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Domingo, 20 de enero de 2019

La candidatura de Lavagna (gobernador entrerriano en sus bases)

La candidatura de Lavagna (gobernador entrerriano en sus bases)

Parto desde el esquema que supone dividido al electorado entres partes, una de Macri, otra de Cristina y otra indecisa y anhelante derenovación nacional. Es un supuesto que nos sirve para el análisis. Ya hablé delas dos primeras opciones en notas anteriores. La tercera es el graninterrogante y, me atrevo a formularlo así, la gran esperanza de un ampliosector del país, que incluso podemos pensar mayoritario en una segunda vueltaelectoral.

Entre viejos peronistas he escuchado decir reiteradamente, que eldoctor Roberto Lavagna sería la mejor opción como candidato. Su nombre lopropuso el ex presidente Duhalde, e incluso previó un esquema con proyecciónhistórica: que presida el país por cuatro años, que no acepte una reelección yque mientras tanto los actuales candidatos  “fuertes” se vayan preparandoy haciendo propuestas a la sociedad para las etapas posteriores a esos cuatroaños. Sin un planteo tan lineal, los viejos peronistas hablan de un compañerode la misma extracción, que además tiene penetración en el radicalismo (queincluso alguna vez lo propuso), que demostró calidad técnica en elempantanamiento del 2001, que supo manejarse con el Fondo MonetarioInternacional y que se fue del gobierno de Kirchner denunciando maniobras en laobra pública. En plena sabiduría a los 78 años, se lo ve como una solución.

Siete dirigentes gremiales de primer nivel le manifestaron su apoyo: Barrionuevo,Cavalieri, Andrés Rodríguez, Lingeri, Maturano, Fernández de UTA y GregorioMartínez. Parecería que como punto de partida -sin que sea el ideal-, alcanza ysobra. El ha dicho que aceptaría si se da un acuerdo amplio de sectores. Lo cual no es fácil, ni me parece que pueda esperarlo como condición paraaceptar.

Yo pienso que lo que falta es que Lavagna se autoproponga como cabezade una patriada salvadora del país. No se le puede pedir que sea un caudillo,porque no lo es, pero sí se le puede plantear que sea un jefe que comande unproyecto, un plan de gobierno, una búsqueda de ese acuerdo que él pide y quesolo él puede armar. El como jefe organizador de la costura de los retazos quehay que hilvanar, como jefe de esta etapa histórica y aunque suene demasiadosolemne. El momento exige un grande que se ponga al frente del país, concredibilidad y con decisión.

Pero no se puede partir sin una estructura. Subase operativa óptima sería la de la agrupación Argentina Federal que ya haexpresado su disposición a competir en las elecciones, y que suma diezgobernadores de provincia, Schiaretti, Urtubey, Bordet, Manzur, Arcioni, Peppo,Rosana Bertone, Casas, Passalacqua y Zamora, y nombres de prestigio como Massay Pichetto. 

Hay una base territorial fuerte, que incluye el centro delpaís, el noroeste, el norte, la Mesopotamia y la Patagonia, y dirigentes deprobada habilidad. Quizás Lavagna no deba esperar que Argentina Federal lodesigne sin discusión y sin presentarse a la interna de las PASO, donde deberíacompetir principalmente con Sergio Massa o Urtubey, otros aspirantes aencabezar esa fórmula. Sería un acto de grandeza que hubiera un acuerdo enArgentina Federal, pero quizás Lavagna deba salir al cruce dispuesto a recorrertodas las etapas necesarias, dada la posibilidad real de derrotar alneoliberalismo desde un frente bien estructurado.

El dramático trasfondo es lasituación del país, la pobreza en aumento, la recesión, el desempleo, lainsensibilidad del Gobierno ante la realidad. No sé cómo se conformará eltiempo histórico que pide que la Argentina cumpla un rol en América Latina, queoscila entre Bolsonaro en Brasil y López Obrador en México. Con una sociedadoccidental europea que ha abandonado el Estado de Bienestar para imponer lasreglas crueles del neoliberalismo. Rescatemos la esperanza en la terceraposición tradicional, y en la fuerza histórica del peronismo con su poderosovoto cautivo.

(¨) Por Ángel Núñez, crítico literario. 

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