
El exsenador Edgardo Kueider, atricherado en Paraguay donde enfrentará un juicio oral por contrabando, brindó en las últimas horas una entrevista radial desde su prisión domiciliaria, en la que insistió con su inocencia y arremetió duramente contra la Justicia argentina, con críticas hacia la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado.
Las declaraciones del exlegislador -detenido el 4 de diciembre pasado en la frontera con Paraguay junto a su secretaria Iara Guinsel Costa con más de 200.000 dólares sin declarar- llegan días después del inicio del proceso de extradición solicitado por Arroyo Salgado en otra causa por lavado de dinero que tramita en la Argentina y que investiga pagos ilegales de la empresa Securitas a funcionarios públicos de diversas provincias.
Kueider, que al igual que su secretaria decidió no someterse al proceso de extradición simplificada y evitó quedar de manera inmediata en manos de las autoridades argentinas, manifestó su indignación por la acusación de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito a cargo de la jueza Arroyo Salgado.
“Piden por mí la pena máxima, que son 14 años”, planteó, al tiempo que sostuvo que la investigación en su contra es una “falsedad total, digamos, una truchada que debería ser anulada inmediatamente”.
El exsenador aseguró que la jueza Arroyo Salgado “abultó la acusación” al solicitar la pena máxima de 14 años, cuando la mínima era de cuatro años y medio. “¿Por qué se abultó la acusación? ¿Con qué intención? No sé, capaz de darle mayor volumen a todo”, reflexionó.
La jueza Arroyo Salgado lleva adelante la causa “Securitas”, que investiga una red de corrupción por el presunto pago de coimas para asegurar contratos con empresas estatales, como la distribuidora de energía entrerriana ENERSA. Según la magistrada, Kueider estaría vinculado con esas maniobras.
El exsenador, que intenta despegarse de esas acusaciones, consideró “muy sospechosa toda la investigación” y hasta cuestionó la competencia de la jueza. Dijo que la conexión con “Securitas” era fundamental para que la magistrada investigara el caso, ya que, en su opinión, no tendría por qué investigar un supuesto enriquecimiento ilícito en Entre Ríos. “Está atada a la causa Securitas, o sea, a ese delito precedente. La prueba de conexidad tiene que ser un poco más sólida”, protestó.
“Nada de eso hay, por eso es una causa que está muy agarrada de los pelos. No quiero pensar que esto haya servido simplemente por alguna pretensión, digamos, de aspirar a algún lugar en la Corte Suprema o algo por el estilo, que me usen de chivo expiatorio en una causa de impacto mediático y bueno, lograr posicionarse en eso”, se victimizó.
Luego, el exsenador ratificó su inocencia en la causa por contrabando en Paraguay, por la cual irá a juicio. “No son míos (los 200.000 dólares), ni siquiera son de mi acompañante. Son de operaciones que ella estaba haciendo en Paraguay, de intermediación. Entramos y salimos de Paraguay esa noche. Eso está declarado, incluso está en la declaración inmediata que hicimos voluntariamente desde el primer día, está en el expediente, está en investigación”, afirmó.
Sobre su rechazo a la extradición abreviada a la Argentina, impulsada por Arroyo Salgado, ensayó una curiosa excusa: “No puedo volver a la Argentina sin aclarar antes el asunto de Paraguay, que es el que más me cuestionan. Yo tengo que volver a mi país aclarando que ese dinero no era mío, que no provenía de la Argentina y que eran operaciones legales, financieras e inmobiliarias, fundamentalmente”, dijo Kueider, quién ayudó al Gobierno de Javier Milei con su voto a la Ley Bases.
También señaló como argumento para su atrincheramiento en Paraguay que el pedido de extradición, que había sido rechazado en tres ocasiones anteriores por errores formales, estaba hecho para prestar declaración indagatoria, y que desde la fiscalía paraguaya indicaron que el asunto podía resolverse con una indagatoria vía telemática.