Miércoles, 15 de octubre de 2025   |   Campo

La carne sube menos que la inflación, pero especialistas advierten que eso no durará

La carne sube menos que la inflación, pero especialistas advierten que eso no durará

Por cuarto mes consecutivo, la carne aumentó por debajo de la inflación. Según el Indec, en septiembre el rubro “carnes y sus derivados” se incrementó 1,9%, mientras que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) general creció 2,1%. La desaceleración del precio de la carne contrasta con los valores históricos del ganado en pie; sin embargo, advierten que podría registrarse una suba.

Los especialistas atribuyen esta desaceleración a varios factores: cayeron los costos de producción, especialmente del maíz y la soja, y los hogares están muy ajustados, lo que frena cualquier intento de aumento. Además, la fuerte suba del año pasado, provocada por la sequía, se estabilizó. De todos modos, alertan que hacia fin de año podría registrarse un nuevo incremento estacional, como suele ocurrir en las fiestas, cuando la demanda mejora y los corrales se vacían más rápido.

En el detalle por producto, el Indec informó que el asado se vende en promedio a $11.786 por kilo (+1,7%), el vacío a $14.701 (+1,8%) y la nalga a $15.064 (+0,6%). En tanto, el cuadril se ubicó en $14.396 (+2,6%), la paleta en $12.047 (+1,3%) y la carne picada común en $7.202 (+1,8%). En promedio, estos cortes subieron 1,6%, una variación inferior al 2,1% del nivel general de precios, lo que confirma que la carne continúa aumentando por debajo de la inflación.

Una tendencia similar muestra el relevamiento del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva). En su informe de septiembre, el organismo estimó que los precios minoristas de la carne vacuna aumentaron en promedio 1,8% respecto de agosto. El estudio —que releva más de 30.000 precios semanales en carnicerías y supermercados del AMBA, Rosario y Córdoba— constata que la carne viene subiendo a un ritmo más bajo que la inflación general desde hace varios meses.

Según el Ipcva, el precio promedio de la carne vacuna fue de $12.357 por kilo, con un aumento mensual del 1,8%. En lo que va del año, el alza acumulada es del 33,7%, y en los últimos doce meses, del 58,4%. Por punto de venta, los precios en carnicerías subieron 1,1% (promedio $12.141 por kilo), mientras que en supermercados aumentaron 3,3%, hasta $12.357. En las zonas de nivel socioeconómico bajo del Gran Buenos Aires, la suba fue apenas del 1,2%, frente al 1,9% registrado en los barrios de mayor poder adquisitivo.

El chinchulín(Foto: Redes Sociales)

Entre los cortes, de acuerdo al Ipcva, el osobuco fue el que más subió, con un alza del 4,1%, hasta $8.162 por kilo, seguido por la carne picada común, que se ubicó en $6.756 (+3,3%), la paleta, en $11.831 (+3%), y la nalga, en $14.771 (+2,9%). También mostraron subas el peceto ($15.982, +2,7%), la cuadrada ($13.451, +2,6%) y el asado de tira ($11.542, +2,3%). En cambio, los cortes que menos aumentaron fueron el vacío ($14.424, +0,2%), la carnaza común ($8.354, +0,1%) y el matambre, que prácticamente no varió ($11.843, -0,1%).

Para Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra), esta estabilidad tiene raíces en la oferta y en los costos. “La carne aumentó mucho en 2023 por la falta de hacienda, producto de la sequía. En 2024, el stock se mantuvo bajo y los valores altos. Ahora sube menos porque bajaron las retenciones y el precio del maíz y la soja. Entonces, hoy los números para el feedlot son positivos: el precio del ternero está alto por la escasez, pero el costo del alimento bajó. Hay buena entrada en los corrales y eso va a generar un aumento estacional hacia fin de año, como pasa siempre antes de las fiestas”, anticipó.

A eso se suma que los ingresos familiares también se encuentran rezagados. “No hubo aumentos del ingreso por encima de la inflación, y además los servicios —que antes representaban el 15% del gasto mensual— hoy ocupan más del 30%. Esto deja menos margen para el consumo de carne”, señaló.

Frente a este panorama, los cambios en los hábitos de consumo y la competencia con otras carnes también pesan. “Hoy hay una diferencia muy fuerte con los precios de lo que antes eran sustitutos y ahora son carnes iguales en competencia: el cerdo y el pollo. Con el valor de un kilo de milanesas de vaca podés comprar una buena cantidad de pollo”, apuntó Schiariti.

En rigor, según los datos del Ipcva, el pollo fresco promedió $3808 por kilo (-0,7%) y el pechito de cerdo $7394 (+3,1%). En comparación con 2024, el pollo aumentó 34,4% y el cerdo 37,7%, ambos por debajo de la carne vacuna. La brecha de precios entre carnes se amplió: con el valor de un kilo de asado ($11.542) hoy se pueden comprar 3,08 kilos de pollo o 1,5 kilos de pechito de cerdo, lo que implica un encarecimiento del 8,3% y del 4,1% respectivamente frente al año pasado.

Según Schiariti, el cambio de hábitos es notorio. “Hace 40 o 50 años los argentinos comían entre 80 y 90 kilos de carne vacuna por persona al año y apenas 7 de pollo; hoy el consumo de ambas es casi similar, y el de cerdo ya ronda entre 17 y 23 kilos anuales”.

Por otro lado, el consultor ganadero Víctor Tonelli advirtió que “al observar la variación interanual, la carne y el ganado aumentaron al doble que la inflación: mientras el IPC subió 31,5%, el novillito y la vaquillona liviana lo hicieron 60,1%, y la carne al consumidor, 60,2%”. Sin embargo, al medir desde diciembre de 2023 —cuando comenzó la gestión de Javier Milei— el panorama cambia: “En ese período el IPC acumuló 165,5%, mientras que el ganado liviano subió 138,2% y la carne al consumidor 151,6%. Recién ahora puede decirse que la carne y el ganado siguen ligeramente por debajo de la inflación”, precisó Tonelli.

Déjanos tu comentario: