
“Si no aparece la plata, el efecto se va diluyendo”. La frase la pronunció este jueves por la mañana un importante miembro del equipo económico mientras subía el dólar y caían los bonos en medio de horas de incertidumbre total sobre el manejo de la crisis financiera y la campaña electoral del oficialismo.
Justo en ese momento volvía a tuitear Scott Bessent, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, bautizado “Messi” por el presidente Javier Milei. El mensaje intentaba asegurar que hay tratativas en marcha para concretar el respaldo financiero que la semana pasada se había adelantado en redes y con la reunión con Donald Trump durante la Asamblea de Naciones Unidas.
En aquel momento, con los primeros posteos se cortó la corrida y bajaron el dólar y el riesgo país de los niveles de pánico previos pero la calma duró poco. Desde este lunes volvió la brecha cambiaría, el Banco Central apareció “desesperado” pidiéndole a las billeteras virtuales que no vendan divisas y el Palacio de Hacienda volvió a tener que abastecer de dólares el mercado en vez de comprar como se había previsto.
Por eso ahora, el ministro de Economía, Luis Caputo, prepara medidas para tratar de recuperar la credibilidad de un mercado que se le dio vuelta pareciera a veces de manera difícil de revertir.
“Intentaremos dar un shock de señales” de que habrá más reservas, de que se pagará la deuda y de que volverán los puentes políticos para blindar el equilibrio fiscal, aseguran en la Casa Rosada a la espera de que aparezcan los verdes desde la Casa Blanca, devenida en el prestamista de última instancia del modelo que funciona de forma fluida sólo si se inyectan divisas.
No ayuda en ese plan que Bessent haya salido a matizar la eventual asistencia diciendo que no manda plata, sino que habrá un “swap”, es decir una forma de crédito contingente que engrosa las reservas, pero sin un desembolso efectivo inmediato. Es que aun en las potencias se impone el equilibrio entre las demandas populares -los contribuyentes estadounidenses que se quejan de que usen su plata para nuestro país o especialmente los granjeros que objetan regalarle mercado agrícola a China- y la estrategia geopolítica que Trump quiere llevar adelante respaldando a su amigo anti woke.
Así, Caputo buscará en breve mostrar “gestos” y luego “hechos”. En su entorno sueltan la idea de una recompra de deuda como primer paso desde el gobierno americano junto a inversores aliados. A propósito, está empezando a incomodar la circulación del nombre de Rob Citrone, del fondo Discovery, como un “ganador” de las operaciones con la deuda argentina, como apuntó la agencia de noticias Bloomberg.
Como sea, la alternativa “recompra de deuda” era una de las posibilidades que había nombrado Bessent en uno de sus tuits cuando habló de que “todas las opciones” estaban disponibles para sostener a su aliado. El viaje del ministro de estas horas a Washington busca alentar esa posibilidad. Mientras tanto, el Tesoro local vende dólares para que el tipo de cambio no pase los $1425 y suma la expectativa en torno del funcionario que es experto en hacer pensar que sacará un “conejo de la galera”.
“La semana pasada, la baja de retenciones y los mensajes desde EEUU generaron una oferta que ayudó a calmar las aguas, pero el paso del tiempo sin novedades licuó el efecto; por eso llegó el tuit de esta mañana”, indicaron fuentes del gobierno. ¿Pidieron ese nuevo auxilio en la red social de Elon Musk? Queda flotando la idea de que así fue. En el mercado, el economista Emmanuel Alvarez Agis había mandado un informe a sus clientes titulado “Show me the money”.
Se trata de intentos de empezar a reconstruir más indicios para calmar al mercado. Faltan 23 días para las elecciones y la apuesta generalizada pareciera ser que más tarde o temprano el Gobierno no podrá sostener el techo de la banda y habrá un reacomodamiento más arriba de las variables financieras, tal vez con nuevas restricciones cambiarias y un relanzamiento del equipo ministerial. Pero el 26 de octubre asoma demasiado lejos y por eso esperan poder frenar las especulaciones vía negociaciones en Estados Unidos.
El empresariado, en tanto, se prepara para su gran cita en dos semanas en el Coloquio de IDEA en Mar del Plata, donde la tradicional organización empresarial llevará a cabo un encuentro que se pensó en tiempos de dólar calmo y Milei fortalecido -se titula “Juega Argentina, Competir, Producir, Innovar”- pero que se desarrollará en pleno intento oficial de hacer pie entre turbulencias y busca de ayuda urgente, sin mencionar el tambaleo de la candidatura de su principal postulante en la provincia de Buenos Aires, José Luis Espert.
La convocatoria tendrá foco en historias de empresas que buscan ser cada vez más competitivas para venderle al mundo, pero será a su vez un reflejo del país partido que no consigue unir a los extremos polarizados. Está previsto que cierre el jefe de Estado, como el año pasado, y que participen el ministro Caputo -habrá que ver si en persona o por Zoom porque el día que le toca viaja otra vez a EEUU a la asamblea del Fondo Monetario Internacional-, el ministro de Transformación, Federico Sturzenegger y el secretario de Trabajo, Julio Cordero.
La invitación al gobernador Axel Kicillof, en tanto, no tuvo respuesta hasta ahora y las autoridades del evento descartan que vaya a asistir. De hecho, no habrá nadie vinculado con el kirchnerismo en ninguno de los paneles de un encuentro que busca pensar el país de mediano plazo. “Difícil pedir previsión y credibilidad a cualquier inversor si el país tiene sectores que no pueden convivir ni en un evento”, reflexionan algunos de los participantes en la edición que empezará el miércoles 15 próximo.
Eso sí, hay una presencia que tal vez marque lo que reclama el establishment. Habrá dos paneles de gobernadores. Uno, de los cercanos al gobierno nacional, con Leandro Zdero (Chaco), Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Manuel Orrego (San Juan). En otro, los más enfrentados, como Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe) e Ignacio Torres (Chubut). “El Gobierno debería sacarse ya una foto con varios de estos mandatarios independientes para mostrar voluntad de recuperar peso en el Congreso, es tan importante como las reservas”, indican ejecutivos que participan del armado del evento.