Jueves, 4 de diciembre de 2025   |   Campo

La agroindustria pide que Argentina no pierda terreno frente al avance de Brasil

La agroindustria pide que Argentina no pierda terreno frente al avance de Brasil

Los principales desafíos del sector agroindustrial argentino que busca aumentar sus ventas a China se centran en varios ejes estructurales: la competitividad biotecnológica, la logística y su valor agregado, además del riesgo comercial regulatorio.

En el marco del China Agribusiness Day, celebrado en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, los referentes de la exportación agroindustrial argentina pusieron sobre la mesa los números de una relación comercial vital que requiere una actualización estratégica urgente. Señalaron que, aunque este fue un año récord en volumen de soja, la Argentina mantiene un estancamiento estructural frente a competidores regionales.

El panel estuvo compuesto por Gustavo Idígoras, presidente de Ciara-CEC; Georges Breitschmitt, presidente del Ipcva; y Matías Curti, coordinador comercial de COFCO Argentina, la principal empresa de alimentos de China.

Idígoras señaló que el gigante asiático importó desde la Argentina este año 13 millones de toneladas de soja cuando tradicionalmente eran cuatro millones de toneladas. Ahora, dijo, el desafío es lograr la diversificación. “Esa es la razón por la cual la Argentina ha crecido casi exclusivamente en las ventas a China este año. Vamos a generar un récord de ventas totales en dólares por el crecimiento de la soja, pero también se ha diversificado en otros productos, como el caso del sorgo —un cultivo que estaba en un proceso de reducción sustancial de superficie— y que, gracias a las relaciones comerciales de China con el resto del mundo, logró que la Argentina pudiera penetrar en ese mercado”, observó.

Gustavo Idígoras, presidente de Ciara-CECRocío Forte / Pukén

Otro producto relevante es la cebada, especialmente la cebada forrajera, que encuentra en China un mercado de gran importancia. “Tenemos posibilidades de seguir creciendo. Nosotros, por vocación, queremos vender productos con más valor agregado. Está muy bien vender soja, harina y cebada, pero nos encantaría crecer en el mercado de aceite [de soja]”, indicó. Señaló además que el aceite de girasol comienza a ingresar al mercado chino y que, paulatinamente, se reconoce la calidad argentina.

Según el directivo, si se incorporan nuevos productos, como el pellet de girasol, la Argentina podría “superar los 10.000 millones de dólares de exportación anual a China”. Sin embargo, advirtió que la burocracia constituye un límite: China negocia “caso por caso” y hoy hay entre 25 y 50 productos pendientes de apertura sanitaria. “Si ellos aceleran esos tiempos, estamos en condiciones de competir con Brasil ‘sin duelo’”, afirmó.

Curti, por su parte, fue contundente al explicar por qué Brasil exporta hoy el 80% de su producción y mantiene crecimiento, mientras la Argentina permanece estancada en las 50-52 millones de toneladas de soja. “Hace 20 años, Brasil y la Argentina producían lo mismo. Pero ellos piensan a 100 años; nosotros no”, expresó. Recordó que este año el impulso del mercado estuvo ligado a la baja de las retenciones, lo que permitió que el precio internacional llegue mejor al productor y genere un volumen muy importante de ventas, reflejado en lo exportado al mercado asiático.

Matías Curti, coordinador comercial de Cofco ArgentinaRocío Forte / Pukén

El ejecutivo resaltó la brecha tecnológica y señaló que en 2024 Brasil aprobó 322 productos para soja, mientras la Argentina arrastra demoras significativas. “La Argentina tiene potencial, pero falta infraestructura y reglas. Brasil estimaría entre 175 y 180 millones de toneladas; nosotros seguimos igual”, agregó.

Recordó que el sorgo empezó a enviarse porque se abrió una “ventanita” en Japón que luego pasó a China durante el conflicto comercial con Estados Unidos, y que hoy constituye un mercado central.

Breitschmitt, en tanto, destacó que China absorbe el 70% del volumen de carne vacuna exportado por la Argentina, unas 600.000 toneladas, y aclaró que esto no compite con el asado de los argentinos. “En la ganadería desarmás el animal y necesitás colocar cada corte donde corresponde. China lleva la carne congelada para industrialización, Europa los cortes de calidad y Estados Unidos el ‘lean beef’ para hamburguesas. Esto no perjudica al mercado interno: al contrario, necesitamos producir más”, explicó.

Georges Breitschmitt, presidente del IpcvaRocío Forte / Pukén

Además, destacó la apertura de nichos de alto valor, como los cálculos biliares bovinos demandados por la medicina tradicional china, y el avance en protocolos para menudencias, esenciales para integrar la media res. Señaló que Brasil pasó de 50 a 230 millones de cabezas de ganado, mientras la Argentina se mantiene en 50 millones. “Para crecer en ganadería se necesitan políticas públicas de muy largo plazo y previsibilidad”, sentenció.

Idígoras cerró afirmando que, para trascender, es necesario reducir derechos de exportación, especialmente en soja. “China debe ser vista también como socio en infraestructura: ferrocarriles, vagones, locomotoras, tecnología. Recuperar el ferrocarril es clave para bajar costos logísticos y potenciar economías regionales”, sintetizó.

Déjanos tu comentario: