y chalecos o cinturones con peso para facilitar su descenso. Su equipo también incluye un dispositivo de flotación circular llamado tewak, del cual cuelga una red para capturar los alimentos recolectados, que incluyen caracolas, abulón y diversas criaturas marinas. Trabajan de manera individual, pero siempre permanecen al menos dos personas en el agua simultáneamente para cuidarse mutuamente.
Esta tradición excepcional tiene raíces que se remontan al siglo XVII, cuando los hombres de la isla fueron reclutados para el ejército o perdieron la vida en el mar, dejando a las mujeres como las principales proveedoras de sus familias. La isla de Jeju, situada a 80 kilómetros de la costa coreana, es el hogar de este grupo exclusivamente femenino de buceadoras.
El término Haenyeo, o jawmnye en el idioma de Jeju, significa literalmente “mujeres del mar”. Las buceadoras y el buceo en apnea son elementos integrales de la cultura de Jeju. La influencia de esta práctica es tan prominente que la característica abreviación del idioma de Jeju se atribuye coloquialmente a la necesidad de las buceadoras de comunicarse rápidamente en la superficie del agua.
Las Haenyeo están reconocidas por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, pero representan un grupo en peligro de extinción. El 90 por ciento de estas buceadoras supera actualmente los 60 años de edad. Sus números han experimentado una drástica caída en las últimas décadas, disminuyendo de 14.000 en los años setenta a apenas entre 3.000 y 4.000 en la actualidad.
“Creo que usar animales que consideramos acuáticos para contextualizar y dar perspectiva sobre las buceadoras Haenyeo realmente ayuda a demostrar lo increíbles que son”, explicó McKnight al Daily Mail. La investigación confirma que estas mujeres aprenden la técnica desde adolescentes y continúan trabajando hasta los 90 años de edad.
Los expertos advierten que estas buceadoras podrían representar la última generación de Haenyeo, con la posibilidad de que el grupo desaparezca completamente en los próximos veinte años.