Mientras espera por un encuentro con el ala política del Gobierno para conocer la letra chica de la reforma laboral que Javier Milei enviará la próxima semana al Senado, la primera línea de la CGT avanza con su estrategia de consolidar una red de apoyos en el Congreso que le permita frenar la ofensiva libertaria de los cambios en la legislación laboral que considera inaceptables. En ese marco y bajo cierto hermetismo, los jefes cegetistas se reunieron este lunes por la noche con Sergio Massa, en la apuesta de cerrar filas con sectores del peronismo para fortalecer su resistencia ante la iniciativa oficialista en el Congreso.
La charla, organizada entre Massa y Héctor Daer, uno de los salientes triunviros de la CGT, transitó el análisis de la realidad política nacional tras la victoria electoral de LLA, la profunda crisis que enfrenta el peronismo y las chances de articular consensos con gobernadores y legisladores para plantarse frente a las reformas de Milei. Sin embargo, la conversación dejó sabor a poco a los sindicalistas, según coincidieron algunos dirigentes consultados por Clarín. “No fue una reunión muy productiva, ¿cómo nos puede ayudar Massa para frenar la reforma?“, apuntó uno de los caciques cegetistas. Otro dirigente razonó crítico en el mismo sentido: “No nos resuelve nada, no suma”.
Otros gremialistas buscaron hacer equilibrio y valoraron a su modo el resultado del encuentro con el ex candidato presidencial del PJ, que llegó al encuentro en la sede del sindicato de Sanidad acompañado por el electo diputado Guillermo Michel. A esa hora, previo al inicio del partido entre Racing y Tigre por la Copa de la Liga -que un rato después acaparó buena parte de la atención de los presentes en la en medio de la cena de carne y pescado- ya lo aguardaban, además del anfitrión, los miembros del nuevo triunvirato de conducción, que integran Christian Gerónimo, Jorge Sola y Octavio Argüello, y los dirigentes Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez, José Luis Lingeri y Hugo Moyano, acompañado por su hijo Gerónimo Moyano, flamante secretario gremial de la Federación de Camioneros.
“Estas son reunión periódicas. Para ver y analizar los puntos de vista de la coyuntura y del mediano plazo y como creemos que se desenvuelven los acontecimientos políticos”, argumentó uno de los sindicalistas sobre la reunión. Otro contó que Massa coincidió con la cúpula gremial sobre la necesidad de avanzar en el diálogo con los gobernadores para sumar apoyos en la intención de enfrentar los aspectos mas duros de la reforma, a la par que que describió el escenario de la interna peronista, donde postuló su objetivo de tallar en el reordenamiento del partido tras la profunda crisis que abrió la derrota electoral de octubre.
“Veremos en qué rol, él se plantea como una especie de mediador, toma distancia de Cristina, se pone en el medio de la interna con Kicillof”, comentó un jefe cegetista que, además, señaló que el tigrense está muy confiado en que este miércoles el gobernador logrará en la Legislatura bonaerense la sanción del pedido para endeudarse por más de USD 3.500 millones.
Durante la conversación, el ex ministro de Economía y ex candidato presidencial remarcó la necesidad de avanzar con una reforma laboral en el contexto de que la mitad de los trabajadores en el país se desempeña en la informalidad y el desafío que supone “el mundo del trabajo global por la robotica y la IA”. “Hoy tienen que negociar con el Gobierno antes que hablar con el peronismo, tienen la obligación de asumir la discusión”, les aconsejó Massa, según los participantes del encuentro-
Pero también les advirtió que el debate de fondo gira en torno a la profundidad de los cambios que alienta el Gobierno. En ese aspecto, vaticinó que -atento a la discusión legislativa del Presupuesto 2026, la prioridad del Ejecutivo en el período se sesiones extraordinarias- el tratamiento de la reforma terminará postergado hasta febrero y se mostró confiado en que finalmente se sancionará una versión bastante más light de las modificaciones laborales que inicialmente plantea la Casa Rosada.
Al respecto, Massa instó a los sindicalistas a apuntalar los vínculos con sus respectivas organizaciones en la apuesta de reconstruir la relación del peronismo con los trabajadores, que en muchos casos acompañaron la oferta electoral libertaria en octubre al no sentirse representados por el PJ y distanciados de las cúpulas gremiales.
Justamente ese es uno de los objetivos que se trazó la nueva conducción cegetista tras el congreso de renovación de autoridades, como instancia para fortalecer la resistencia a la reforma laboral desde las bases. En paralelo los jefes de la central aguardan una convocatoria con sectores políticos del Gobierno -deslizan contactos informales con el asesor presidencial Santiago Caputo y Eduardo “Lule” Menem, mano derecha de Karina Milei- para abrir una negociación por algunos ejes de la reforma que rechazan de cuajo.
En concreto hay tres límites clave que los sindicalistas resistirán con todo: por un lado el esquema de financiamiento de los sindicatos (cuotas solidarias y aportes compulsivos), los cambios en la negociación colectiva (convenios por empresa, salarios “dinámicos” por productividad), y la eliminación de la denominada ultra-actividad.
