
La derrota de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires el pasado domingo marcó un nuevo nivel de incertidumbre en la agenda económica del Gobierno. Los analistas coinciden en que este resultado electoral reveló la fragilidad de la estrategia de estabilización, lo que obliga a replantear los márgenes de maniobra de cara a los comicios legislativos de octubre.
El presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, afirmaron en sus mensajes en redes sociales que mantendrán la hoja de ruta centrada en el equilibrio fiscal, las bandas cambiarias pactadas con el Fondo Monetario Internacional y la continuidad del ajuste monetario. Sin embargo, en las últimas horas, el equipo económico admitió que relajará este enfoque para recuperar el crédito. En este contexto, las advertencias de las consultoras indican que la sostenibilidad del programa enfrenta crecientes limitaciones en reservas, financiamiento y respaldo político.
El resultado de las elecciones legislativas en la provincia más populosa del país ha reconfigurado el panorama. El oficialismo sufrió una pérdida de 14 puntos en un distrito clave desde el punto de vista electoral y económico, debilitando así su capacidad para mostrar fortaleza política de cara a octubre. La reacción del electorado obligó al Ejecutivo a reevaluar el mapa de alianzas y reconocer errores en la coordinación de la campaña.
La atención del mercado se focalizó en las variables financieras más sensibles: el nivel de reservas, la dinámica del dólar y el índice de riesgo país. La combinación de tensiones cambiarias y dudas políticas aumentó la prudencia entre bancos, empresas y fondos de inversión, que comenzaron a especular sobre la sostenibilidad del programa de estabilización.
Diversas consultoras económicas delinearon las medidas que el Gobierno debería implementar en las semanas previas a las elecciones legislativas a nivel nacional, así como los factores que definirán el “día después”.
Infobae conversó con referentes de algunas de estas consultoras y empresarios, quienes manifestaron un amplio consenso: no existe un margen considerable para continuar con la misma estrategia después de octubre, por lo que será necesario recalibrar el programa.
Ricardo Delgado, de la consultora Analytica, señaló que la derrota en Buenos Aires debilitó la continuidad del plan económico. Las ventas de dólares del Tesoro dentro de la banda cambiaria emergieron como la primera señal de tensiones en la estrategia de Caputo. Incluso en un escenario optimista de continuidad hasta octubre, la consultora previó que será inevitable un giro significativo a partir de noviembre.
Un informe de la consultora destacó que la dificultad para acceder a los mercados internacionales de crédito se evidenció en los días previos a las elecciones, cuando el índice de riesgo país ascendió a 900 puntos básicos y luego superó los 1.000 tras conocerse el resultado, un contraste notable con los 559 pb de enero y que muestra el deterioro de las expectativas.
Analytica también enfatizó que el Banco Central deberá intensificar su actividad normativa para mitigar el impacto de las tasas reales positivas (algo que anticipó que relajará el presidente del BCRA, Santiago Bausili) y que el Tesoro necesitará intervenir más para satisfacer la demanda de divisas.
Se recordó que los depósitos del Tesoro en el BCRA representan menos de una cuarta parte de los pagos mensuales de importaciones. El uso de los USD14.396 millones desembolsados por el FMI podría acelerar la dolarización de carteras si no se modifica el clima de expectativas.
Cambios inevitables
Analytica subrayó que el Gobierno necesita “dar señales claras de cambio con una comunicación más activa y eficiente”. Hasta ahora, el mensaje oficial se ha limitado a publicaciones en redes sociales, donde Milei y Caputo han insistido en que nada cambiará. Según la consultora, esta estrategia presenta dos opciones: que el resultado electoral no sea relevante para el rumbo económico o que no exista un plan B. En ambos casos, concluyó que los cambios son inevitables.
Por su parte, el economista Lorenzo Sigaut Gravina, de Equilibra, describió la situación como un entretiempo en el que el Gobierno debe “llegar como pueda” tras el golpe en la provincia de Buenos Aires. Resaltó que la derrota electoral en Buenos Aires mostró que Milei “no es un superhéroe” y que es susceptible a las derrotas electorales, añadiendo los reveses recientes en el Congreso y en el terreno político-electoral.
A su juicio, el objetivo inmediato en las cinco semanas previas a los comicios legislativos es “sostener lo mejor posible”, ya que “no se cambia el caballo a mitad del río”. Subrayó que las decisiones más relevantes quedarán para después de octubre.
En su análisis, el gran desafío para el año próximo será avanzar hacia un tipo de cambio real más alto y una tasa de interés real más baja. Explicó que la incapacidad para acumular reservas impide reducir el riesgo país, que ha aumentado a pesar del acuerdo con el FMI y el desembolso de USD 14.000 millones. Según estimaciones de Equilibra, en octubre las reservas netas terminarán en torno a los USD 10.000 millones negativos, un deterioro en comparación con los poco más de USD 2.000 millones negativos con los que comenzó el año.
Sigaut Gravina advirtió que cada vez que el Tesoro anuncia ventas de divisas para contener el dólar, el mercado reacciona con mayor desconfianza y eleva el riesgo país. La única salida, afirmó, será promover un equilibrio externo que incentive las exportaciones y desaliente las importaciones, en paralelo con una disciplina fiscal. Solo con esa macroeconomía ordenada, indicó, se podrá pensar en retomar el crecimiento hacia el otoño de 2026.
Por su parte, la consultora Abeceb, dirigida por Dante Sica, sostuvo que el resultado en Buenos Aires cristalizó tensiones territoriales en la economía argentina. Mientras provincias cordilleranas y patagónicas concentran proyectos de minería y energía, la provincia de Buenos Aires se ha visto relegada, con pérdida de empleo industrial y creciente presión social.
Según la consultora, los fundamentos del programa económico de Milei se mantienen firmes: equilibrio fiscal, superávit comercial y desinflación. No obstante, la derrota obliga a recalibrar la estrategia política y a fortalecer los lazos con los gobernadores. El Ejecutivo deberá emitir señales de conducción más claras sin alterar la orientación macroeconómica, según su análisis.
“Prudencia activa”
Abeceb describió el corto plazo como un escenario de mayor incertidumbre, donde los agentes económicos tienden a postergar el consumo y la inversión. Esta actitud puede trasladar volatilidad al frente financiero, generando presiones cambiarias y mayor demanda de cobertura. En este contexto, recomendó aplicar una “prudencia activa”: proteger márgenes y liquidez en el presente para aprovechar un eventual alivio después de octubre, si el oficialismo logra moderar su tono.
La consultora identificó tres escenarios hasta las elecciones:
- Escenario base (55%): prudencia con señales, recomposición con gobernadores y administración del tipo de cambio dentro de la banda, con volatilidad acotada.
- Escenario positivo (25%): señales más claras, mejor rollover y reducción de spreads, lo que abriría espacio para financiamiento.
- Escenario negativo (20%): confrontación política, tests cambiarios frecuentes y freno más severo a la actividad.
En su informe, Abeceb acotó que la derrota bonaerense constituyó un error político de Javier Milei al nacionalizar una contienda distrital. Consideró que esa decisión dejó al Gobierno “groggy pero no terminado” y que la recalibración del programa económico y del gabinete se presenta como un paso ineludible para mantener la gobernabilidad.
Con perspectivas diversas, las tres consultoras coincidieron al informar a Infobae que el Gobierno enfrenta un tramo decisivo hasta el 26 de octubre y que el equipo económico deberá recalibrar el programa económico para hacer frente a los crecientes desafíos en reservas, financiamiento y respaldo político.